‘AJ and the Queen’: la serie de RuPaul que te deja “Meh”

‘AJ and the Queen’: la serie de RuPaul que te deja “Meh”

Televisión

‘AJ and the Queen’: la serie de RuPaul que te deja “Meh”

La serie deja frío tanto al que es seguidor de ‘Drag Race’ como al que no

28 enero, 2020 08:25

Los fanáticos del reality RuPaul’s Drag Race esperábamos con ganas la serie de Netflix AJ and The Queen, en la que la madre del invento, RuPaul Charles, se mete en la piel de Robert - Ruby Red, una transformista que recorre Estados Unidos en una autocaravana, después de haber vivido una importante ruina económica y sentimental. En su viaje la acompaña de manera accidental AJ, una niña (a la que suelen confundir con un chico) que está desatendida por su madre drogadicta, y que quiere irse a vivir con sus abuelos, al otro lado del país.

Ante todo, hay que destacar que a RuPaul se le perdona todo, incluso cuando mete la pata con declaraciones de lectura tránsfobas, o encabeza producciones como la citada serie de Netflix. Mama Ru ha logrado hacer hacer mainstream algo que era casi marginal, el arte drag, una disciplina que estaba condenada principalmente a pequeños bares y cabarets, a un universo un tanto underground que ahora tiene seguidores por todo el mundo. También ha logrado que “un programa de televisión sobre gente queer , hecho por gente queer y para gente queer” haya ganado numerosos premios Emmy, tal como dijo en la temporada once de Drag Race.

Hay tramas muy absurdas, y RuPaul tampoco brilla en su papel

Dicho esto, se abre la librería y pasemos a hablar en profundidad de AJ and the Queen. La premisa, sin ser muy novedosa (ya en Priscilla, Reina del desierto hay caravanas y niños de por medio), parecía atractiva, pero la serie deja frío a cualquiera, ya sea seguidor habitual de Drag Race o no.

La ficción tiene un tono de comedia que no llega a hacerte soltar carcajadas en ningún momento, pero tampoco ni siquiera una risa suave. Hay drama, y bonitos mensajes sobre la dificultad de encontrar el amor y soledad, la expresión del género, se homenajea a la cultura del cine y la televisión, pero algo falla. Porque hay tramas que quedan absurdas, otras inconclusas, y la omnipresente exageración no ayuda a la factura final.

Ni siquiera RuPaul brilla en su interpretación (en su versión original; del doblaje ni hablamos). La decepción es mayor quizá si eres seguidor de Drag Race, y ves cómo Ru pide semana a semana a sus chicas que mejoren su expresividad, su capacidad de improvisar, o de crear diferentes personajes.

Casi cada capítulo tiene momentos musicales, pero nada que vaya a pasar a la posteridad. Sus shows chirrían más al recordar que en su concurso, desde las últimas ediciones, el cheque de 100.000 dólares se decide en una batalla de playback, pero ella no tiene una actitud propia de alguien que se enfrenta a un lipsyc for your life (o for the crown).

Uno de los momentos más recordados de la temporada 11 de Drag Race fue cuando Silky y Nina tuvieron que hacer un playback para permanecer en el concurso, y a RuPaul no le convenció ninguna, y cuando acabó la música valoró el resultado con un tibio “meh”, para luego proclamar que se salvaba Silky. Algo así es AJ and the Queen. Meh. Se puede ver, sin más. Aunque sea solo por descubrir los cameos de todas las reinas del programa que aparecen en la serie.

Además, sirve para calentar motores para la temporada 12 de Drag Race, que esta semana anunció el nombre de sus doce participantes: Aiden Zhane, Brita Filter, Chrystal Methyd, Dahlia Sin, Gigi Doode, Heidi N. Closet, Jackie Cox, Jaida Essence Hall Jan Sport, Nicky Doll, Rock M. Sakura, Sherry Pie y Widow Von'Du.