‘Lo Malo’: Lo que ‘OT’ tiene que aprender de ‘Dime’ en Eurovisión

‘Lo Malo’: Lo que ‘OT’ tiene que aprender de ‘Dime’ en Eurovisión

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‘Lo Malo’: Lo que ‘OT’ tiene que aprender de ‘Dime’ en Eurovisión

A Eurovisión hay que ir con una canción que quieras cantar hasta el día de tu jubilación

30 enero, 2018 10:56

'Lo Malo' se está convirtiendo en una de las canciones más escuchadas de la preselección que RTVE ha preparado en solo una semana para elegir cuál tema será el que represente a España en el próximo Festival de Eurovisión. Un tema compuesto por Brisa Fenoy que no ha acabado de entusiasmar a Ana Guerra y Aitana, que la defenderán a dúo. Las chicas no se sienten identificadas cantando reguetón (aunque admiten que es un estilo que oyen y bailan), y eso se acabó magnificando como si fuese un sentimiento dentro de Gran Hermano, y al final Noemí Galera llegó regañar a las concursantes en lo que la directora identifica como una falta de respeto hacia los autores.

Sin embargo, Galera parece olvidar la historia de Eurovisión y del propio Operación Triunfo, pues ya en el pasado salió elegida una cantante que defendió un tema con el que no se sentía cómoda, y no se cortó un pelo en decirlo en público más de una y de diez veces; de hecho, es una historia que este año se ha contado dentro de la academia.

Hablamos de Beth, en 2003, quien fue elegida por el público para acudir al Festival con ‘Dime’, tema compuesto por Andermay. “No pasa nada en reconocerlo, pero de las tres canciones que me tocaron, ‘Dime’ era la que menos me gustaba, porque es la que más se aleja de mi estilo", confesaba la catalana por aquel entonces, poco después de ganar aquella preselección. Aunque ella hizo como que ponía de su parte, y se intentaba convencer a sí misma diciendo que cada vez le gusta más y que con algunos cambios la haría suya; entre esos cambios figuró un cambio de tono respecto a la primera vez que oímos el tema por televisión, por ejemplo.

Beth afirmó que era la única persona a la que no le gustaba su propia canción

La aventura eurovisiva le salió bien a Beth, quedó en un octavo puesto y es una de las canciones españolas más recordadas de los últimos quince años; de hecho, el próximo viernes veremos a Lucía Gil imitando a Beth en Tu cara me suena. Pero a Beth aquello no le convenció. “Era la única persona a la que no le gustaba la canción”, explicó este año la artista a los concursantes de Operación Triunfo, cuando visitó la academia el pasado diciembre. De hecho, la cantante se alejó completamente de la música de baile en sus siguientes trabajos discográficos, aunque no tiene dudas en reconocer que 'Dime' era un temazo (algo similar a lo que opinan Ana y Aitana de 'Lo malo', por cierto).

¿Por qué no se ha trabajado en Eurovisión de otro modo, y no asignando a dedo canciones como si fuese una gala más al uso? El Festival marca mucho a un artista, y la canción con la que acuda se convertirá en un clásico en su repertorio.

No hay que mandar una canción para gustar a todo el mundo, sino que le guste al que la canta

Allá por 2016 entrevisté a Electric Nana, quien optaba a ir a Eurovisión por España con la canción ‘Now’, y demostró saber muy bien en qué berenjenal podría meterse. Me dijo que “hay quien compone temas pensando en gustar a todos para Eurovisión, y en mi punto de vista es un error,  creo que debes componer lo que te gusta, lo que te mola, que te asegura la integridad musical y las ganas de cantar tu tema ochocientas mil veces, que es también importante”.

Y es que a Eurovisión hay que acudir con un hit que quieras defender hasta el día de tu jubilación. Como le sucede a Raphael, a Karina, a Baccara, a Betty Missiego; artistas que no han desechado de su repertorio la canción con la que fueron al Festival por más que pasen las décadas. Y es que nada más ser elegido, el artista tiene que promocionar su canción por radios y televisiones tanto en España como fuera de ella, y no se puede cansar. ¿Por qué estas chicas deben creer por narices en un tema que han elegido para ella Noemí y compañía, sin consultarles? ¡Si ellas no entraron a concursar con esa intención, a diferencia de lo que ocurría en los primeros OT! ¿Dónde quedan esas charlas con artistas, que en las visitas a la academia les dicen a los chicos que sean en todo momento auténticos y que crean en lo que hacen?

A Eurovisión hay que mandar algo real, no un producto prefabricado. Sobre todo, porque es fácil echar el culo fuera si salen mal las cosas, como ocurrió con Manel Navarro, que afirmó que tras el concurso que "lo único que hice fue crear un personaje para Eurovisión, aunque creo que no voy a llevar nunca más una camisa de estilo hawaiano. Ahora vuelvo a ser yo mismo". Y es que, puestos a mandar un personaje, que sea algo honesto como Chikilicuatre. Nadie veía en él autenticidad musical, no se sentía identificado con su canción, no nos vendió una moto de que Eurovisión fuese su sueño; solo fue un proyecto que surgió así, y se llevó hasta el final con todas las consecuencias. Y una vez acabó Eurovisión, el personaje dejó de tener sentido, desapareció y adiós muy buenas.

Si hay que entrar en el juego de ir con un tema que no te gusta, que sea con la elegancia de Lucía Pérez

Y si hay que entrar en el juego, que sea con la elegancia de Lucía Pérez. Ella participó en la preselección de Eurovisión en 2011 y sabía que se exponía a cantar la canción que a Televisión Española le viniese en gana sin importar su criterio. Así, salió elegida ‘Que me quiten lo bailao’, una canción con la que no se sentía identificada, y con la que tuvo que apechugar con su mejor sonrisa. No fue una buena canción, pero ella la defendió dignamente, y jamás la hemos escuchado críticas a Televisión Española (cosa que sí a otros artistas que acudieron con la canción que presuntamente quisieron). Además admitió que la experiencia le encantó y que ojalá pudiera repetirla algún día. Pero que a poder ser, que fuese con una canción hecha para ella, a su medida y a sus gustos musicales. Puestos a pedir.