Dragon Ball ha terminado. Al menos, de momento. La serie de televisión regresó a la pequeña pantala en el año 2015 después de que los fans de la original esperaran con ansia nuevas historias sobre este universo. Después de 131 episodios, la ficción de animación finalizaba este 25 de marzo con un desenlace sorprendente para muchos. 

Son muchos los seguidores que afirman que el final de Dragon Ball Super ha tenido un desenlace demasiado sencillo. Y es que la serie quiso jugar a la nostalgia en sus escenas finales más que en hacer algo espectacular. 

En este último episodio de la serie, Gokú y Vegeta decidieron tener un enfrentamiento que a los fieles seguidores de Dragon Ball les resultó más que familiar. Y es que la secuencia de esta pelea es calcada a la que tuvieron los dos protaognistas de la serie en Dragon Ball Z. 

En este episodio de desenlace se debía conocer al ganador del Torneo de Poder. No todo el mundo tenía asegurado que Gokú sería el vencedor de este enfrentamiento, por lo que había que esperar a la emisión. 

Tras una gran batalla entre Jiren y Gokú, parecía que sería el final para el protagonista de la serie. Gokú podría morir en este capítulo. Pero la intervención de Freezer y 17 logró volver a encender la mecha de la esperanza. Todos juntos lograron vecer a Jiren, que queda insconsciente fuera de la plataforma. 

Pese a su malvado trasfondo, lo vivido en el Torneo del Poder parece que marcó a Freezer, quien no se opuso a que los habitantes de los universos eliminados por Zeno-sama fueran devueltos a la realidad. El rival de Gokú finalmente sería premiado, pues fue revivido –como se había acordado previamente– e incluso pudo volver a retomar el control de su ejército de guerreros