Pedro Lechuga atiende a EL ESPAÑOL de Castilla y León
Pedro Lechuga, decano de los periodistas de CyL: "La Ley de Publicidad puede llevar al cierre de pequeños medios"
“Nos hemos polarizado tanto que no nos consideramos unos a otros periodistas”, asegura el decano del Colegio de Periodistas de Castilla y León.
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El periodismo y los periodistas siempre han estado en el punto de mira. Es un sector en permanente crisis y en continua transformación. Sin embargo, en los últimos tiempos se suceden los ataques al periodismo y son constantes las campañas de desprestigio lanzadas desde distintos ámbitos de la sociedad.
El Colegio Profesional de Periodistas de Castilla y León representa y defiende a los profesionales de la comunidad autónoma. En octubre cumplirá doce años de existencia. Desde hace casi ocho, su decano es el periodista leonés Pedro Lechuga. Con él hablamos de las causas y consecuencias de la situación actual del periodismo con una mirada autocrítica a una profesión poco corporativista y que está sufriendo, como pocas, los efectos de la polarización social.
Pregunta. Cuesta entender cómo al periodismo le falta mucho sentimiento de gremio. Más si cabe ahora que está recibiendo tantos ataques desde la política…
Respuesta. Son muy pocos los casos en los que la inmensa mayoría de los colectivos periodísticos, de los periodistas, nos ponemos de acuerdo para algo. Y, curiosamente, tampoco en un momento en el que recibimos tantas críticas. Porque nosotros, cuando hablamos del periodismo, siempre hacemos autocrítica de lo que estamos haciendo mal como profesión, como periodistas. Es llamativo cómo pasa en un sector en el que estamos recibiendo ataques del exterior: ataques de izquierda, derecha, extrema izquierda, extrema derecha, de los grupos de poder; hace unos días, de la gente de la cultura en ese manifiesto que firmaron también criticando a algunos medios de comunicación…
Es un caso de estudio cómo, aun recibiendo todas esas críticas, todos esos ataques, no somos capaces los periodistas, los colectivos y las organizaciones profesionales de ponernos de acuerdo para defender la esencia del periodismo. La única explicación que tiene es que la inmensa mayoría, o algunos periodistas para no ser tan dramático, ya no quieren defender la esencia del periodismo, quieren defender lo que ellos consideran su periodismo.
Nos hemos polarizado tanto que no nos consideramos unos a otros periodistas. “Tú eres un comisario político de izquierdas, tú eres un comisario político de derechas”. Es la única explicación que yo veo para que los ataques continuos no tengan respuesta.
Pregunta. La tensión entre políticos y periodistas ha existido siempre y es bueno que exista. ¿Pero no cree que en los últimos años se están sobrepasando algunas líneas rojas?
Respuesta. Se están saltando algunas líneas rojas que antes eran intocables en la separación de cuál era la labor y el papel del periodista y cuál la labor y el papel del político. Una de las misiones básicas del periodismo es controlar al poder. Y cuando hablamos del poder, no hablamos de ideologías, no hablamos de siglas políticas. Controlar al poder. Me da lo mismo quién esté en el Gobierno. Y ahora mismo lo que se está haciendo, independientemente de las ideologías, es que desde la política se quiere controlar al periodismo.
Claro que se han pasado líneas rojas, pero es que eso lo hemos permitido los periodistas. ¿Cuándo hemos permitido los periodistas que un político no responda a las preguntas o se hagan ruedas de prensa sin preguntas? Eso ya es algo que hemos normalizado. ¿Por qué hemos admitido eso? Claro, ahora es muy difícil dar marcha atrás. ¿Cómo hemos admitido que los políticos hagan un señalamiento público, con nombres y apellidos, de medios y periodistas? ¿Criticar la labor de un periodista denigrándolo? ¿Por qué hemos admitido eso?
Porque, claro, como afecta al de la otra línea editorial, ese ya no es problema mío. Pero es que luego, cuando cambie quién esté en el Gobierno, te va a pasar a ti. ¿Qué es lo que no entienden? Todos los cambios que se están queriendo hacer en la ley no buscan el interés general. Lo que buscan es un interés ideológico, un interés partidista. No se dan cuenta de que luego, porque por suerte en este país suele haber alternancia en el poder, va a ser utilizado en su contra.
Pregunta. ¿Ve un interés concreto en atacar al periodismo en la actualidad?
Respuesta. Está muy bien pensado. ¿Cuál es la mejor manera para desprestigiar al periodismo? Pues decir que mienten, que están vendidos. Hay una maniobra de toda la clase política, sin excepción de ideología, en la que nos están quitando credibilidad. ¿Para qué? Para que los ciudadanos no confíen en nosotros, y lo están consiguiendo. Lo están consiguiendo.
Da lo mismo a la manifestación que vayas. La haya propuesto Vox, el PSOE, el PP, Podemos... Me da lo mismo. A los que insultan es a los periodistas. Y eso lo han conseguido nuestros queridos políticos de un lado y de otro. Que se han dedicado, con nombres y apellidos, a desprestigiar a medios de comunicación y a periodistas cuando han publicado cosas que a ellos no les interesan. Es su escenario perfecto: que la gente no se informe por los medios de comunicación. Que la gente se informe por las redes sociales.
Pregunta. ¿Todo esto evidencia la utilidad de organismos como los Colegios Profesionales de Periodistas?
Respuesta. Quizá en estos momentos es donde más se ve. Por encima de medios, por encima de grupos mediáticos... Porque un Colegio de Periodistas no tiene línea editorial. Cuando me invitan a una tertulia o a una charla, hablo desde una independencia total. Detrás de mí no hay una línea editorial. Si yo trabajo en un medio con una línea editorial, se me pueden ver las costuras.
Los Colegios de Periodistas no tienen un objetivo solo corporativista de defender, como mucha gente piensa, solo a la profesión. No, no. El Colegio de Periodistas de Castilla y León y los del resto de comunidades autónomas en los que hay también tienen la obligación de defender a la ciudadanía de la mala praxis de algunos periodistas. Es un doble objetivo: defender a la profesión y defender a la sociedad de la mala praxis que cometen algunos periodistas. Entonces, esto hace que el Colegio de Periodistas tenga cada vez más fuerza.
¿Dónde estamos centrándonos en el Colegio de Periodistas? En las nuevas generaciones, en la gente que sale de las universidades. El problema es que la gente joven ve las asociaciones y los Colegios como algo muy lejano, como algo más de gente veterana. Es ahí donde tenemos que incidir. Para eso necesitamos la colaboración de las universidades, de las Facultades de Periodismo y de Comunicación Audiovisual. Que sean ellos los que hagan ver a los jóvenes que hace falta estar unidos para defendernos de los ataques y para defender lo que es la esencia del periodismo.
Imagen de Pedro Lechuga durante la entrevista
Pregunta. La desinformación es uno de los grandes caballos de batalla para el periodismo y para los medios. No sé si está comiendo tanto terreno que ahora el periodista dedica más tiempo a intentar verificar datos que a crear información nueva…
Respuesta. Dentro del origen del periodismo siempre ha estado contrastar las fuentes y que la información que sale de un medio de comunicación ya tenga el marchamo de veraz. Pero hay tanto volumen de información que los medios de comunicación y los periodistas perdemos mucho tiempo en desmentir esa información falsa en vez de generar un valor, generar contenido propio. Pero luchar contra la desinformación y decir: “Oye, esta fotografía o este texto o esta información es falsa” también es un servicio público que hace el periodismo.
Ahí ha nacido esa figura de los verificadores, que me parece que hacen una labor muy positiva, pero nadie tiene la verdad absoluta, ni los verificadores. ¿Qué quiero decir? Que hay que fomentar el pensamiento crítico. A mí no me vale que, como un verificador dice que esta información es verdad, me la crea del principio al final. Porque un verificador lo puedo montar mañana yo, con unos intereses que a lo mejor no son del interés general. Los verificadores son una herramienta, pero no tienen tampoco la verdad absoluta, igual que ningún medio de comunicación tiene la verdad absoluta.
Entonces hay que inculcar en la gente el pensamiento crítico; como decimos, la dieta mediterránea saludable en medios de comunicación: no solo escuchar una radio, no solo ver una televisión, no solo leer un periódico… para tener una visión más cercana a la realidad. Pero claro, si dices a los ciudadanos, que vivimos a una velocidad vertiginosa, que para enterarse de un tema tienes que escuchar dos radios, ver dos televisiones y leer dos o tres periódicos, te dicen que lo sienten. Que no tienen tiempo para eso. Antes lo hacíais vosotros.
Antes el periodista ese trabajo previo ya lo había trillado. Pero claro, como ahora me están inculcando que los medios de comunicación están todos vendidos, que no dicen la verdad y que están todos manipulados, no me creo nada. Estamos ante la tormenta perfecta y ahí, para los periodistas, es verdad que es ahora o nunca. El periodismo en este momento es la mejor vacuna contra la desinformación. Pero tenemos que creérnoslo y nos tienen que dejar hacerlo.
La polémica Ley de Publicidad de Castilla y León
El pasado 25 de junio las Cortes de Castilla y León aprobaron la nueva Ley de Publicidad Institucional de Castilla y León. Un triunfo histórico de la oposición ya que esta norma salió adelante con los votos a favor de PSOE, Vox, Unidas Podemos y el procurador Francisco Igea. En contra el PP, a pesar de ser el partido que gobierna la comunidad autónoma.
Desde el Colegio Profesional de Periodistas de Castilla y León han sido muy críticos con cómo se ha elaborado el texto de la Ley, sin contar con la profesión. Además, alertan de que el texto aprobado puede tener consecuencias muy graves en el periodismo de la comunidad. El límite máximo del 33% de financiación por publicidad institucional de las administraciones públicas pondría en jaque la supervivencia de muchos medios locales.
Pregunta. Se está hablando mucho de las consecuencias de esa Ley. ¿Es aplicable el texto aprobado en las Cortes?
Respuesta. Según está el texto, según se aprobó en las Cortes de Castilla y León, puede llevar al cierre de muchos pequeños medios de nuestra comunidad autónoma y al despido de periodistas. Según lo que se aprobó. Hay voces que dicen que incluso algunos de sus puntos son inconstitucionales y que van contra leyes superiores, por ejemplo, la Ley de Contratación Pública.
Prueba de ello es que los propios impulsores nos han reconocido, en las reuniones que hemos mantenido desde el Colegio de Periodistas, que el espíritu de la Ley no era ese, pero que los errores en la redacción van a tener efectos perjudiciales. Antes de votar lo reconocieron y antes de votar avisaron de que si esto salía adelante, si no se podía solucionar antes, iban a proponer algunos cambios.
Todos los grupos parlamentarios sin excepción cometieron un gran fallo o una dejación de funciones. Durante todo el proceso de aprobación, hasta que se llegó a aprobar en las Cortes, ningún grupo parlamentario de las Cortes de Castilla y León se puso en contacto con el Colegio de Periodistas para decirnos siquiera que esto estaba tramitándose. Ningún grupo se puso en contacto con los representantes de los medios de comunicación para contarles esas supuestas medidas y los efectos que podían tener.
Pregunta. ¿Qué hay que modificar para evitar esos efectos perjudiciales de la Ley de Publicidad Institucional?
Respuesta. Primero, que haya unos criterios objetivos para el reparto de publicidad institucional. La mayor transparencia, eso el Colegio lo firma mañana. Pero lo que no se puede hacer es crear este texto. Los periodistas y el periodismo hemos sido un arma arrojadiza entre unos partidos políticos y otros. Lo que me hace pensar, como en otros temas, que a lo mejor es que no les interesa realmente que haya transparencia en la publicidad institucional, que el periodismo sea lo más independiente posible.
Había dos maneras de parar esto: que el PSOE, Vox y Podemos retiraran o votaran en contra de su propia Ley, o que el PP admitiera hacer unos cambios con unos mecanismos que las Cortes sí permiten para concretar y corregir esos fallos en la redacción que pueden llevar al cierre de medios. Ni unos ni otros cedieron. La Ley se ha votado y se ha aprobado. Desde el PSOE se dice que ahora, después del verano, van a poder realizar esos cambios.
¡Ojalá! Porque si no se pueden hacer esos cambios, por el motivo que sea, estamos abocando al cierre a muchos pequeños medios de comunicación en una comunidad como Castilla y León, que precisamente lo que hay que hacer es apostar por los pequeños medios. Por los medios locales, que están en las provincias. A los grandes medios esta Ley no les va a perjudicar en nada. Los afectados son el sector periodístico de nuestra comunidad autónoma y, por ende, los ciudadanos de Castilla y León. Porque si cierran más medios, si hay que despedir a periodistas, la pluralidad informativa en nuestra comunidad autónoma va a ser peor, con lo que el derecho a la información de los ciudadanos se va a ver seriamente perjudicado.
Pedro Lechuga
La regulación del secreto profesional
Pregunta. Y algo parecido es lo que está ocurriendo a nivel nacional con la Ley del Secreto Profesional, que regulará uno de los pilares básicos del ejercicio del periodismo. ¿Qué demandan aquí los Colegios Profesionales?
Respuesta. En este caso, sí que se ha contado con parte de la profesión periodística. Lo que a mí todavía me duele más. A mí que los políticos nos quieran utilizar según sus intereses está dentro del guion. Es triste, pero está dentro del guion. Pero que haya ciertos colectivos o ciertas entidades periodísticas que estén jugando a un cierto compadreo peligroso con el poder, pues sí que me asusta.
Es inconcebible cómo este Anteproyecto de Ley se aprobó en el Consejo de Ministros desde el PSOE. Que desde la parte del PSOE del Gobierno haya habido reuniones, haya habido encuentros con ciertas entidades profesionales y no con la Red de Colegios Profesionales de Periodistas, y se haya medio pactado un texto. Nosotros, cuando tuvimos conocimiento de que había habido esas reuniones, esos contactos, públicamente denunciamos desde la Red de Colegios y desde los Colegios de Periodistas que no se podía sacar en un Consejo de Ministros un anteproyecto sin contar con los Colegios Profesionales de Periodistas. ¿Por qué? Porque les guste o no a otras asociaciones, a otras entidades, o incluso a los propios políticos, los Colegios de Periodistas son corporaciones de derecho público creadas por una ley autonómica, y en esa Ley se nos reconoce como interlocutores válidos con las instituciones públicas. ¿Cómo puede ser que una parte del Gobierno de España, en este caso el PSOE, no haya contado con la opinión de los Colegios de Periodistas de las comunidades autónomas en las que existen?
No quiero pensar mal, no lo sé. Es que ni el otro 50% del Gobierno, Sumar, era conocedor de ese Anteproyecto de Ley. Entonces no me sorprende que a cierta parte del periodismo se nos haya dejado de lado; que expliquen por qué motivo. Se ha aprobado en primera vuelta y ahora tenemos que actuar ya con hechos consumados. Los Colegios, desde luego, no nos vamos a quedar callados. Ese secreto profesional viene en la Constitución de 1978 y tenía que haberse desarrollado. Hay que desarrollarlo, pero hay que tener en cuenta una cosa muy peligrosa: es clave en esa Ley la definición de periodista. Y ahí es donde la Red de Colegios tiene y va a poner alerta total.
La definición de periodista que se ha presentado es demasiado generalista, demasiado vaga, y nos puede llevar a un callejón sin salida. Nosotros, como Red de Colegios, pensamos que el derecho al secreto profesional es un derecho importantísimo y clave en nuestra profesión y no todo el mundo se debe aprovechar de ese derecho. Dentro de esa definición tiene que quedar regulada de alguna manera la necesidad de la titulación correspondiente para ser considerado periodista. Si esta Ley sale adelante sin incluir que para ser periodista y para tener el derecho al secreto profesional tienes que tener la titulación correspondiente, nos aboca, primero, yo entiendo, al cierre de las Facultades de Periodismo y de Comunicación Audiovisual de toda España.
Pregunta. ¿A qué se refiere exactamente?
Respuesta. Con esa definición el ser o no periodista va a quedar a la discrecionalidad de un juez. Y cuando, por ejemplo, un juez pida información a una persona que es enfermera pero que tiene un canal de YouTube sobre salud y está divulgando información sobre salud, si esa enfermera dice algo sobre las vacunas, por ejemplo, y un juez tiene una denuncia y le interroga y le diga: “Oye, perdona, ¿me va a decir usted, por favor, la fuente que le dijo que las vacunas de la marca X provocan estos efectos secundarios?” Esa enfermera que tiene un canal de YouTube le dirá: “Yo me acojo al secreto profesional porque yo soy periodista”. Y será el juez el que tenga que valorar si lo es o no.
Pregunta. Cuando decía que una parte de la profesión ha participado en la creación del texto de la Ley del Secreto Profesional se refería a la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE)…
Respuesta. ¿Cómo puede ser que la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, que en principio, en teoría, creo que defiende también la titulación, es más, tú para estar en FAPE tienes que tener la titulación correspondiente, haya admitido ese texto de definición de periodista? ¿Qué van a hacer las asociaciones de periodistas de toda España que están integradas en FAPE? ¿Qué van a hacer?
Yo tengo claro lo que yo voy a hacer a nivel personal. Si ese texto sale adelante con la definición que está actualmente, yo automáticamente pediré la baja de mi Asociación de Periodistas de León. Porque ese carné ya no tendrá ningún valor. Mi título no tendrá valor.
La autorregulación del periodismo como solución
Pregunta. Los Colegios Profesionales de Periodistas siempre han apostado entonces por la autorregulación de la profesión. ¿Por qué consideran mejor esta vía?
Respuesta. Pues la autorregulación permite sacar las manos del poder del periodismo, a la hora de decidir, por ejemplo, si un periodista está haciendo bien su labor o de quién es periodista y quién no lo es. ¿Cuál es el problema? Que los políticos no van a querer nunca que tengamos una autorregulación. Porque eso querría decir que se quedan fuera de poder manejar o amenazar según sus intereses.
Hace muchos años que se está incumpliendo la Ley. La Ley dice que cuando haya en más de dos comunidades autónomas un Colegio de la misma disciplina se tiene que aprobar el Consejo General de esa disciplina. Ahora mismo en España hay trece colegios profesionales de periodistas y no hay Consejo General. El Consejo General de Colegios de Periodistas, que sería el mayor órgano de autorregulación de nuestro país, no se ha creado porque no quieren que nos autorregulemos. Prueba de ello es que ahora, en este Anteproyecto de Ley del Secreto Profesional, en un apartado habla de la autorregulación porque eso nos lo pide el Reglamento Europeo de Libertad de Medios de Comunicación. Pero no dicen cómo. No se ha creado el Consejo General de Periodistas porque no hay Colegio de Periodistas en Madrid. Se ha bloqueado desde FAPE cualquier intento de que haya Colegio de Periodistas en Madrid porque entonces dejarían de ser un lobby.
La autorregulación es el único camino, siempre lo decimos. A mí me encantaría que los Colegios tuviéramos la capacidad de inhabilitar a un compañero que está vulnerando continuamente el Código Deontológico. Para eso se necesitaría colegiación obligatoria y que todo el mundo que trabajara en el periodismo tuviera la titulación. Ojalá llegáramos a ese punto.
El último eslabón es la justicia. Un juez sí puede decir si un periodista ha mentido o no, o si un medio de comunicación ha cometido una ilegalidad. Pero un gobierno local, provincial, autonómico o nacional lo que tiene que hacer es dedicarse a hacer política pensando en el interés general y dejar de señalar y desprestigiar nuestra profesión. La autorregulación es el único camino, pero nos lo tenemos que creer los propios periodistas.
Pregunta. ¿Cuál sería el consejo que le daría a una persona que esté estudiando periodismo o se plantee ser periodista en el futuro?
Respuesta. Que sean honestos consigo mismos y cuando se pongan el traje de periodistas, cuando estén trabajando, el único activismo que tengan sea por la verdad. Que sean honestos consigo mismos e intenten evitar esa polarización. El buen periodismo se puede hacer en cualquier medio. Toda persona tiene su ideología, pero cuando ejerzan de periodistas deben ser conscientes de la importancia que tiene el periodismo en una democracia. Que si hacemos nuestro trabajo con profesionalidad y con rigor tenemos un gran poder y somos uno de los pilares de la democracia. Solo hay buen periodismo y mal periodismo. Que ellos decidan lo que quieren hacer.