Beatriz Pérez Aranda (RTVE)

Beatriz Pérez Aranda (RTVE)

Televisión

Un micro abierto le vuelve a jugar una mala pasada a Beatriz Pérez Aranda

La presentadora del Canal 24 horas de RTVE se caracteriza por sus anécdotas

21 marzo, 2020 13:43

Para los espectadores, sean seguidores del canal 24 horas de RTVE o no, el rostro de la presentadora Beatriz Pérez Aranda es bastante reconocido. Periodista veterana que se encarga de dirigir el parte informativo del canal de información de la radiotelevisión pública, precisamente su estilo al comunicar es lo que le ha hecho convertirse en una mítica figura televisiva durante estos años.

No solo es reconocida por su veteranía y por haber dado las noticias en todos los horarios posibles de la cadena pública, sino por el hecho haber protagonizado un buen número de anécdotas en directo que le han convertido en Trending Topic en las redes sociales. Errores que se pueden intentar comprender debido a que esta profesional está prácticamente todo el día relatando información en bucle.

Su último despiste ha salido en la pantalla este sábado cuando, durante la emisión en la que contaba las últimas actualizaciones sobre el coronavirus, olvidando que tenia el micro abierto, le ha dado por hablar y protagonizar otra de sus meteduras de pata. Tras hablar de los fallecidos por la pandemia, mientras aparecían imágenes de lo vacía que se encuentra la ciudad de Madrid, la presentadora ha exclamado: "¡Ay, ahora me oigo!"

Ésta no ha sido la primera vez que los micros abiertos o los fallos con el telepronter han jugado una mala pasada a la presentadora. Su nombre comenzó a alcanzar grandes ecos cuando protagonizó un famoso vídeo en el que, al acabar de comentar los resultados de una carrera de Fórmula 1 diciendo que el ganador iba "como un pepino".

Otro de sus fatídicos momentos fue cuando se quedó en blanco y no sabía la fecha del día, o cuando tras la finalización de un vídeo, sin saber qué la cámara le volvía a grabar, se vio a Pérez Aranda pidiendo agua con un gesto que se hizo viral en cuestión de minutos. Ella se dio cuenta de la pillada y continuó leyendo mientras se rascaba la oreja.

Pero siempre, con cada gazapo, una sonrisa. Porque la periodista ya ha demostrado, en multitud de ocasiones, que se sabe reír de sí misma.