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Opinión

Hasta cuándo con el engaño

16 enero, 2017 10:39

Hemos convertido la política en una farsa, en un espacio en el que la mentira es su instrumental y en el que la coherencia, la verdad y la solvencia de la palabra dada sean virtudes apolíticas, o incluso utilizadas por aquellos que se denominan “políticamente incorrectos”. Se sorprenden de que les llamamos casta, pero se llenan las mochilas de privilegios, dádivas y distancia respecto de los votantes.

Se sorprenden de que el ciudadano se desafecte de la política, pero no cumplen una palabra ni a tiros, nos mienten e incluso los que afirman vienen nuevos a regenerar y atestiguan, sin pudor, que, en campaña, se dicen cosas que no se piensan cumplir, es decir: nos mienten.

Cuando alguien, desde la política, apuesta por la coherencia, la verdad, el cumplimiento de la palabra dada, por la voluntad de hacer las cosas de otro modo, de actuar conforme se habla, entra miedo, se intenta acallar, se lamina o criminaliza sin razón y se apaga la luz para que no sea visto, la mafiosa forma de actuar de la política y de la sociedad actúa sin piedad.

Ahora se habla de que la banca ha sido rescatada por los contribuyentes en un importe de 60 mil millones de euros. Pues bien, por más que nos empeñemos, la banca no ha sido rescatada en España, la banca ha soportado su criminalización, pero no ha recibo un euro de los contribuyentes, por más que se empeñen unos y otros, es mentira, pues quien ha recibido ese rescate han sido las Cajas de Ahorros.

¿Por qué se rescatan las Cajas? Se afirma sin sonrojo que para salvar el sistema financiero que soporta la economía, que si no se salva esa situación la quiebra alcanzaría al ciudadano y sería peor. Mentira, se puede cerrar una caja, asumir los depósitos y no afectar al sistema financiero.

Se empeñaron en fusionar las Cajas para intentar salvarlas. Mentira, con las fusiones no se solventaba el problema e incluso con fusiones como la de Caja Duero y Caja España se creaba un problema mayor al unirse dos entidades que competían en el mismo ámbito y no sumaban, sino que tarde o temprano habría que dividir y lo sabían.

Si la quiebra de alguna caja no pone en riesgo el sistema, si el sistema financiero lo podía haber soportado sin problema, si las fusiones no eran una solución y si los ciudadanos no hemos soportado el rescate bancario, por qué no se ha producido, ¿por qué se afirman estas situaciones y nos cuestan 60 mil millones de euros?

Es simple, las Cajas fueron un sistema que funcionó de forma correcta y aplicando criterios de solidaridad y solvencia hasta que entraron en ellas, en sus direcciones y en sus controles, los políticos, los sindicatos y los partidos, que las convirtieron en sus cajas de caudales y en las grutas de Alí-babá y los cuatrocientos ladrones.

Mientras hubo dinero la bacanal estaba servida y todos participaban, todos tenían tarjetas black, todos se financiaban, todos recibían crédito que se condonaban, todos traían y llevaban la pasta de un lado a otro y se quedaba en la saca; pero, cuando quebró el sistema aparecían los culos al sol y había que ocultarlos, se tenía que diluir y no se podía dejar negro sobre blanco una realidad tan cruel.

Para solucionar la falta de liquidez de las Cajas y reflotarlas, desde el Banco de España, el Ministerio de Economía y la Comisión Nacional del Mercado de Valores se animó a las cajas a emitir participaciones preferentes con las que obtener solvencia, pero… todos sabemos que eso fue una estafa inmensa en la que el estafador utilizaba al estafado y el estafado jugaba a estafar al estafador. Al final, se daban duros a cuatro pesetas y acabamos como todos sabemos, pagando entre todos al estafado y al estafador la gran fiesta, aunque nosotros no hubiéramos participado de ella ni en un lado ni el otro.

Solución: para que no se pueda determinar quién tiene la mierda, juntemos la mierda y propiciemos que sea imposible saber de quién es cada porquería y, para eso, se producen unas fusiones, que todos saben que no sirven más que para ocultar la basura de políticos y sindicatos

No hubo rescate bancario, se podía haber resuelto sin tanto coste, no se corría riesgo para el sistema y todo esto se ha montado para que los políticos falsarios oculten su mentira y la gran farsa no nos permita ver que la corrupción era sistémica, sigue siendo sistémica y la responsabilidad la pagamos todos, como siempre.