El presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) y vicepresidente de la CEOE, Lorenzo Amor, ha estado hoy en Valladolid en un encuentro mantenido con el presidente del Consejo Económico y Social (CES), Enrique Cabero, durante un encuentro organizado por la cadena SER.

Amor ya ha avanzado que la CEOE presentará una "enmienda a la totalidad" a la propuesta del Gobierno nacional, por ser "intervencionista" y aumentar los costes para las empresas. 

En la posterior rueda de prensa, Amor ha exigido al Gobierno de Pedro Sánchez que "deje de ponerle más sogas al cuello" a los empresarios porque "las vacas ya no dan más leche", en clara alusión a la medida recientemente anunciada por el ministro de Inclusión, Seguridas Social y Migraciones, José Luis Escrivá, que plantea subir las cotizaciones a la seguridad social en un 0,6%. 

"No es momento de subir los costes laborales porque a las empresas y a los autónomos no se les puede seguir apretando más", ha indicado.

En opinión de Amor, la intención del Ejecutivo nacional de subir un 0,6% las aportaciones a las cotizaciones de la seguridad social hasta 2032, sólo cubrirían los pagos de dos meses.

En este sentido, el videpresidente de la CEOE ha recordado que en 2022 los empresarios ya tendrán que cargar con la subida de la base mínima de cotización, que supondrá ocho euros más al mes, a lo que hay que sumar los constantes sobrecostes derviados de los precios de la electricidad.

De hecho, tal y como ha indicado, España es el país de Europa con los costes más altos en cotizaciones, lo cual resta competitividad con respecto a otras de nuestro entorno europeo.

Demasiada temporalidad

Lorenzo Amor ha aprovechado para denunciar que la temporalidad registra un alto índice en el sector público, con un 32% en España y un 36% en Castilla y León, aunque hay comunidades autónomas con un porcentaje que alcanza niveles como los del País Vasco, con un 42%.

Independientemente de que el sector privado refleja una temporalidad del 19%, Amor se mostró partidario de buscar soluciones para revertir esta situación también entre el tejido empresarial.

En cualquier caso, Amor ha insistido en diferenciar temporalidad y precariedad poniendo como ejemplo, tal y como recoge la ICAL, que una empresa que contrata a una persona de viernes a domingo en una casa rural de Castilla y León o seis meses para la temporada de esquí en Sierra Nevada, puede tener un contrato temporal que no tiene por qué ser precario si se cumple el convenio colectivo y la jornada.