'31D: Un golpe de gracia' (RTVE)

'31D: Un golpe de gracia' (RTVE)

Televisión

José Mota entierra 'La hora de José Mota': "Me apetece hacer ficción y cine"

El humorista se hace cargo un año más del especial de Nochevieja de La 1 que lleva por nombre '31-D: un golpe de gracia'

1 enero, 2020 11:18

Como manda la tradición, la Nochevieja de La 1 volverá a contar con José Mota para despedir 2019 en 31-D. Golpe de Gracia, un especial de humor en el que ha conseguido reunir al mayor número de cómicos que se han dado cita nunca en un mismo programa. Más de 50 humoristas involucrados: desde Josema y Millán o doña Rogelia a Ignatius Farray o Florentino Fernández; comandados por el Teniente Coronel Cómico Fernando Tejero y el General Cómico Armada Segura.

Una nueva oportunidad para disfrutar del mejor Mota, ése que durante los últimos años ha sufrido una acertada metamorfosis pasando de un humor más zafio e incluso infantil, a uno más inteligente y político realizando sobresalientes parodias sobre la actualidad política y social. Así le hemos visto tocar la precariedad de medios judiciales, los ataques a los turistas, la corrupción en el fútbol, el conflicto en Cataluña, los nuevos telefonos superinteligentes, la precariedad de las pensiones, o el machismo en el deporte.

A la gente de la calle se le ha robado parte de la sonrisa por toda la crispación

Este año le tocará el turno a la crispación que se vive en el país. "A la gente de la calle se le ha robado parte de la sonrisa por toda la crispación que hay y los cómicos quieren dar un paso al frente y devolver al pueblo soberano su sonrisa", confiesa el humorista en un encuentro con los medios. 

Será, además, una oportunidad única de disfrutar de su ingenio ya que entre sus planes no se encuentra en realizar un formato semanal más en el estilo del exitoso Polònia o retomar José Mota Presenta... "Ahora me apetece volcar mi tiempo en la ficción y el cine", insiste.

¿Cómo has conseguido cuadrar las agendas de 50 cómicos?

No están todos esos cincuenta grabando conmigo, pero sí que me han mandado adhesiones al golpe: El Gran Wyoming, Eva Hache, Bigote Arrocet... Me parece un milagro y un regalo tener a todos los compañeros.  Han venido todos los que quería. Ellos han hecho posible esta idea loca de Un golpe de Gracia.

¿Cómo ha conseguido reunir a Millán Salcedo y Josema Yuste?

Tengo una relación muy bonita con Millán y con Josema hace mucho que llevamos siendo amigos. Le conté a Millán que había escrito un personaje para él que se llamaba Millán del Bosch... Todo está hilvanado y bien hilvanado. Pero no pudo hacerlo porque estaba recuperándose de lo que le había acontecido. Pero sí que ha venido con Josema para cerrar el especial conmigo.

¿Pero han trabajado juntos, comparten plano...?

Sí, sí. Estamos los tres cerrando el especial. 

Hubo malos entendidos con Martes y Trece que afortunadamente se han aclarado

¿Hubo enfrentamiento entre usted y Martes y Trece o fue una leyenda?

Yo no lo he tenido jamás. Hubo malos entendidos que afortunadamente Millán y yo hemos aclarado. A día de hoy, es uno de mis mejores amigos. Además de admirarle como cómico que me parece un genio, es una persona que quiero y respeto muchísimo. Y a Josema, igual. Son dos genios del humor y referentes nuestros. Antes de hacer yo los especiales de Fin de Año, ellos allanaron bien el camino. 

¿Habéis pensado en proponer a algún político o miembro de Casa Real hacer cameos en el especial?

No tientes al diablo. No, no. No lo he pensado. Indirectamente lo descarto porque es imposible. El humor es algo que todos debemos abrazar sin miedo alguno. Yo creo que acabará pasando, pero todavía no. Las nuevas hornadas de políticos que han venido sí han abrazado a la comedia porque les acercan al pueblo y les permite empatizar con la gente. Eso sí, contar con políticos ralentizaría la agenda de producción del programa. Sí que aportaría, pero las dificultades restan más que suman.

¿Algún político le ha felicitado por sus parodias?

Alfredo Pérez Rubalcaba, por ejemplo. Y también me llegó de María Teresa Fernández de la Vega, que me llamó para felicitarme por la parodia que había hecho de ella. Os juro que le pregunté si era una broma. Me dijo que por favor le siguiera imitando, que le divertía mucho. La parodia era que llevábamos mucho tiempo intentando hincarle el diente al peñón de Gibraltar, pero que era imposible, y que el futuro estaba en la invasión de Portugal poco a poco sin que se note. Tú llegas al hito fronterizo y cada día le das con el pie 20 centímetros. En 60 años no le queda país. Esto le hizo gracia y me llamó para decirme que se lo había enseñado al vicepresidente portugués y le había divertido mucho.

¿Ha incorporado a alguna imitación nueva de políticos en el especial del día 31?

Por un momento se verá a Inés Arrimadas, pero es muy rápido.

Ignatius y Broncano tienen mucho talento, hacen humor con una verdad arrolladora

¿Cómo ve a los nuevos ídolos del humor, como Broncano o Ignatius Farray?

Tienen un talento maravilloso. Vienen a contar nuevas formas en las que la comedia se puede expresar. Ignatius y Broncano tienen mucho talento, hacen humor con una verdad arrolladora. Estuve viéndoles en el Palacio de los Deportes en un concierto de humor en directo. La vida moderna tiene mucho mérito y les admiro de verdad. 

¿Cree que va a recibir críticas por hacer una parodia del 23F?

No es una parodia directa del 23F. El objetivo mío final es quitar hierro a lo que nos agrede y proponer que el humor es un bálsamo para coser heridas y calmar. Esa es mi propuesta: humor para recuperar parte del sentido del humor perdido. Eso vuela por encima de cualquier visión. 

También puede hacer referencia a lo que pasó en el Parlamento catalán...

Hay referencias a muchas cosas que han acontecido a lo largo del año. Pero el objetivo es una reflexión sobre el humor en la sociedad, no mi humor o el humor de los que estamos ahí, sino la comedia como algo maravilloso. De hecho, en el especial, el grito de los cómicos es Heil Gila.  ¿Por qué Gila? Porque fue un cómico que logró unir en un momento determinado a dos Españas rotas. Eso me parece magia. Debemos de no tener miedo al humor porque nos hace libres como ciudadanos y como personas y nos hace más grandes.

Gila fue un cómico que logró unir en un momento determinado a dos Españas rotas

¿Ha llegado a presentar algún formato semanal de humor más político del estilo de Polònia?

No, de momento no. Estoy en una etapa de mi vida en la que me apetece volcarme en una película que voy a hacer en abril, en proyectos de ficción... A ver,  si hay un proyecto que me divierta y que no necesariamente sea ficción, lo puedo valorar y hacer. 

¿Cuándo comienza a preparar el especial de Nochevieja?

En junio me vino la idea. Y fue precisamente por el hastío personal de no querer hacer más comedia política. Y este año, a pesar de que transcurre en el Congreso, curiosamente es el que menos parodia política tiene. 

No quiero definirme políticamente, quiero seguir siendo un librepensador

¿Volverá La hora de José Mota en formato semanal a TVE?

Ahora me apetece volcar mi tiempo en la ficción y el cine. Eso no quita que pueda surgir algo. Pero tenéis que entender que llevo muchos años haciendo programas semanales y me apetece hacer otras cosas. Esa es la razón por la que seguimos manteniendo el especial de fin de año ya que es un momento en el que yo puedo contar y dedicar más tiempo que a esos programas semanales y hacer una obra más redonda. 

Ana Blanco, Anne Igartiburu y usted son los únicos profesionales que resisten en TVE ante los cambios de Gobierno, presidentes de RTVE... ¿Cómo lo consigue?

Muy sencillo: yo he entendido que el humor vuela por encima de los ideales políticos. He tenido la suerte de vivir exclusivamente de mi trabajo. No me han pedido favores ni yo se los he pedido a ningún político. A veces me dicen que no me defino políticamente, pero es que no quiero, quiero seguir siendo una voz librepensadora. Y si mañana hago un juicio de valor sobre un desempeño público de un partido concreto, que no tenga ningún prejuicio... Quiero ser libre y opinar lo que yo considere oportuno. Además, creo que se puede hacer crítica política y social sin hacer sangre. Tan importante es el 'qué' como el 'cómo'.