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Rocío Lucas: “No se cerrará ningún colegio si no existe una transmisión comunitaria incontrolada entre todos los niveles educativos”

1 noviembre, 2020 08:30

María del Rocío Lucas Navas, la consejera de Educación de la Junta de Castilla y León, nació hace 50 años en la localidad soriana de Villálvaro, pedanía de San Esteban de Gormaz. Es licenciada en Derecho y funcionaria del cuerpo superior de la Junta de Castilla y León. Estuvo trabajando en la Administración en Soria hasta el año 2003, cuando se trasladó a Valladolid. Desde entonces, es alto cargo del Gobierno regional.

Nombrada consejera por Alfonso Fernández Mañueco, Rocío Lucas declara abiertamente tener a Juan José Lucas, expresidente de la Junta de Castilla y León, como un referente político y un apoyo personal. Mientras que es de sobra conocida la afinidad política y personal de Juan José Lucas y Fernández Mañueco, ya que fue por aquella época cuando el actual presidente de la Junta comenzó a dar sus primeros pasos de la mano de Juan José Lucas y, éste, no ha dudado en apoyarle en el proceso de primarias.

Rocío Lucas ha tenido la suerte -o la desgracia- de tener que gestionar dos cursos, de momento, marcados por la mayor crisis sanitaria, y quién sabe si también económica, de los nuevos tiempos, en los que no sólo está en cuestión la educación, sino también garantizar su salud y las de sus allegados. Con Lucas -que algo, aunque sea lejano, tiene que ver con el expresidente- habla NOTICIASCYL sobre el regreso a las aulas, la marcha del curso y los problemas que puedan llegar.

Consejera, ¿cómo transcurre este inicio de curso académico en un año tan complicado?

Somos conscientes de que es un curso atípico, complejo, lleno de incertidumbre, como la sociedad en general. Ya finalizamos el curso anterior en una situación de casi finalizando el estado de alarma de una situación de pandemia y este curso lo hemos comenzado en pandemia. Ahora, tras dos meses, nuevamente un estado de alarma con distintas condiciones. Pero también es un curso, como digo, con la implicación de todos. Está resultando más satisfactorio de lo que se podía pensar inicialmente. El protocolo que se ha seguido para que las aulas sean seguras está demostrando que el contagio en las aulas, cuando se produce un positivo, es inferior a lo que se puede producir en otros escenarios, entornos de la sociedad, de la vida en general, de los alumnos. Por tanto, si seguimos con esta rigurosidad en el protocolo, en las medidas de seguridad, en la implicación de padres, de profesores y de toda la sociedad escolar, podemos considerar que este curso puede avanzar en unas condiciones razonablemente positivas.

La incidencia, como podemos observar, tampoco está siendo muy alta. Si tenemos unas 16.000 aulas en Castilla y León, tenemos actualmente cuarentenas en 161 que, prácticamente, el 99 por ciento son de Infantil y Primaria. Eso significa que son aulas donde no se llevan mascarilla. Son grupos burbuja que cuando se produce un positivo tienes que cuarentenar toda el aula porque realmente no hay protección.

Muchas dudas y miedos al inicio del curso, pero ya están los estudiantes en clase.

 El miedo al inicio de curso era normal. Se había planteado a nivel de toda España y prácticamente de todo el mundo cuando se produjo la pandemia, el cierre de aulas con una medida drástica que se produjo en marzo. ¿Por qué? Porque se pensaba que los alumnos, los niños, podían ser super contagiadores. Y al no existir tampoco ninguna situación análoga. ¿Qué pasaba con los escolares en todo el mundo? Pues se cerraban las aulas. Se ha visto luego con las correspondientes evoluciones y los estudios que se pueden contagiar, incluso inferior a otro tipo de colectivos. Y ya desde el comienzo de la preparación del siguiente curso, pues la OMS, UNICEF, todos los Estados también de la OCDE, decidían que tenían que volver los alumnos a las clases, que hay que convivir en esta situación, pero que realmente era necesario una vuelta a las aulas. Entonces, todas las comunidades autónomas pusimos un protocolo con unas condiciones generales para que esa aula, esa vuelta, fuera segura. No todas las comunidades autónomas hemos considerado que la vinculación del aula a la clase era necesaria. En Castilla y León hemos sido una de las pocas, junto con otras cuatro comunidades autónomas, que hemos trabajado para que esa vuelta fuera presencial al cien por cien. O sea, que tuvieran las condiciones igual los niños de la zona rural, de la zona urbana, los niños que tuvieran digitalización o no la tuvieran. O sea, que fuera presencial. De hecho, en la FP somos la única comunidad autónoma en que la presencialidad es total. Llevamos ya prácticamente, como digo, dos meses de comienzo de curso y lo que inicialmente podías pensar que podía ser mucho más complejo, estamos viendo que con las medidas y con los protocolos y con las distancias, con la mascarilla, con la disciplina también en la higiene y en la desinfección y la ventilación tan importante para los centros, en este caso de aulas cerradas, se está viendo que se está controlando una situación de pandemia que, lógicamente, sigue siendo complicada.

¿Cómo evalúa entonces la incidencia COVID en las aulas?

Analizando cómo se está produciendo la incidencia en otros ámbitos, pues relativamente moderada. Como vuelvo a decir, si tenemos 16.000 aulas en el ámbito educativo y tenemos ahora en cuarentena 161, eso conlleva el 0,9 por ciento de las aulas. O sea, que conlleva que el otro 99 por ciento son aulas que están haciendo una actividad escolar con normalidad. Y luego está el impacto de la Covid en los alumnos, hemos realizado 8.000 pruebas PCR a los alumnos, de ellos, unos 158 son los que han sido positivos. Por tanto, el impacto no es muy alto en el ámbito escolar, es decir, en el ámbito de las aulas dentro del entorno educativo.

La oposición en las Cortes habla un día y otro también de improvisación. ¿Qué tiene que decir?

Que un curso de estas características no se plantea ni se organiza si no está planificado, estructurado, determinado, con directrices claras, con instrucciones claras de cuándo se tienen que contratar los profesores, los transportes, los comedores, la limpieza. O sea, que había mucha planificación y mucho trabajo detrás de este comienzo de curso.

¿Estima al PSOE como insolidario en estos tiempos de pandemia por sus críticas?

Considero que las críticas, en este caso, muchas son infundadas y por desconocimiento. Son como mantras generales que se repiten y se repiten. Y aún con la fuerza de los datos, porque la realidad es más tozuda de lo que repiten, siguen manteniendo su idea de situaciones de improvisación. No puedes plantear improvisación cuando estás saliendo con las características que estás saliendo. Yo no diría tanto como insolidarios, pero sí un desconocimiento de la realidad y no querer tampoco que se les explique esa realidad.

Usted apostó desde el primer momento por las clases presenciales.

La Junta, en general, se ha apuntado a las clases presenciales. La Educación es el contacto del alumno con las aulas. O sea, es un derecho fundamental reconocido en la Constitución Española, en el que la Educación es obligatoria en los centros educativos. No existe otra educación que no sea en los centros educativos. Lo otro fue una situación en la que había limitación de los derechos fundamentales como estado de alarma, y el propio gobierno del Estado decretó que la educación tenía que ser on line. Eso fue una limitación de un derecho fundamental, como es la Educación. Fuera del estado de alarma en el que estábamos, ya con el comienzo de curso en septiembre, tienes que volver a lo que es el derecho de la educación, que es la vuelta a las aulas, no sólo del ámbito educativo, y capacitante que conlleva la educación, sino de socialización, la humanización de adquirir hábitos de conducta, de comportamiento y de relaciones sociales. Eso sí, tenía que ser distinto. Teníamos que mantener las leyes de seguridad, teníamos que plantear con el metro y medio de distancia, la mascarilla y de hecho, el esfuerzo de la Consejería, de las direcciones provinciales, de la Inspección, de los equipos directivos en aprovechar todos los espacios que había disponibles en las aulas para hacerlas seguras, aprovechando laboratorios, talleres y bibliotecas para que estuvieran los alumnos. Si antes había 30, que hubiera 25 o los que cupieran en ese metro y medio. Ha sido un trabajo intenso.

La pregunta que siempre se cuela. ¿Qué pasa con los niños que deben guardar cuarentena en sus domicilios con los padres trabajadores?

Se ha planteado por parte de la Junta porque no afecta sólo a la consejera de Educación. Yo sí que se lo he transmitido en las reuniones con los distintos ministerios de que es un tema a nivel de Gobierno de España, en el que había que establecer unos permisos o unas situaciones de regulación, para que los padres que trabajan y los niños que están cuarentenando puedan cuidarlos y estar en casa con ellos. Es una de las demandas que estamos continuamente planteando, porque como podemos ver, la educación es tan transversal que no solamente afecta al ámbito educativo, afecta a toda la relación laboral, también a los padres que trabajan. Si no hubiera  educación presencial, sería muy difícil también compaginar ese trabajo con esa atención a los niños. Por tanto, es un tema que volvemos a insistir que es el Gobierno el que tiene que marcar las directrices, porque es la competencia que tienen ellos. Desde la Consejería de Familia sigue estableciendo permisos y una norma específica para aquellas familias que lo necesiten puedan acogerse a esas situaciones.

¿Los padres en este momento han respondido dentro de las expectativas de la Consejería de Educación?

Nos han transmitido, en este caso AMPAS o la Confederación de AMPAS, que también ellos querían una vuelta presencial a las aulas. Cuando nos reuníamos previamente a comienzo de curso y hemos tenido contactos, el deseo era que los niños tenían que estar en las aulas. Por lo que nos llega, las sensaciones son de satisfacción en la medida en que se está produciendo con una cierta normalidad. Y esperemos que con el esfuerzo de todos, vuelvo a insistir, pues continúe así.

Una pregunta que me piden algunos padres que le formule. ¿Si un niño de Infantil o Primaria debe estar en cuarentena, quién se encarga de su educación o formación cuando por edad es casi imposible las clases telemáticas?

Eso ya lo vimos también en el confinamiento total, en el que evidentemente por la situación de la edad pedagógica, los niños no tienen ni el uso del ordenador ni las capacidades y están en un hábito, digamos, en una adquisición de hábitos educacionales distintos. Muchas ocasiones es el contacto telefónico del profesor, en este caso con los padres o con el niño, con los envíos de correos electrónicos para que puedan avanzar en el libro correspondiente. Y no hay otra fórmula, porque por su capacidad y por su, en este caso de aprendizaje, no puedes tener una conexión de un aula virtual o de conectarte vía on line. Eso hace que cuando vuelvan a las aulas, lo bueno de esto es que puedes estar 10 días y luego vuelves a tu aula, en esos planes de refuerzo y de mejora del aprendizaje que tienen que tener todos los centros, pues se refuerza también lo que no haya podido adquirir.

Las clases han funcionado bien on line como se demostró en el último trimestre del curso pasado, en cuanto a estudiantes mayores de 12 años, pero por debajo de esas edades ¿qué se hace?

A eso me refiero que por debajo de esas edades, cuando han vuelto a las aulas presenciales, se ha hecho un refuerzo de la parte curricular y de la parte de adquisición de competencias que no estaban bien adquiridas en el tercer trimestre. Por eso era tan importante la vuelta a la presencialidad, porque eran ya tres meses de no tener contacto en las aulas, más las vacaciones de verano, eran seis meses sin los niños tener contacto en las aulas. Cuando hablamos de on line puede ser por su competencia, por su capacidad para una franja de edad, pero evidentemente no sirve para otra franja de edad en la adquisición de cómo se aprende a leer, cómo se aprende a sumar, cómo se aprende a adquirir conocimientos, es presencial. A eso sí que ha habido planes de refuerzo específico para todos los alumnos y cada uno de los centros puede garantizar.

¿Puede garantizar que ningún alumno se quedará atrás?

Por parte de la Consejería de Educación todos los esfuerzos humanos, digitales y tecnológicos se han puesto y se van a poner, si hay una situación que por la circunstancia epidemiológica determine que nos vamos a confinar todos, desde el punto de vista social, eso hace que pongamos todos los medios.

También hay que hacer un esfuerzo por parte de los alumnos a la hora de que nadie se quede atrás, porque pone las herramientas con los esfuerzos. Pero evidentemente también el alumno tiene que hacer un esfuerzo. Lo que sí garantizamos desde la Consejería que nadie se va a quedar. Si no tiene ordenador tendrá ordenador, si no tiene tarjeta SIM tendrá tarjeta, y si no tiene cualquier otra herramienta que sea necesaria para el aprendizaje, la tendrá.

¿Cómo valora el papel del profesorado en este inicio de curso? Existen algunas quejas de que el profesorado no está preparado para las responsabilidades que se le piden en el aula de tipo sanitario y luego la dotación de recursos humanos.

La labor del profesorado ha sido de reconocimiento máximo. En ningún momento se plantearon no acudir a las aulas. Son funcionarios públicos y así lo han demostrado. En cuanto se toma la decisión a nivel nacional de la educación en las aulas, en Castilla y León no han tenido ningún problema en la medida que lo han asumido como su trabajo, con una vocación de servicio y con una vocación de cuidado al alumno y a las familias digno de reconocer y es digno de agradecer. Y por otro lado, como digo yo, de un reconocimiento máximo por parte de la Consejería de Educación. Cuando se habla de si se necesita más o menos profesores, sí que es necesario contratar más profesores. El mantenimiento de las aulas burbuja de entre 22 y 25, pues hacía que más de 25, donde las aulas fueran pequeñas, no hubiera, tanto de infantil y primaria, en primer lugar eran unos 800 profesores. Luego con los desdobles y con las matrículas que se han ido produciendo a 1.100/1.105. Ahora estamos ya 1.300/1.350 los profesores que se han tenido que ir contratando para hacer esos desdobles y esos refuerzos. Sí que es cierto que fue necesario hacer los equipos COVID, esos equipos en los que comentas que tienen que tener cierta formación en cuanto a cómo tratar un caso sospechoso que por parte de la Consejería de Sanidad, de la Consejería Educación, se mantuvo una formación durante el principio de curso para que supieran como tenían que actuar, a medida de que aislarla de llamar al 112 y llamar en este caso a los padres para que si su hijo tenía fiebre, tenía todos o tenía alguna sintomatología que fuera compatible con COVID, se le aislara. El resto de formación específica no se les exige que tengan que tener, sí mantener las distancias y hacer guardar la disciplina de los alumnos. Hay que reconocer que los alumnos se están comportando de forma magnífica también en las aulas.

Los alumnos de Infantil, de Primaria, de Secundaria y Bachillerato, que hoy reconozco cómo transmiten a los padres la importancia que tiene la Educación para nuestra Comunidad Autónoma en el valor que implica culturalmente también la educación, y eso se está demostrando también en el comportamiento de las aulas. Por tanto, yo me siento realmente orgullosa de cómo está funcionando el sistema educativo desde el punto de vista del comportamiento de los profesores, comportamiento de los equipos directivos, de alumnos y de padres.

¿Cree que sí que ha habido coordinación perfecta entre Ministerio y comunidades en cuanto a la puesta en marcha del curso?

Bueno, yo no diría coordinación perfecta. Ha habido llamadas, ha habido en este caso intercambio de impresiones, intercambio de distintos pareceres. Sí que es cierto que el Ministerio ha estado pendiente de las consejerías, por mi parte yo puedo hablar de lo de la Consejería de Educación, pero en otras ocasiones ha ido un poco sin conocer la opinión de las comunidades autónomas. También hablo por la Consejería de Educación, no sé qué otra conexión ha tenido con otras consejerías. Hubiera sido deseable que cuando se planteaban cosas en los boletines o incluso en periódicos donde nos enteramos sobre estos temas, previamente no se hubieran puesto en contacto con las comunidades autónomas. Seguramente podríamos haber modulado esas interpretaciones o esas aclaraciones y hubiéramos ahorrado muchas imprecisiones que luego se produjeron y que se tuvieron que rectificar,

Sí que se ha pedido que por parte del Ministerio, que cuando se tuviera que adoptar una decisión que nos afectara a todos que nos escuchara. Como en el último Real Decreto, que nos enteramos en el Boletín Oficial del Estado, que hubiera habido una pequeña reunión o interlocución para explicarnos un poco cuál era el contenido.

Tengo una pequeña duda ¿Cuándo se produce el cierre de un colegio, porque hasta el momento solo son aulas?

En el protocolo que se estableció entre el Ministerio de Educación, el Ministerio de Sanidad y aquella conferencia interterritorial en el que estamos también los consejeros de Educación y de Sanidad, se establecía con qué parámetros era necesario o se consideraba necesario cerrar un aula cuando hubiera un brote, cuando fuera un aula burbuja o un aula sin burbuja o cuando había mascarillas y estaba parametrizado. Cuando se tenga que producir el cierre de un colegio es porque haya una transmisión comunitaria incontrolada entre todos los niveles educativos. Un colegio puede tener distintas etapas de Infantil, de Primaria, de Secundaria, entonces tiene que haber en todos los niveles educativos que se detecte, que se analice que realmente hay una transmisión comunitaria incontrolada y luego evidentemente allí se produciría, en este caso, el planteamiento de cierre de colegios.

Vayamos al campo universitario. Un gran problema con los contagios por fiestas, colegios mayores e inconsecuentes.

Ahí volvemos a lo mismo. En el ámbito universitario, lo que es la docencia universitaria, con las medidas de seguridad que han puesto todas las universidades, en este caso las de Castilla y León, que también han hecho un trabajo ímprobo en cuanto a distancias, en cuanto a higiene, en cuanto a utilizar en todas las aulas métodos en este caso tecnológicos, mucho más avanzados, como las clases por 'espejo' y streaming, con la capacidad de aprendizaje que tiene el alumnado, se detectaba que, evidentemente, no se producían en las aulas esas situaciones de contagio. Fuera de las aulas y en entornos propiciados por algunas personas, no por todos los alumnos, -tampoco hay que poner a todo el alumnado que ha sido muy responsable también en el ámbito universitario- sí que se han producido esos contagios. La reacción por parte de los rectores ha sido en este caso rápida y eficaz. Y creo que en este caso loable en los correspondientes procedimientos sancionadores y con la correspondiente instrucción para los alumnos y alumnas que hagan esas irresponsabilidades, y que ponen en peligro también la salud y la educación. Porque al final, cuando había un caso y se tenía que producir el cierre del grupo entero o del colegio mayor cuarentenando, que se actuara con rapidez. Volvemos a insistir que las universidades siguen siendo también entornos seguros y lo que tenemos que ser responsables es que todos los alumnos tienen que ser consecuentes de que no solamente está en juego su educación, sino la de todos sus compañeros.

¿Qué le parece la decisión de la Universidad de Salamanca de expulsar a 70 universitarios.

Me parece muy loable. Lo he dicho y lo defendimos en la Consejería de Sanidad y yo misma en la reunión que tuvimos con el ministro de Universidades y el ministro de Sanidad, y lo pusimos como ejemplo por si otras comunidades autónomas veían que era necesario adoptar esas decisiones de actuaciones irresponsables, que consideramos que ponen en riesgo la salud y que ponen en riesgo la educación. Me parece loable y defendible. Si no se actúa con esa rapidez y con esa celeridad, yo creo que las cosas serían todavía peor,

¿Cómo han reaccionado las universidades de Castilla y León para mantener las cifras de alumnos pre COVID? Alumnos, Erasmus, etc.

Las universidades sí que están haciendo una labor muy importante de captación de alumnado, y lo hemos visto también en este curso, cuando muchos alumnos que, probablemente por sus circunstancias, tenían intención de viajar o salir y por el tema de los cuarenteamientos que limitan fronteras, sí que ha habido mayor número de matrículas en el ámbito de nuestras universidades. Creo que han reaccionado muy bien, sabiendo y poniendo la presencialidad y la seguridad por encima de cualquier otro planteamiento, y han logrado que las matrículas en las cuatro universidades públicas hayan crecido este curso.

Respecto a la financiación de la Universidad, los rectores piden más fondos.

La Junta siempre ha tenido, salvo en la época de la crisis que hubo algunos pequeños reajustes en el ámbito de las universidades, pero ya después de la crisis, en año 13/14, ya ha habido un plan de contratos, de programas y saneamiento de las universidades y de su presupuesto.

Hasta ahora están saneadas y lo que hemos hecho, igual que en el ámbito universitario, era necesario contratar profesores, contratar material, equipamientos para las aulas, en el ámbito COVID, también en las universidades se les ha planteado, y se les va a dar ya en breve un fondo de cerca de 4,3 millones de euros para asumir los gastos COVID que se hayan producido, con la correspondiente transferencia también en el año 2021. Por tanto, estamos en sintonía con las universidades en esa línea.