Frank Cuesta: Hacer televisión no me gusta, me parece un coñazo, pero da dinero

Frank Cuesta: "Hacer televisión no me gusta, me parece un coñazo, pero da dinero"

Televisión

Frank Cuesta: "Hacer televisión no me gusta, me parece un coñazo, pero da dinero"

El aventurero debate sobre el mundo toreo en la nueva temporada de 'Wild Frank'.

15 octubre, 2018 13:17

Tras cuatro años descubriendo animales salvajes alrededor del mundo en DMAX, esta temporada Frank pone el foco sobre un animal que es un símbolo de nuestro país y que se sitúa en el centro de uno de los asuntos que más controversia generan: tradición, negocio, arte, muerte, bravura, tortura, belleza, crueldad… España es la cuna de la tauromaquia, pero Cataluña y Canarias han prohibido las corridas de toros y casi un centenar de localidades españolas han dejado de celebrar festejos con estos animales.

¿Qué futuro le espera a la tauromaquia? ¿Cómo afectaría la prohibición de las corridas de toros a los que viven del espectáculo? Después de asistir como observador a una jornada de caza en Sudáfrica y de ser testigo del trato que reciben los animales de un circo en Italia, este férreo defensor de los animales vuelve a adentrarse en un mundo muy alejado de sus principios. Su objetivo es acercarse a los que viven y trabajan en este mundo para tratar de entender su pasión por los toros. Y para lograrlo, Wild Frank: Toros abordará los cuatro pilares sobre los que se apoya el mundo taurino: el espectáculo, el toro, el torero y el festejo o fiesta popular.

De la mano de DMAX y Molinos de Papel, Frank Cuesta regresa este domingo 14 de octubre a las 21.30 horas con una nueva temporada de Wild Frank para conocer de primera mano y mostrar a los espectadores el único espectáculo del mundo en el que un animal muere en directo.

¿Cómo surge la idea de hablar de toros? ¿Surge por tu parte o por parte de Discovery?

Era una idea que surge desde hace muchos años, pero había dado miedo a la productora a la productora y al canal porque es un tema muy delicado. Lo comentamos otra vez y les convenció la idea al final. 

¿Lo cuentas desde un punto de vista de aprendizaje o desde el prejuicio del mundo taurino?

Lo cuento desde un punto de vista antitaurino. Yo lo que quiero es conocer lo que hay. Lo que es la corrida de toros es un periodo muy pequeñito dentro de la vida del toro. Yo quería darle la vuelta hacia atrás y qué es lo que hay dentro de este mundo: ¿cómo vive el toro? ¿cómo llega el toro a la plaza? ¿cómo se cuida? ¿cuánta gente vive de esto? ¿por qué se hace? Era meterme dentro de su mundo para entender qué les gusta y cómo lo viven.

¿Qué has aprendido de todo esto?

He aprendido que no son gente mala, que no son sanguinarios, que ven al toro no como un animal normal y como un objeto. Que lo cuidan mucho. Que el aficionado al toreo yo lo tenía como alguien sanguinario y alguien que le gustaba ver a un animal sufrir dentro de una plaza, pero no tiene nada que ver. El aficionado va a ver una especie de baile entre la fuerza del toro, los movimientos del torero y le molesta cuando le hacen mucho daño al toro. Pero, sobre todo, no ven al toro como un animal en ese momento. No están aplaudiendo la muerte del toro. Aplauden ese espectáculo que ellos, desde pequeños, lo han cogido como parte de su vida. Que no me guste a mí y que me parezca una barbaridad no quiere decir que ellos sean unos bárbaros.

¿Ha cambiado tu punto de vista?

No, yo sigo pensando que es una barbaridad y que al toro se le machaca en una plaza durante 20 minutos, pero he aprendido a tolerar. ¿Por qué ellos no lo ven tan mal? Tiene una parte ecologista que no conocemos y que es muy buena. Es una relación de amor y odio sobre su vida.

¿Has tenido algún problema a la hora de grabar sabiendo cuál es tu posición?

Hemos llegado a algunos pueblos diciendo que yo soy antitaurino y no ha habido nada de agresividad hacia mi persona. El mundo del toro es muy cerrado y yo les dije lo que iba a hacer, para que luego la gente opinase si les gusta o no les gusta. No me han puesto ningún problema. En Coria es uno de esos sitios a los que quieres volver por lo bien que te trata la gente. 

¿Qué piensas de las fiestas populares en las que se utiliza a un toro más allá de las corridas de toros?

A mí no me gusta ninguno de los espectáculos porque es un lugar en el que se utiliza un animal para el ocio humano y no tiene nada que ver con la supervivencia del humano. No me gustan los espectáculos en los que se usan animales. Pero llego a entender que hay ciertos espectáculos donde hay gente que vive de ello. No es sólo el torero el que gana dinero, sino que hay transportistas, catering, veterinarios, doctores, ambulancias, jornaleros… y se nutren durante todo el año. No puedo decir que hay que prohibirlo porque es como quitarle el derecho a vivir a esta gente. Llego a la conclusión de que se terminará por generaciones a las que no les gusten estos espectáculos. 

¿Que te guste el toreo es algo cultural?

Yo creo que el hecho de que te guste el toreo es algo que tu familia te ha inculcado y tú has vivido de ello. Una persona que vive en la Castellana tiene menos posibilidades que le guste el toreo que a una persona que vive en Cáceres en un pueblo. Todo tiene que ver con cómo hayas crecido. Si creces en un ambiente rural vas a ser más ecologista que un animalista de ciudad que no ha visto un pato. No somos ni peores ni mejores, cada uno tenemos nuestra idea.

¿El toreo tiene fecha de caducidad?

Sí. Esto va según generaciones. Hace muchos años teníamos el fútbol, el cine, los toros y conciertos de música. La gente ya ha transformado ese ocio en otras cosas porque hay nuevos tipos de ocio. No va a morir el toro por el abuso, sino generacionalmente porque habrá gente con más intereses. A mucha gente no le importa esto. Hay mucha gente que te dice que es antitaurino en un McDonalds.

¿Debería morir por sí solo o debería haber un Gobierno que ponga una ley?

Yo creo que en 10 años esto irá terminando solo. Seguirán las corridas, pero de una manera mucho más privada y menos mediática. 

¿Te consideras animalista?

No, yo soy antianimalista. Para mí un animalista es una persona que no entiende la ecología. No entiende que el mundo se creó de una manera, ha evolucionado de una manera y quiere cambiar esa evolución. Lo veo más como un trabajo de ciudad que un trabajo de campo que ve el mundo animal de una manera más real. El animalista, en muchas ocasiones, lo ve desde su casa. 

¿Cómo te encuentras a nivel televisivo? ¿Te sigo apeteciendo hacer televisión?

No me apetece nada, pero la televisión da dinero y es un altavoz muy grande para mandar un mensaje a mucha gente. A mí me gustaría que me pagasen por caminar, por beberme una Coca Cola o por hacerme una foto.

¿Lo haces por necesidad?

No, no es necesidad. Yo en la tele llevo ocho años y ya que tienes una cruzada intentando educar a gente más joven pues es un altavoz muy bueno. Ten en cuenta que Discovery no se ve tanto en España, pero estamos en más de 100 territorios y llegas a mucha más gente. Además te pagan y te pagan bien. Eso te permite tener una fundación en otro país. Hacer televisión no me gusta, me parece un coñazo. Me lo paso bien grabando porque hago lo que me da la gana.

¿Pesa la fama?

Eso me divierte. 

¿Y en redes sociales?

Eso es divertido porque te peleas 10 minutos y te vas. Y por la noche antes de dormir pues sigues peleándote. Es divertido. Hablas con mucha gente y aprendes historias nuevas. También hay mucho ridículo y mucho patán que se mete contigo ahora y después a Bisbal, a Pedro Piqueras o con el Rey.

¿No crees que hay demasiada información y mucha de ella falsa?

Totalmente. Las redes es un centro de desinformación y de distorsión. Pero es lo que hay. Es una manera muy rápida de conectar con la gente, de conseguir información y de contrastar información. Si las utilizas de una manera buena es algo muy positivo. Pero hay mucha gente que no tiene nada que hacer y eso es un problema.

¿Te han ofrecido mucho dinero por hacer otro tipo de tele?

La verdad es que no. Me han ofrecido dinero por esto porque yo no valgo para otra cosa. Yo hablo de animales, juego al tenis o te consigo una balsa. Sé que hay gente que empieza haciendo una cosa y termina con otra, pero yo no me he salido de esto. No he hecho publicidad ni entrevistas de esas que te pagan. Yo hago lo que hago. La tele es un medio para llegar a gente y para ganar un poco de dinero, pero mi intención no es ser más famoso. Hay mucha gente que vive de ser popular y si quisiera eso me vendría a vivir a España.

¿Y no te gustaría hacer otro tipo de reportajes que no tuviesen nada que ver con animales?

Es que esa no es mi vida. Mi vida es rescatar animales en Tailandia, vivir con ellos y dejarlos en libertad. Fuera de los animales, el tenis y mi familia no hay nada. Me gusta mucho la política porque me gusta pinchar, pero lo que me gusta es mi entorno más cerrado. 

¿Política? ¿Y qué piensas del nuevo Gobierno?

Es un Gobierno diferente, totalmente diferente al Gobierno anterior. Llevan muy poco tiempo y tampoco puedes evaluar a alguien que lleva tan poco tiempo. A mí Pedro Sánchez me parece un tipo muy simpático y que ha tenido siempre ideas muy progresistas. A efectos prácticos… está Pedro Duque que no sé para qué se ha metido en política. Pero es un Gobierno que, hasta que no pase un tiempo, no puedes evaluar. A mí lo que me gusta de la política es el toma y daca de uno que se pelea con el otro.

¿No te gustaría hacer política?

¿Yo político? No, no. Con el ego que tengo, con la charla que tengo y con las ideas que tengo… España termina a la altura de cualquier cosa.