Trabajadoras haciendo los sabrosos polvorones.
Dulces Galicia, la empresa familiar con 175 años que brilla en Valladolid: "Hacemos el mejor polvorón del mundo"
La compañía tordesillana, que abarca Pastelería Galicia y Dulces El Toro, mira al futuro “con optimismo” en busca de expandirse y convertirse en un “referente mundial” dentro del mundo del dulce.
Más información: Dulces Galicia: los secretos de la empresa histórica y familiar que hace los mejores polvorones de España
Tradición, dedicación y artesanía. Esos son los tres valores claves que definen a Pastelería Galicia y Dulces el Toro en la localidad vallisoletana de Tordesillas. Una empresa familiar que suma, ni más ni menos, que 175 años de historia.
Estos son los ingredientes que han convertido a la confitería pucelana en un referente en el mundo de la repostería y de los dulces. Entre ellos destaca su producto estrella, que pasa por ser el polvorón.
La saga de confiteros de Pastelería Galicia y Dulces El Toro tiene su origen en el año 1850. Fue, por aquel entonces, cuando Fermín Galicia fundó la reconocida pastelería en Tordesillas. Desde entonces, seis generaciones de confiteros han ido haciéndose cargo del negocio.
Todos ellos han transmitido, de padres a hijos, el trabajo cuidadoso y la esencia de dicha pastelería. En todos estos años, la familia ha elaborado dulces y pasteles con el sabor que, únicamente, la tradición consigue.
Si hay un producto que les ha dado un renombre y reconocimiento en España, e incluso fuera de nuestro país, es el famoso polvorón ‘El Toro’, conocido y valorado a nivel nacional e internacional.
EL ESPAÑOL de Castilla y León charla con Álvaro Galicia, sexta generación de la familia y director Comercial y de Marketing de Dulces Galicia desde hace seis años, con el que hacemos un repaso a la historia de la marca y nos anuncia las sorpresas, que son muchas, que vendrán de la mano de la compañía en los próximos meses.
Álvaro Galicia, director Comercial y de Marketing de Dulces Galicia
Una empresa familiar
“En 1850 se crea Dulces Galicia. Ahí aparece la primera generación de maestros confiteros de la familia con Fermín Galicia al frente. Ahora llegamos ya a la quinta y sexta generación con el trabajo que desarrollamos mi padre, mi madre, también mi hermano y yo que dimos un buen empujón y cambiamos notablemente la empresa”, explica Álvaro Galicia, en declaraciones a este periódico.
La marca nace en Tordesillas. Pasó de Fermín a Melitón, después a un nuevo Fermín. Más tarde a Amador Galicia, el abuelo de Álvaro, para llegar hasta su padre Carlos y llevarlo ahora entre los cuatro. Tienen su fábrica principal en Tordesillas y una tienda, que ha abierto el 31 de octubre y que será permanente, en la calle Cánovas del Castillo 4 de la ciudad del Pisuerga.
“El cambio más grande se ha producido con la llegada de la quinta y la sexta generación. Fue cuando se creó la marca de Dulces El Toro, la que comercializa los polvorones en toda España y varias partes del mundo. Además, hace seis años decidimos levantar en Tordesillas la fábrica de Dulces El Toro”, añade nuestro entrevistado.
La gran fábrica de Dulces Galicia en Tordesillas
Ahí pasaron de trabajar en un obrador “pequeño” a hacerlo en una “gran fábrica industrial” demostrando la “altura de miras” de la familia y, también, la expansión que estaban consiguiendo, fruto del esfuerzo y trabajo familiar.
“El secreto del éxito está en saber mantener la esencia del producto aportando calidad y diseño. También un gran cuidado en la elaboración. Esa es la ambición de la familia. Tiramos todos del carro y hacia el mismo sitio”, añade el director Comercial y de Marketing de Dulces Galicia.
175 años de éxito y “el mejor polvorón”
Desde la compañía tordesillana “están contentos” tras cumplir 175 años. Así lo aseguraron en una gran gala que celebraron el pasado mes de mayo. Carlos, Diego, Ana y Álvaro tiran del carro para seguir evolucionando con la labor encomiarme también de 50 trabajadores en Tordesillas, y otros tres en la nueva tienda de la calle Cánovas del Castillo de Valladolid
“La fábrica grande lleva seis años abierta en Tordesillas. Tenemos también la Pastelería Galicia en la villa y la tienda El Toro de Valladolid. Esta apertura y la entrada del polvorón de aceite de oliva han sido muy importantes y queremos mirar a México y fuera de España para seguir creciendo y asentar la marca”, añade nuestro protagonista.
Los deliciosos polvorones de Dulces El Toro
Pero hablar de Dulces Galicia es hacerlo de sus polvorones ‘El Toro’. Su secreto pasa por la “elección de las materias primas” y también por “el proceso de elaboración” que hacen que el producto “sea especial”.
“Hacemos el mejor polvorón del mundo. Vendemos 300.000 kilos al año por todos los países. Nuestra facturación anual total está en los tres millones de euros, principalmente por la venta del polvorón”, explica Álvaro Galicia.
Bajo la marca de Dulces El Toro también fabrican, en la Pastelería Galicia, muchos tipos de delicias entre las que están las sabrosas palmeras de hojaldre en almíbar, los panetones, los toritos de chocolate o el turrón de polvorón.
“Este año hemos lanzado el polvorón con aceite de oliva virgen extra con la colaboración de Pago de Valdecuevas. Es un producto muy refinado. Si el polvorón ‘El Toro’ está exquisito, esto nos da un salto de calidad más. Hemos vivido un buen arranque de ventas, pero hay que dejar madurar al producto para que siga creciendo”, explica el director Comercial y de Marketing.
Un futuro sumamente prometedor
Si los 175 años de Dulces Galicia han sido excelentes, el futuro, de cara al próximo año 2026, es muy prometedor. Todo con varias ideas, en lo que tiene que ver con los productos, o la expansión, a tener muy en cuenta.
“El año que viene lanzaremos dos nuevos productos que serán diferentes al polvorón para dar continuidad a Dulces El Toro. Estarán a principios de 2026. Se podrán comprar todo el año e irán orientados a las pastas y los chocolates”, nos anticipa nuestro entrevistado.
Además, en esa fase de expansión de la marca, anuncia también que “Dulces El Toro llegará a Madrid con una tienda física oficial” y “miran a México” donde “han visto que el producto gusta, y mucho”.
Todo después de la apertura de esa tienda física en Valladolid y a la espera de presentar un vídeo documental que hará un repaso a la trayectoria de la marca, con emotividad, y mirando atrás para coger impulso y seguir adelante.
Trabajadoras elaborando las delicias de la marca.
“Miramos al futuro con mucha proyección. Estamos yendo a buen ritmo y nos queda mucho por crecer. Tenemos buenas perspectivas porque hemos cuadriplicado el volumen de la marca y pensamos que, en diez o quince años, seremos una de las empresas punteras tanto a nivel nacional como mundial, reconocida en lo que tiene que ver con el dulce”, apunta nuestro protagonista.
Queda, por tanto, Dulces Galicia para rato. “Habrá relevo generacional, es una obligación”, señala Álvaro Galicia, que no ve techo en la progresión de la compañía familiar pucelana.