“A mi hermano le han expulsado como castigo a Suso”, decía este jueves la hermana de Muti minutos después de que Mercedes Milá comunicara al sevillano que era el segundo expulsado de Gran Hermano 16.

No sería el único castigo para el catalán, que cerraría su fatídica noche con un abucheo del público del plató cuando la presentadora conectó con la casa para comunicar los nominados.

Y eso que la gala empezó muy bien para el catalán. Gracias a él, Carlos confesó que Ivy era su pareja, por lo que ha perdido 100.000 euros del premio final; y gracias a que reveló este secreto en el confesionario, la pareja se ha quedado sin la posibilidad de dar tres puntos en las nominaciones.

Sin embargo, la noche se le empezó a torcer cuando Sofía regresó a la casa. Suso ya se ha cansado de la navarra y para él hubiera sido un alivio que ésta se hubiera marchado para así tener vía libre con Raquel.

Minutos después le llegaría un nuevo mazazo. La segunda en regresar a la casa era Ivy, la persona que más deseaba que abandonara la casa. Por si fuera poco, la expulsión quedaba entre su admirada Raquel y su amigo Muti.

Su momento más amargo de la noche fue cuando vio que Raquel regresaba a la casa. Muti había sido el expulsado. Fue ahí cuando las lágrimas empezaron a aparecer en su rostro. Nada le había salido como había soñado.

Las lágrimas de rabia de Marta y Sofía

No sería el único que lloraría. No obstante, en el caso de Marta y Sofía, las lágrimas no eran de tristeza por la marcha de Muti, sino de rabia por la salvación de su enemiga Raquel.

Pero aún quedaba otro mal momento para el catalán. Su objetivo en las nominaciones era Quique, al que no ha dudado en llamar “feo y aburrido”. Sin embargo, el onubense conseguía la inmunidad y los deseos del catalán caían en saco roto.

Finalmente Suso conseguía librarse de la nominación, algo que no gustó nada en el plató del programa, que le abucheó. El catalán, molesto, no dudó en hacer una peineta. Un gesto que le puede costar muy caro en el futuro.