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ENTREVISTA | Ángel Blasco: “A los bolsillos de los hosteleros no ha llegado ni un solo euro de la Junta"

8 diciembre, 2020 09:00

El segoviano Ángel Blasco Hernández vive una etapa frenética, que dejará en poco tiempo, como presidente de la Confederación de Hostelería y Turismo de Castilla y León -cargo en el que lleva desde 2018-, dos sectores que viven la crisis del coronavirus de manera virulenta. Quizás sea del mundo económico y empresarial donde mayores problemas existen para continuar con unos negocios que, en gran mayoría, se hacen ruinosos.

Blasco Hernández se muestra muy crítico con los políticos y las políticas que se están implementando ante la crisis. En una entrevista a NOTICIASCYL, celebrada en Segovia, donde las quejas también llegan de la hostelería local por la negativa del Ayuntamiento a permitir calentadores en las terrazas, Blasco habla de la situación agónica del sector y del futuro que, a expensa de las vacunas, no es nada halagüeño.

Vaya realidad que vive el sector de la hostelería y el turismo de Castilla y León.

No solo el sector de Castilla y León, sino de España entera, jeje. Diecisiete comunidades y cada una tiene su complicación, aunque la pandemia es para todos.

¿Qué situaciones nos encontramos?

Las situaciones propias que tenemos en una pandemia sanitaria, en la que todo el mundo decimos que lo primero es la salud, pero sufrimos una pandemia económica tremenda. No es solamente la hostelería o la hotelería, que llamamos ahora los alojamientos, sino un montón de sectores,  como es también la cadena de valor, donde hay cantidad de proveedores de todo tipo que están en una situación gravísima. Nadie esperaba que esta situación se alargara tanto. Vamos camino de nueve meses, desde marzo, cuando comenzó el primer brote importante de la enfermedad, o cuando nos dimos cuenta que aquello ocurría y nadie esperaba que durara tanto. Ahora tampoco sabemos cuándo va a ser el final. A pesar de que día a día surgen laboratorios importantísimos en todo el mundo que hablan de vacunas, y ojalá se pueda producir una autorización de vacunas que puedan paliar un poco la situación que tenemos. Mientras tanto, económicamente está suponiendo un bajón de varios años que superarlo va a tardar dos o tres años más.

¿Qué medidas son precisas para hacer frente a esta crisis?

En el sector nuestro ya no caben medidas, además de algunas concentraciones que hemos hecho, porque nosotros no somos de manifestación al no ser un sindicato propiamente dicho, sin hacer de menos a los sindicatos, somos empresarios que no estamos acostumbrados a manifestarnos. De hecho se están haciendo en todas las capitales de provincia de nuestra Comunidad Autónoma. Y en alguna ocasión también se han hecho concentraciones en las que hemos participado todos y ahora, seguramente tenemos que preparar otra, más que nada para que se nos vea y para que los medios de comunicación, para que ustedes los medios nos den más entrecomillas para conocernos y explicar la situación tan grave que estamos sufriendo todos.

Porque claro, hay una dicotomía en las empresas de la hostelería. El 90 por ciento de la hostelería de Castilla y León son pequeñas empresas y autónomos. De manera que si pertenece a una familia son trabajadores también. Aquí no cabe esa distinción empresa trabajador. En absoluto. De manera que habrá que hacer nuevas concentraciones.

Habrá que pedir a nuestro gobierno de la Junta y también, naturalmente, al Gobierno central, lo único que cabe ahora mismo, que es lo que pedimos siempre, déjennos trabajar. Porque nuestros locales, los alojamientos, la hostelería, los restaurantes, los bares, son los lugares más seguros. Es más seguro que la calle y más seguro que muchos domicilios particulares. Entonces pedimos que nos dejen trabajar y solicitamos también ayuda económica.

Solo pedimos a la Junta y al Gobierno central que nos dejen trabajar, porque nuestros locales son los lugares más seguros

¿Cuál es la situación real del sector, concretamente en nuestra Comunidad Autónoma?

En nuestra Comunidad Autónoma hay del orden de 32.000 establecimientos y posiblemente se lleguen a los 120.000 puestos de trabajo. Actualmente, con permisos y sin necesidad de permiso no todos están abiertos. Como podemos observar, si van por la calle, el 40 por ciento de los establecimientos no han abierto, aunque se lo permita la normativa. Por cierto, una normativa que cambia cada semana desde el mes de marzo. El Gobierno de Castilla León, concretamente, siempre ha anunciado las medidas un viernes, de manera que más perjuicio en el sentido de que nadie está preparado para trabajar un fin de semana con clientes a nivel de tener que hacer provisión de mercancías, de bebidas, etcétera, etcétera, en lo que es la restauración de la hostelería. Y eso se nota. Mucha gente decide no abrir. Son situaciones en que los regenta una familia o una pareja. Y en algunos casos tienen cinco o más empleados. Es muy difícil, porque claro, si hablamos ahora de los empleados, muchísimos de ellos, ya escuchamos la noticia de que unas 750.000 personas están en los ERTE, casi todos son de la hostelería.

Ustedes han presentado una serie de medidas a la Junta de Castilla y León para salvar el sector.

La semana pasada tuvimos una reunión con el gobierno regional, en la cual había cuatro o cinco consejeros, el de Fomento, de Hacienda, de Cultura y Turismo y Empleo, también estaba el vicepresidente. Además, fuimos saludados por el presidente. He de recordar que hemos tenido muchas reuniones, yo diría que más de 30 con el Gobierno de Castilla y León, pero siempre fueron para anunciarnos algo que ya habían decidido previamente. Esta vez estábamos contentos porque nos citaban para compartir ideas, para que les ofreciéramos, le pidiéramos o se expusieran nuestras necesidades. Y en ese sentido estábamos contentos. 

Salimos decepcionados de la reunión porque en vez de obtener lo que íbamos buscando, obtuvimos lo contrario. Nos dijeron, preséntenos un plan y lo estudiaremos y si cabe, entre comillas, dentro de nuestro presupuesto de gasto, veremos a ver hasta dónde se puede llegar. Sí hay muy buenas palabras, porque ese proyecto va en ese presupuesto, y a mi modo de entender ha sido un tapujo o como lo queramos llamar, el Plan de Recuperación, todo ya un poco hecho. Pero nuestro proyecto no es más, resumiéndolo, que lo que he dicho al principio, déjennos ustedes trabajar, y consideren que la hostelería no es donde está el peligro. De hecho, el propio Ministerio de Sanidad reconoce un porcentaje bajísimo de donde se han producido los contagios de esta gravísima pandemia. Nosotros solo decimos que nos dejen trabajar y nos ayuden económicamente.

Déjennos trabajar y ayúdennos con ayudas directas, no nos vale un crédito ICO o un aval, porque los créditos no son ayudas, los créditos hay que pagarlos

Pero ayudas directas, no nos vale un crédito ICO, no nos vale el aval de Iberaval para obtener un crédito avalado en este caso, porque los créditos no son ayudas, los créditos hay que pagarlos. De hecho, mucha gente se ha endeudado con créditos del ICO y apoyados por Iberaval. Y de aquí a nada habrá que empezar a pagarlos. También habrá que pedir una moratoria, naturalmente pedir carencia para empezar a pagar más tarde esos créditos. Pero repito, no son ayudas, son créditos. Lo cierto y verdad a día de hoy es que desde comienzos de la pandemia, a mediados de marzo, de la cantidad de ayudas publicadas en el Boletín Oficial de Castilla y León (BOCyL) no ha llegado ni un solo euro a los bolsillos de los hosteleros. 

¿Por qué no ha llegado ni un solo euro?

Pues porque es muy farragoso, porque hay mucha documentación, mucho papeleo y porque el trabajo con la administración supone burocracia, que es otra de las cosas que siempre venimos pidiendo cuando nos sentamos a dialogar, hablar o a negociar con ellos, que agilicen las tramitaciones. No se puede estar esperando. Tenemos muy cercanas las experiencias de Francia y de Alemania, donde directamente están inyectando liquidez a las empresas, que es lo que nosotros queremos.

Echar el cierre no supone terminar con los gastos.

Naturalmente. Pero no solamente en la hostelería. En cualquier actividad cerrar no significa que no haya gastos. Y, sobre todo, en estos sectores de los que estamos hablando, como puede ser también el comercio, que muchísimos locales no soportan el alquiler. Es verdad que muchos propietarios han ayudado y han negociado el sistema de alquileres. Ha habido reducciones, pero al final se paga. También hemos pedido ayuda para los alquileres , aunque es difícil porque son situaciones muy complicadas y muy diferentes en cada provincia, ciudad o localidad. No solamente son los alquileres, es la energía, es la luz, los teléfonos... son muchísimos gastos corrientes y si hablamos ya del personal, de los empleados, de los seguros sociales, ni le cuento, es imposible hacer frente a todos los gastos. A mayores, se ha visto incrementada la cuota de los autónomos.

Cerrar no significa que no haya gastos: Luz, energía, teléfonos, seguros sociales, empleados... Es imposible hacer frente a todos los pagos.

¿No descartan movilizaciones si no hay una mayor respuesta por parte de las administraciones?

No, en absoluto. No es que no las descartamos, es que nosotros trabajamos para nuestros asociados y también para todos, aunque no sean asociados. Y nos lo están pidiendo constantemente. Hemos sido el canal de comunicación de poner las medidas en orden y también de información, porque la comunicación desde la Junta y también desde el Gobierno central ha sido demasiado farragosa y poco entendible. De manera que, por un lado, hemos hecho de instructores, de canal de transmisión de cómo se llevaban a  efecto las órdenes publicadas en los boletines oficiales. También hemos hecho de sanitarios y de policía cada uno en su local. Siempre diciendo, 'oiga, póngase la mascarilla, tenga cuidado, mantenga la distancia',  de manera que los locales son los más seguros y se ha venido demostrando durante meses. 

En cuanto a lo de cerrar, sí, mucha gente se va a quedar en el camino, que esa es otra cuestión que hay que tocar. No los cierres voluntarios, es otra cuestión. Los cierres obligados por la normativa es otra, pero hay mucha gente que ha cerrado. No va a poder levantar el cierre, cuando uno camina por alguna calle principal de alguna de nuestras ciudades o capitales de provincia, ve carteles de se traspasa, se alquila, se vende. Puede ser que llevemos ya más del 30 por ciento de locales, sobre todo los pequeños, que no puedan volver a abrir.

Mucha gente y muchos negocios se van a quedar en el camino, y esa es otra cuestión que debemos tratar con las administraciones públicas. Vamos camino del 30%

¿Qué opinión le merecen los ERTE?

En ese asunto de los ERTE estoy poco familiarizado porque es verdad que es muy farragoso. Lo decía  al principio, tenemos un país con muchísimas leyes y claro, uno tiene demasiado con atender su negocio. Muchos dependemos de gestorías o gestores o alguien que nos lleve los papeles, por decirlo en castellano. Pero desde luego es farragoso, es complicadísimo, nada más hay que ver las tramitaciones que hay en el SEPE, es terrible, por no hablar de que hay un mercado negro. Solo hay que ver las secuelas en el sector, no han funcionado bien. Les ha llegado una avalancha de personas. Se habla actualmente de 750.000 trabajadores, ya lo hemos comentado antes, y las oficinas del SEPE, que son los que lo gestionan los expedientes, no dan abasto.

Luego está la cuestión económica consecuente de ellos. Ha habido un desvarío. Hay gente que todavía no ha cobrado desde marzo, aunque se va arreglando poco a poco, es cierto, pero desde los primeros expedientes autorizados y aprobados, cuando comenzó esta tremenda enfermedad, hay quien todavía no ha cobrado. También hay errores de quienes han cobrado el doble. Luego el dinero tendrán que devolverlo. Nos ha pillado a todos un poco a traspié y entendemos que pueda haber atasco. Pero eso se lo digo a usted, no a un señor o a una señora que han puesto en ERTE y que no han cobrado y que tienen una familia que mantener.

No se cansan de repetir que la hostelería no es la causante de la mayoría de los contagios.

Es más, yo diría y está casi reconociéndose a nivel popular, que la hostelería ayuda. También lo hemos dicho siempre en las manifestaciones que hemos tenido, como en las mesas con el Gobierno. No hemos sido el problema y podemos ser parte de la solución. Eso siempre lo hemos venido diciendo y es cierto, cumpliendo toda la normativa sanitaria, de seguridad, más lo añadido que podemos realizar cada uno de nosotros en los locales y en los negocios. No hay duda que ofrecemos seguridad.

Es cierto que a lo mejor hay casos excepcionales. Lo que no se puede es demonizar la hostelería y perseguir a todos. Es fácil decir todos cerrados. Luego hay otra segunda parte, cuando una situación como la actual, en que a las diez de la noche hay que estar en casa. Mire que hemos hecho campaña en la hostelería para convencer a la gente que venga a cenar a las 20 horas. Eso en nuestro país es imposible. Esto no es Centroeuropa. De manera que la mitad del negocio nos lo hemos cargado con esa medida. Se supone que un restaurante sólo puede ofrecer el servicio a la hora de comer.

Está casi reconociéndose a nivel popular, que la hostelería ayuda. No hemos sido el problema y podemos ser parte de la solución.

¿Qué puede haber supuesto la apertura de la hostelería para este puente de la Constitución?

 Lo dice en parte, ¿no? No supone nada. En muchos casos supone el mantenimiento de los locales. Económicamente en absoluto se va a conseguir ni siquiera cubrir los gastos teniendo en cuenta que permiten o se va a permitir, en general, las terrazas abiertas, pero con un 75 por ciento de ocupación según el aforo que puedan tener. Con el tiempo que tenemos, ya que desde otoño en Castilla León hace frío, nada más hay que ver las condiciones meteorológicas que estamos viviendo estos días. Es imposible por muchas medidas que se tomen de cubrir la terraza. Eso si hay permisos y un tercio del aforo en el interior en el caso de que se dejen utilizar los locales o dar servicio en ellos. E absolutamente imposible que salgan los números. Por eso, muchos locales no abrirán a pesar de tener permiso para poder hacerlo.

Veremos a ver qué ocurre este viernes próximo cuando ofrezcan los acuerdos y datos del último Consejo de Gobierno que se celebrará el jueves. Vamos a ver qué ocurre.

¿Cómo se presenta la Navidad para estos sectores que usted representa?

No pensamos hoy en día en Navidad. En la última reunión que tuvimos con la Junta, ni siquiera le planteábamos el puente de la Constitución, ni siquiera le planteábamos las fiestas navideñas, porque no era esa nuestra exigencia. No íbamos a pedir déjennos abrir en Navidad, simplemente decíamos déjennos trabajar. 

¿Cómo lo vemos después de la experiencia que ha habido hasta ahora? Pues que igual que está ahora, con confinamientos perimetrales que si ya es muy complicado sacar el puente, imagínese la Navidad. Debemos tener en cuenta que existe una cuestión importante en Castilla y León, siempre decimos que vive del turismo, entre comillas. Sí es cierto que el turismo supone una gran aportación al Producto Interior Bruto de Castilla y León. El turismo supone muchas cosas y casi un 30 por ciento del turismo extranjero, que es imposible que vengan. ¿Qué sigue? Es importantísimo el turismo de Madrid. Sabemos las circunstancias que hay en la Comunidad de Madrid. Y estos son nuestros clientes, Madrid a falta de extranjeros. Entonces, si no se puede mover la gente entre provincias, no podemos hablar de Navidad.

No solamente en el plan familiar que se está hablando ahora, tras la reunión de los consejeros de Sanidad con el Gobierno central para ver qué medidas se podrían estudiar, que hablan de reuniones de diez personas y permitir la movilidad. A lo mejor una familia pueda desplazarse. Pero siempre está la seguridad, la seguridad y la seguridad, que supone para ellos el cierre perimetral y no dejar mover a las personas, de manera que la Navidad familiar se salvará. Ojalá. Pero qué me dice de las comidas de empresa, de las celebraciones fuera de los trabajos, etcétera, etcétera. Entonces lo damos ya por perdido. Nuestras valoraciones es esperar al 2021, el que consigamos llegar, si podemos, si no es con el esfuerzo del Gobierno con una ayuda económica directa. Es lo que siempre pedimos, porque cada vez se irá incrementando la cifra de los negocios o los establecimientos que no podrán levantar la persiana.

¿Qué esperanzas tiene para el próximo año con los vacunas de por medio?

Si es cierto, como parece ser, que están surgiendo vacunas de diferentes laboratorios, es muy fácil entender que nos vamos a vacunar todos. Es un proceso largo, sobre todo por lo que se está escuchando en los medios respecto de que las vacunas necesitan un tratamiento especial. Hablan de hasta 70 y 80 grados bajo cero y no cualquiera consigue esa temperatura. No dudo de que a lo mejor es el camino para intentar llegar a controlar esta pandemia.

Por otro lado, ya se está hablando de una tercera ola. O sea, que todo no es tan sencillo como pone el presidente del Gobierno, que ha dicho hace cuatro días que en enero o febrero nos vamos a vacunar todos. Eso es imposible. Pero vamos, los técnicos no somos nosotros, que entendemos de hostelería. Por cierto, estamos esperando conocer quiénes son los técnicos sanitarios que aconsejan tanto al Gobierno central como al Gobierno autonómico, que son quienes inducen esas normativas de duerma usted en casa a las diez de la noche.

Todavía no hemos hablado del ocio nocturno. Es otra puñalada. En este sector no es el 20 ni el 30, será el 60 o el 70 por ciento los locales que van a desaparecer. Ellos no han trabajado desde el primer momento. Tienen esperanza, como se suele decir, a partir de abril, poco a poco empezar la recuperación del sector. Hablamos de primavera, realmente el propio gobierno de Castilla y León, y estoy hablando por palabras de nuestro propio presidente de la Junta, señor Mañueco, ya está todo el mundo trabajando. A ver si conseguimos llegar al verano, a ver si conseguimos que sea un verano igualado, como el pasado o como otros anteriores con todos los proyectos que se están realizando. Y estoy hablando de Castilla y León y a nivel de gobierno especialmente, ya que la Consejería de Cultura y Turismo tienen en su punto de mira el verano próximo, a ver si se consigue la normalidad, contando naturalmente con el sistema de vacunación.

Nosotros tenemos que tener esperanza, naturalmente, y transmitírsela a nuestros asociados y al sector.

Vamos a ver si es cierto que se puede llegar a obtener una vacunación más o menos constante en los primeros meses del año. Y salvemos la primavera posiblemente. Ojalá que lleguemos, pero no tenemos confianza al 100 por ciento

Ojalá con la vacunación podamos salvar la primavera, pero no tenemos confianza al 100 por ciento. El Gobierno regional tiene en su punto de mira el verano próximo.

¿Y del turismo que me dice?

En España se nos llena la boca, y es verdad, de 80 y no sé cuantos más millones de turistas al cabo del año. Ha sido cierto, pero no está nada claro que hasta el año 2021 o 2022 pueda volver todo ese turismo extranjero. Por tanto, tenemos que partir del turismo nacional, que es muy complicado porque 17 autonomías, más las ciudades de esas autonomías que están, digamos, intentando llevar el turista español a su terreno. Nosotros tenemos empatía en una situación privilegiada, porque estamos relativamente cerca de Madrid y por el norte con el País Vasco, que son, sin hacer de menos a otras comunidades como Valencia o Andalucía, pero nuestro fuerte está ahí. Ya se están haciendo campañas para captar a esos turistas, no solo vamos a crear unos bonos que de hecho ya existen. Primero hay que animar a la gente, aunque estemos muy bien, pero en general estamos desanimados. A mí me ofrecen un bono para viajar, pero me tienen que ofrecer más alicientes, como aquí por ejemplo, nuestro románico. En Castilla y León hay 20 o 23 ciudades con más de 20.000 habitantes. El resto son todos municipios de unos 1.500 habitantes, con mucho turismo rural, como pudimos comprobar con el boom que hubo en mayo con las casas rurales, quizá porque las familias preferían estar como aisladas y con más confianza. Pero eso fue efímero. Fue solo un poquito de tiempo. Eso se ha terminado muy rápidamente. Ahora todas las agencias están ya reservando para hoteles y alojamientos de turismo rural. Claro, hay muy poquitas reservas y con las situaciones de perimetraciones no se puede viajar, y si no hay movilidad no hay turismo. La ocupación de los hoteles en Castilla y León no llega ni al 10 por ciento de ocupación y generalmente trabajadores o gente que se mueve por circunstancias laborales. Pero turismo muy poco.

¿No existe un cierto caos con unas provincias abiertas, otras no, en una Comunidad tan amplia con nueve provincias?

Somos tan grandes, tan extensos que no somos iguales. No es lo mismo la problemática de Burgos con la de Ávila. No es lo mismo Soria que Zamora, de manera que es un lío. Pero sobre todo es un lío también a nivel de información, porque se transmiten mal las normativas. Mi mujer tiene una posada de turismo rural en Segovia, que está con la linde, como dicen aquí, de Madrid. Mucha gente que había hecho sus reservas, luego ha llamado que no se había dado cuenta de que Segovia está cerrada perimetralmente. A la gente le falta información. La que existe, que es mucha, no está nada clara. Si no está nada clara para nosotros, mucho menos para los posibles clientes. Por eso le decía también al principio que los empleados y los hosteleros en general han hecho de informadores para transmitir las órdenes y al final también de policía.

Permítame una última pregunta. El otro día salió a debate con el consejero de Cultura y Turismo la subsistencia de muchos pueblos y locales gracias a las fiestas populares y patronales y, sobre todo, la continuidad de casas rurales, restaurantes, comercios y bares.

No queremos que vuelva a ocurrir lo acontecido el verano pasado, ya tenemos la experiencia, cuando todo el mundo iba suspender las fiesta. Cualquier alcalde de una pequeña localidad o mediana o grande le aconsejaban que suspendieran las fiestas y lo hacía rápidamente, incluso sin ese consejo.

De acuerdo. Entonces se realizó un gran programa cultural y se celebraron las 'no fiestas', y resulta que se prepararon unos historias de botellones, de fiestas de las peñas, de locales, escandalosas. Por tanto, celebrar las fiestas en el sentido de mucha gente, si decimos de mantener, es imposible controlar un número grande de personas manteniendo la seguridad, las distancias, las mascarillas, etcétera, etcétera.

Pero eso no tiene mucho que ver con que en un pueblo, el comercio, el bar, el pequeño restaurante, donde se venden los periódicos, que son centros de información, donde a veces la gente hace las quinielas, incluso ahora es donde dejan los transportistas de Amazon los paquetes, eso es lo que significa estar abiertos, por lo que no tienen mucho que ver con fiestas, ya serán fiestas cuando se pueda. Pero un pueblo necesita a ese tipo de establecimientos.

La mayoría de los pueblos, por desgracia, están para desaparecer. Es una pena porque los establecimentos de los pueblos pequeños de 200 o 300 habitantes, están cerrados, no hay ni luz, porque el señor del local cerró la persiana y también apagó la luz. Una lucecita que tenía en la calle, ni eso existe. Una pena.

Ángel Blasco recibe a NOTICIASCYL en Segovia./ FALCAO