Donaciano Dujo en la sede de Asaja Castilla y León.

Donaciano Dujo en la sede de Asaja Castilla y León.

Economía

Donaciano Dujo, el líder incombustible de Asaja CyL que tras 25 años sigue con la misma vocación: "El campo se hereda"

Se marca como principales retos para los próximos meses afrontar el problema de rentabilidad del campo y negociar la nueva PAC que "pinta muy mal".

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Resulta complicado pensar en el campo de Castilla y León sin hacer referencia a Donaciano Dujo. También es necesario tener mucha memoria. Porque es el presidente incombustible de Asaja en la comunidad autónoma. Acaba de ser reelegido para su séptimo mandato unas semanas después de cumplir 25 años al frente del sindicato agrario.

Nacido en Ledigos (Palencia) en 1967, viene de familia dedicada al campo porque "es casi imposible ser agricultor o ganadero si no has nacido en una familia agricultora o ganadera". Tuvo que hacerse cargo de esa explotación familiar a los 17 años, justo después entró por primera vez en una sede de Asaja y desde entonces nunca abandonó el sindicato.

Ha tratado con seis consejeros de Agricultura y Ganadería y dos presidentes de la Junta de Castilla y León. En su defensa del sector ha liderado centenares de concentraciones y protestas. "No creo que haya administración a la que no le haya tocado una manifestación, incluida la sede de la UE en Bruselas y las multinacionales que nos compran", asegura Dujo.

Recibe a El Español - Noticias CyL en la recién estrenada sede autonómica de Asaja en Valladolid. A pesar de haber celebrado ya las bodas de plata siendo la voz de gran parte del sector insiste en que su ilusión y vocación siguen igual de firmes.

Pregunta. ¿Cómo se consigue mantener la pasión por dirigir una organización durante tantos años?

Respuesta. Al final te metes en esto, te absorbe y te gusta. Te acompaña la gente. Hay momentos y cosas muy gratificantes que van haciendo que continúes, la gente te da fuerza. No sé si tendré algún enemigo, seguramente le tendré, pero tengo muchísimos amigos.

Yo voy hoy a Soria, paro en el medio camino a tomar un café, y raro es que no haya un agricultor o alguien que diga: "Hombre Donaciano, ¿qué haces por aquí? Ya te invito yo. Oye, ¿qué tal el trigo, qué tal la cebada?" Eso ayuda.

O vas por la calle y te saludan. Te dicen "le vi ayer en la televisión, le vi en radio, le vi en programa digital, le he leído tal... pelee usted más por esto, pelee usted más por lo otro". Y luego, bueno, pues hoy hay 18.000 socios en Asaja Castilla León, hay 160 trabajadores, hay 45 oficinas, somos una familia. Todo ayuda.

Igual que soy agricultor y nunca he dicho, pues mira, ya llevo 30 años de agricultor o 40, lo voy a dejar, pues no. Sigues en la explotación, cada vez la tienes mejor, cada vez estás más orgulloso de lo que haces. Tienes un hijo, que a lo mejor va a continuar en la explotación, bueno, pues esto, pues lo mismo.

P. Acaba de ser reelegido para su séptimo mandato. ¿Por qué ha decidió volver a presentarse?

R. Hoy la candidatura de José Antonio Turrado y la mía da experiencia a esta casa, le da estabilidad, unidad. Eso, sin duda alguna, hace que uno que sigue teniendo fuerzas, sigue teniendo ilusión y sigue teniendo ganas, pues quiera estar otros cuatro años más dirigiendo a Asaja Castilla y León, que para mí es la mejor organización de todas que hay en España.

P. ¿Cómo comenzó todo, cómo llega por primera vez a los 17 años al sindicato agrario?

R. Allá por entonces pues yo estaba estudiando, pero mi padre tuvo una enfermedad importante de corazón, tuvo que dejar la actividad y la cogí yo. El primer año sin carné, sin nada, pero con la necesidad de tirar para adelante la economía familiar. A continuación, lo primero que hice esa primavera fue ir a Asaja Palencia de la mano de otros agricultores que había en el pueblo que eran socios y afiliarme.

Posteriormente, pues bueno, yo tenía agricultura en aquel momento y tenía ganadería, vacuno de leche. En jornadas, en reuniones, pues alguien dijo: "Donaciano, ¿quieres ser el representante del vacuno tal?" Bueno, pues sí, pues ya está. Entré a formar parte de la Junta Provincial de Asaja Palencia como presidente de la sectorial de vacuno.

En el año 1997 hice la campaña de las cámaras agrarias, que entonces eran cámaras agrarias, conjuntamente con toda la Junta Provincial de Asaja Palencia. Peleamos el número de votos en la provincia, informamos a los agricultores por qué era importante votar, por qué no, qué había hecho Asaja. Y ya, bueno, pues en aquel entonces era presidente de Asaja-Palencia, Santiago Sánchez Céspedes, vio en mí una persona que le podía seguir a él.

En 1998 hubo elecciones y fui elegido presidente conjuntamente con otros cuatro miembros en el Comité Ejecutivo y treinta y tantas personas en la Junta Provincial. Presidente regional era Manuel San Gil, segoviano. Tuvimos la desgracia de que, por una enfermedad, falleció en el año 2000. Y bueno, pues a partir de ahí nos preguntamos: ¿qué hacemos con Asaja-Castilla y León?

José Antonio Turrado de Asaja León dijo que debería Donaciado tirar del carro, que es una persona que tiene la presidencia de una provincia importante. Que es joven, que tiene ideas, que tiene ganas. Hicimos las elecciones el 30 de agosto del 2000. Se presentó en aquellos años otra candidatura, formada por Valladolid y por Burgos.

Ganó Palencia y León. Y a partir de ahí, pues ya es público notorio que desde el 30 de agosto del año 2000, pues he ido renovando cada cuatro años la presidencia, acompañándome siempre José Antonio Turrado. No son 24 años que sería su mandato, son 25 por el covid, porque el año 2020 tocaba hacer congreso y se aplazó a 2021.

P. Este cargo exige una dedicación constante si se quiere estar al tanto de lo que sucede en el campo...

R. Los congresos de Asaja se hacen todos los días. Yo te puedo decir que hablo con todos los presidentes todas las semanas, que recorro todas las provincias tres o cuatro veces al año. Que asisto a jornadas, asambleas, charlas... Tenemos una Junta Directiva aquí cada dos meses, también hay Junta Directiva Nacional, en la cual estoy en el Comité Ejecutivo.

P. ¿Cómo ha cambiado el campo de Castilla y León en 25 años?

R. Me atrevo a decir que el sector agrícola y ganadero en estos 25 años es de los sectores de Castilla y León que más ha evolucionado. En cuanto a personas, imagen y medios. Si en aquellos años teníamos todavía la imagen de que el agricultor era una persona ruda del terreno, del campo, del pueblo, del medio rural, que siempre saca la cachava, que siempre se saca la boina... Hoy el agricultor es una persona muy preparada, con muchos conocimientos, se ha tenido que adaptar a las nuevas tecnologías, a toda la normativa, a todas las formas de trabajo, y en muchos casos pues también a lo que es un modo de vida del siglo XXI.

Ahora estamos en la sociedad como cualquiera. El hombre de campo se va de vacaciones, los hijos estudian. Vivimos en el pueblo, vivimos en la cabecera comarca, vivimos en la ciudad... O sea, somos una persona más. Yo he puesto muchas veces el ejemplo, tú vas a tiendas al centro de Valladolid y bueno, pues han evolucionado, pero es que la maquinaria, es que las explotaciones, tanto agrícolas como ganaderas, de hace 25 años a las de hoy no tienen nada que ver.

Problema de precios

P. Sin embargo hay problemas que persisten y no se logran solucionar como la rentabilidad del campo.

R. Es cierto que la rentabilidad siempre ha estado muy ajustada, que en muchas ocasiones hemos ido supliendo esa poca rentabilidad por hectárea, por vaca, por oveja, por cerdo, por cultivo, aumentando la explotación.

Pero ha llegado un momento, y en estos momentos en el sector agrícola, en que cuanto más grande es la explotación, si las cosas vienen mal climatológicamente, más pierden porque está muy, muy ajustada la rentabilidad. Las explotaciones en estos momentos están muy dimensionadas, tanto en agricultura como en ganadería.

P. ¿Y tiene solución? Porque les vemos salir a las calles periódicamente con las mismas reivindicaciones y sin que parezca que se avance en una solución.

R. En la última legislatura Asaja ha hecho conjuntamente con otras organizaciones 24 manifestaciones. Y no todo en este momento está mal. Por ejemplo, cuando se inició la otra legislatura, en el año 2021, el precio de la leche de vaca estaba a 0,32 y hoy está a 0,53. Un añojo valía 1.400 euros, hoy vale 2.400. Un lechazo valía 60 euros, hoy vale 80.

El sector ganadero tenía unos costes muy grandes, hoy les tiene menos. Podemos decir que en estos cuatro años el sector ganadero ha evolucionado en cuanto a rentabilidad de manera positiva. Hoy los ganaderos tienen más rentabilidad que la que tenían hace cuatro o cinco años.

Por el contrario, es verdad que estamos viviendo un momento crítico en la agricultura, principalmente por cuestiones relacionadas con el tema bélico. Ucrania nos está inundando de cereales, eso hace que baje el precio de lo nuestro. Lo hace precisamente para conseguir liquidez, para poder mantener la guerra. A la vez, en el mismo conflicto, la Unión Europea ha puesto aranceles a Rusia, como castigo por la guerra, que nos están encareciendo los fertilizantes.

Las dos cosas nos están complicando mucho la rentabilidad. Acuerdos con Mercosur, acuerdos con aranceles con Estados Unidos o con China. En definitiva, la agricultura es verdad que está mal, pero por eso no vamos a dejar de pelear.

P. ¿Van a suponer los efectos del cambio climático un cambio importante en la agricultura y la ganadería de Castilla y León? ¿Se está notando ya?

R. Hay indicadores que muestran un cambio y nos tendremos que adaptar a él. Cierto es que hay cambio climático. Cierto es que, en cuanto a pluviometría, la suma de los años puede ser la misma, pero muchas veces viene muy desordenada. Pasamos períodos amplios de sequía y luego vienen aguas torrenciales que nos perjudican.

Cierto es que hay olas de calor que, sin duda alguna, no las habíamos visto nunca. Y cierto es que los inviernos son más suaves. Por eso, necesitamos que los cultivos se vayan adaptando.

También hay posibilidades de que ciertos cultivos que eran propios del sur de España se puedan ir implantando aquí, como los cultivos leñosos, como los pistachos, los almendros y demás. Cierto es que nuestra problemática de seguros o de regadíos, que en Europa no se conocía y nunca nos han apoyado, pues ahora ya como Europa sufre también sequía, pues son más proclives a tener un seguro de renta, un seguro agrario, un seguro de daños generalizado para Europa. No dejar sola a España. Y cierto es que antes cualquier cosa como hacer un pantano o ampliar un regadío, era un rechazo.

Ahora, como lo ven ellos, pues ya son más susceptibles a esta problemática. Y, en estas cuestiones, pues sí tengo que decir que Europa no nos está apoyando mucho en la modificación genética de ciertas semillas de ciertos cultivos. Que podíamos avanzar más para que estos cultivos, para que estas semillas, se adapten más a sequías, a heladas, a enfermedades... que traen como consecuencia el cambio climático.

P. ¿Cuál ha sido el momento más complicado que recuerda de estos 25 años al frente de ASAJA?

R. Pues momentos complicados ha habido muchos. Unos por crisis de precios, otros por meteorología y otros por enfermedades. Recuerdo el tema de las vacas locas, hubo un momento en que parecía que iba a desaparecer todo el tema de la ganadería, que se iban a morir todas las vacas. Bueno, pues aquello afortunadamente se pasó.

Recuerdo también la plaga de los topillos, que sacudió esta comunidad de manera virulenta y que parecía que nos iban a comer todos nuestros cultivos y íbamos a enfermar con el problema de la turalemia. Bueno, pues se consiguió parar.

El año 2017 fue catastrófico, no se cogió nada. 2.200.000 toneladas de cereal. También lo conseguimos parar. Los años del covid, de la pandemia, hubo gran incertidumbre. ¿Vamos a poder hacerlo? ¿El consumo se va a caer? Bueno, pues se consiguió tirar para adelante.

Y en estos momentos, la verdad es que también es un año crucial. Tenemos ahí a la puerta la PAC, que pinta muy mal con una reducción del 22%. Tenemos el problema de los cereales, con muy bajos precios y unos altos costes. Yo imagino que, como hemos salido de anteriores etapas, saldremos también de estas.

Relevo generacional

P. Hay un problema de relevo generacional en el campo de la comunidad. ¿Cómo ve el futuro del sector?

R. Cada vez somos menos. En el año 2010 se presentaban en Castilla y León casi 100.000 PAC. Hoy se presentan 70.000. Somos 38.000 autónomos y 26.000 empleados. Esto hace que 74.000 personas trabajan en la actividad agrícola y ganadera en Castilla y León. Se incorporan al año 500 jóvenes, de los cuales 350 son hombres y 150 mujeres. Si no bajamos el número de incorporaciones en 500 o 600, esto se mantiene.

Si lo vamos bajando se pone en peligro. Es cierto que las explotaciones, sobre todo tanto agrícolas como ganaderas, bajan. Por ejemplo, en vacuno de leche hoy estamos en poco más de 600, en ovino de leche poco más de 900, y son pocas.

La producción se mantiene o baja un poco porque las explotaciones se han dimensionado. La media hoy en una explotación de vacuno de leche es un millón de litros o de kilos al año. Son tamaños ya muy importantes.

Entonces, lo que hay que buscar, que es la principal cuestión que la Unión Europea tenía que ver en las políticas agrarias comunitarias y en las políticas comerciales, es mantener este tejido social que suponen agricultores y ganaderos para mantener con ellos el tejido productivo. Porque si no, vamos a perder lo que es la producción, se pierde la calidad de nuestros productos y vamos a comer más caro y peor.

P. ¿Hay que haber vivido en una familia de campo para sentir esa pasión por dedicarse a la agricultura o la ganadería?

R. Sí, el campo se hereda. Primero por la vocación. Si no se ha tenido esta vocación, si no le has visto a tu padre, a tu familia, sembrar, cuidar las vacas, cuidar esto, es muy difícil que esto te entre.

Luego, por el capital que hay que invertir. Hoy es imposible ser agricultor, tener una explotación de 200 hectáreas o 300, tener una explotación de 400 vacas o 400 animales o de 1.000 ovejas. Las inversiones, la maquinaria, las naves... Si no tienes nada, es imposible conseguirlo y es imposible pagarlo.

Por lo tanto, los primeros años tienes que tener el conocimiento, la ilusión, las ganas de haberlo vivido y luego el apoyo familiar para poder seguir adelante. A partir de ahí, pues lo que hace falta es salud, es ganas, es vivirlo.

Tiene muchas cosas malas, pero tiene muchas cosas buenas. Es una actividad en la que tú siembras ahora en octubre un cereal en un terreno seco, que son semillas. Llueve y vas viendo cómo nace, cómo crece, cómo produce, cómo da un fruto y eso, pues gusta verlo. Es bonito ver cómo una ternera nace hoy, es pequeñita, con treinta y tantos kilos, va creciendo, se hace una madre, cría, da leche. Bueno, pues eso es algo tangible, algo que ves y algo que ilusiona.