Imagen de la extinta central de Garoña y Alfredo García

Imagen de la extinta central de Garoña y Alfredo García

Economía

“Garoña habría contribuido a que el precio de la electricidad hubiera sido menor”

Alfredo García, experto en energía nuclear y supervisor en la central de Ascó, lamenta el paulatino cierre de las diferentes centrales en nuestro país como complemento a las renovables

9 julio, 2022 07:00

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La Comisión Europea aprobó la energía nuclear como verde a partir del año 2023. Una noticia que sorprende en España ya que, desde diferentes formaciones políticas, han potenciado las energías renovables en su detrimento, dando nulas alternativas a su mantenimiento y contando en la actualidad con siete centrales en España.

España transita hacia una energía sostenible. Alfredo García, divulgador y escritor, celebra estos avances. “Estamos intentando reducir el consumo de combustibles fósiles, reducir las emisiones de gas y tenemos que buscar todas las herramientas posibles para conseguirlo. La producción de energía eléctrica necesitamos que sea baja en emisiones como las renovables, eólicas, solar e hidráulica, pero también necesitamos otras que sirvan de complemento ya que son variables, siguen ciclos de día y noche, y cambios en la velocidad del viento”.

La carencia de gas y energía está propiciando una subido del precio que ahoga a los ciudadanos: “Nos encontramos con una subida del precio del gas, amenazas del corte del suministro desde el norte de Europa y África, con altos precios e inestabilidad política junto con una guerra que ha venido después. Todo ello ha supuesto un grave problema de suministro energético que este otoño se va a hacer muy patente con un mayor consumo energético”, lamenta Alfredo.

Con respecto a esto, la central de Santa María de Garoña, ubicada en Burgos y que cerró definitivamente el pasado 2017, fue un duro golpe para la Comunidad Autónoma: “Garoña tenía una potencia de 466 MW, poco menos de la mitad de los reactores que tenemos ahora. En los años 80, cinco reactores casi ya construidos se paralizaron por motivos puramente ideológicos del PSOE de Felipe González. Si contáramos con esos cinco reactores y Garoña, en España el año pasado prácticamente no habríamos consumido gas natural para producir electricidad”. Tras Garoña, los problemas aumentaron ya que “en España tenemos un plan de cierre entre 2027 y 2035 donde el Gobierno persiste en su idea de seguir adelante”.

Si la central se hubiera mantenido “por potencia podría abastecer parte de Castilla y León. El tema es que no es una isla, está conectada a la red eléctrica española y una central nuclear no marca el precio de una región, es único en toda España. Garoña habría contribuido a que el precio de la electricidad hubiera sido menor, porque su sustituto es el gas natural”, sentencia Alfredo.

El problema traspasa fronteras. “Los países que han previsto cierres de centrales nucleares se están viendo amenazados: Alemania tenía 17 reactores nucleares fue reduciendo progresivamente su producción nuclear hasta quedar tres, que cerrarán a finales de año”. No obstante, la población germana apoya las centrales. “El año pasado Alemania produjo el 28% de su energía eléctrica con carbón y el hueco que han dejado las nucleares lo ha suplido el gas natural. En esta situación con unas restricciones en el suministro de gas, Alemania va a producir más electricidad con carbón y la opinión pública alemana así lo está diciendo. Los alemanes están a favor de abrir las centrales nucleares, según múltiples encuestas”.

Con todo, desde las formaciones políticas comienzan a plantearse la energía nuclear como necesaria. “Los partidos políticos se están empezando a posicionar habiendo cambios en todos ellos. Los de centro derechas están por la continuidad de las centrales nucleares españolas, pero observo en la izquierda, principalmente en el PSOE, dentro de las bases del partido tienen más claro que la energía nuclear es necesaria y sería un suicidio cerrar los actuales reactores nucleares. Cada vez tengo más la sensación de que va a haber un consenso político”.

Sobre los próximos meses, el divulgador es realista: “Creo que el futuro va a ser complicado y se necesitará mucha divulgación y pedagogía. Se va a tener que explicar muy bien a los ciudadanos que la energía nuclear es necesaria y no podemos cerrar los reactores actuales. Se necesitan construir nuevos reactores. Falta un gran consenso que está lejos de producirse. Los países emergentes están apostando por un mix entre energías nucleares y renovables. Tenemos un gran potencial de energías renovables, al ser variable no podemos garantizar el suministro de elegía eléctrica por lo que necesitamos el complemento de la energía nuclear”, sentencia.