'Supervivientes': ¿Votar con la cabeza o con el corazón?

'Supervivientes': ¿Votar con la cabeza o con el corazón?

Televisión

'Supervivientes': ¿Votar con la cabeza o con el corazón?

Apenas quedan ocho días para vivir la gran final del reality de Telecinco.

12 julio, 2017 09:33

Falta poco más de una semana para conocer el nombre del concursante que se hará con el triunfo en esta edición de Supervivientes. Laura, Alba, José Luis, Iván, Alejandro o Kiko. Entre ellos seis se encuentra el ganador, y debo reconocer que no sentiré especial desagrado si no gana mi favorito. En estos momentos me encuentro entre dos aguas. Si voto dejándome llevar por la objetividad y por la racionalidad, contribuiré a que la victoria de José Luis sea una realidad.

Él ha sido el superviviente por excelencia, y también hay que admitir que ha sabido venderse muy bien, un terreno en el que sus compañeros han fallado sobremanera. José Luis ha dejado a sus rivales caer en las típicas trampas que amenazan a cualquier concursante de reality cuando el ánimo escasea. Sus contrarios le han hecho la mejor propaganda que alguien puede recibir en una situación de extrema competencia, consiguiendo que el espectador se solidarice con su causa.

José Luis siempre ha sido conocedor de lo que se estaba cociendo fuera, y es algo de lo que él se ha beneficiado

El cocinero se ha defendido correctamente dejando la pasión a un lado, provocando que la indignación del votante aumente semana a semana ante los comentarios del resto de concursantes acerca del finalista. Cuento con el pleno convencimiento de que José Luis siempre ha sido conocedor de lo que se estaba cociendo fuera, y es algo de lo que él se ha beneficiado. Me alegro de que haya tenido tanta estrella, pues él ha contribuido a que una gran mayoría de espectadores compren su triunfo. José Luis no ha perdido los papeles y se ha ceñido a la supervivencia, algo que muchos amantes de este programa valoran por encima de todo. Si ha tenido malas palabras o gestos reprobables, no los hemos visto, y por tanto no pueden ni deben ser juzgados. En el caso de que dichos momentos existieran, que no lo pongo en duda, pero tampoco me importa, José Luis ha conseguido esconderlos de las cámaras, por lo que su mérito en este concurso es aún mayor.

Si finalmente José Luis consigue ganar, se hará justicia y se respetará el nombre de este formato. Nadie mejor que él para representar el espíritu de este programa, esencia que se perdió en el desenlace de alguna que otra edición. Esto último no es un drama y no solo ha pasado en Supervivientes, pero es cierto que no viene nada mal que de vez en cuando gane un candidato idóneo para reafirmar los principios del formato en cuestión, y en esta ocasión no se me ocurre nadie mejor que José Luis para ello.

Alejandro e Iván no son malas opciones, pero es cierto que carecen del protagonismo necesario para alzarse con tal título. José Luis cuenta con esa dosis necesaria de concursante de reality, imprescindible y con una trama principal en esta edición. Sin él, esta temporada no hubiera sido la misma, realidad que no puede ser aplicada a los casos de Alejandro e Iván.

A Alba la he visto venir en todo momento, y he podido ver cuáles son sus defectos

Sin embargo, Alba sí cuenta con ese rol protagonista, pero su victoria resulta insuficiente respecto al puro terreno de la supervivencia. Sin embargo, admito que, si me dejo llevar por el corazón, la apoyo a ella para que gane este concurso, reconociendo en todo momento que mi voto en este caso supone un gesto que nace de la más absoluta subjetividad. Quizás mi parte sentimental se inclina hacia Alba porque se ha dejado conocer más que José Luis. A Alba la he visto venir en todo momento, y he podido ver cuáles son sus defectos. A José Luis no he terminado de pillarle el punto, posiblemente porque su estrategia no le permite dejarse conocer, o probablemente porque el carácter de él sea el de un tipo algo más hermético y reservado.

No podemos olvidarnos de Kiko, que, aunque juegue desde la casa del árbol, sigue dentro del tablero del juego y con opciones a ganar. Sería la victoria que peor sabor de boca me dejaría, básicamente porque encuentro en él gestos que me echan para atrás en todos los sentidos. La soberbia y el machismo han formado parte de su juego durante estos tres meses, aunque ahora ande esforzándose para lavar su imagen. Algo que se le está dando demasiado bien porque no tiene que convivir con sus compañeros ni llegar a acuerdos para que todo vaya bien.