Marta Flich, en una imagen de marzo de 2025.

Marta Flich, en una imagen de marzo de 2025. GTRES

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Marta Flich ya elige su próximo proyecto tras 'Todo es mentira': "El ‘caso Koldo’ es gloria bendita en un punto de vista televisivo"

BLUPER ha charlado con la presentadora, que el pasado 13 de junio se despidió del programa de Cuatro del que se define “hija y madre”.

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Cuando Mercedes Milá recibía en Gran Hermano a un concursante expulsado, en los primeros años solía decir aquello de “bienvenido a tu vida fuera de la casa de Gran Hermano”. Ahora, a Marta Flich, que conoce aquel reality muy bien, hay que darle la bienvenida a su vida fuera de la que ha sido su casa estos últimos años, Mediaset.

La comunicadora decidió, en muy buenos términos, salir del grupo audiovisual (“fue muy natural, fue todo muy natural, la verdad, muy honesto”, nos dice), diciendo adiós tras seis años a Todo es mentira, un programa del que se define “hija y madre”.

Ahora busca nuevos proyectos, y tiene el verano para estudiar ofertas, que alguna hay ya sobre la mesa. “Soy una currante, y yo lo que quiero es trabajar, trabajar y trabajar. Levantar un proyecto, verlo crecer, partirme la cara allí para la gente, por la audiencia”, reconoce a BLUPER, en una charla en la que deja claro que lo que mejor se le da es hablar de política, pero desde un prisma de humor.

¿Qué tal las vacaciones?

De momento llevo una semana y tres días, o sea que de momento va muy bien. Son vacaciones y no lo son, porque la niña todavía está en el cole y tal, y todavía la rutina está en marcha aquí en Madrid, pero vamos, disfrutando mucho de mi vida familiar, la verdad. ¡Qué rápido se acostumbra una al ocio y a la vida placentera!

Marta Flich y Risto Mejide en una imagen de archivo.

Marta Flich y Risto Mejide en una imagen de archivo.

¿Se podría decir que son vacaciones, o, de momento, es una pausa?

De momento son vacaciones, sí, porque una vez ya desconectas del trabajo son vacaciones. En cuanto termine el cole ya la semana que viene me voy unos días y empiezo a hacer ruta por ahí, por Valencia, Asturias, el sur, ya voy a empezar lo que son las vacaciones canónicas.

¿Cuándo lo pasaste peor? ¿Anunciando tu salida de Todo es mentira o en ese último adiós final?

Fue diferente, porque la primera vez lo dijimos y luego ya continué trabajando un ratito más. No era muy consciente porque como al día siguiente iba a ir, y al otro. Como que te da cosita, pero no te haces a la idea todavía, ¿no? Porque la actualidad manda y el trabajo sigue.

Pero el último día sí que es verdad que ya cuando me despedí, yo tenía pensadas unas pequeñas líneas, que fue aquello de que el corazón es la gente que trabaja en las empresas. Y cuando ya dije por fin 'bueno, el lunes más verdades en Todo es mentira, pero ya sin mí', fue cuando pensé 'ostras, ahora sí que sí'.

Cuando vienen a recibirme mis compañeros de peluquería y maquillaje, que me habían comprado un ramo de flores, y ahí me puse a llorar, porque los amo, y entonces ya me abracé a ellos. Y, jolín, que la gente que tiene los sueldos más normales y tal, de pronto que hagan el esfuerzo y se rasquen el bolsillo para comprarte cualquier cosita, es que me parece un detallazo. De hecho, ahora esta tarde voy a quedar con ellos para invitarles a merendar a lo bestia y a beber y a lo que quieran.

En Todo mentira te dijeron que siempre tendrán las puertas abiertas.

Sí, me lo dijo Risto, “esta silla siempre la tendrás para cuando quieras”. Y también la cadena, porque claro, yo me voy con una relación inmejorable, con tanto con los directivos como con mis compañeros.

La cadena también me dijo, “oye, aquí tienes las puertas abiertas”, y respondí: “cuando tengáis un proyecto que digáis ‘esto Marta lo va a bordar’ me llamáis y nos sentamos y lo vemos”. Tengo las puertas abiertas y eso la verdad es que bastante tranquilizador. Me voy un poco tranquila.

Te despediste casi buscando trabajo. ¿Se ha producido ya alguna llamada o ha habido algún movimiento?

En el momento en el que yo lo anuncio, todo el mundo piensa que tendré algo, pero no. Y entonces cuando dije: ‘Mira, aprovecho para pedir trabajo y tal’, esa misma tarde, que quedé con un amigo, el teléfono me quemaba. Ya por la noche tenía algunas llamadas, y al día siguiente me llamaron para preguntar si era verdad. Y la siguiente pregunta que me hicieron fue muy bonita: ‘Bueno, ¿y qué te apetece hacer?’. Que para mí eso es como: ‘Ay, qué guay’. Y dije que le tenía que dar una vuelta.

Marta Flich, en 'GH VIP'.

Marta Flich, en 'GH VIP'.

Si te diesen la oportunidad de crear un programa a tu medida, ¿cómo sería?

Lo que me gustaría es hacer infortainment, que es en lo que yo creo que soy mejor, y porque me gusta muchísimo la política, y también hacerla en este tono de humor, que es muy característico mío. El sentido del humor creo que nos permite también aflojar un poco y no estresar tanto al personal, que está la sociedad muy estresada.

Y me gustaría, por supuesto, directo, porque te engancha, es trepidante. Sentir que estás formando parte de la vida, de lo que está pasando, de la actualidad, es un subidón, química pura. Entonces, si puedo elegir, voy a elegir eso. ¿He elegido ya? No, pero sí que me gustaría antes de septiembre tenerlo todo organizado.

La política se puede contar de muchas maneras.

La política nos está trasladando una serie de responsabilidades y de estreses y de cosas que tiene a la sociedad muy agobiada. Desde los medios también tenemos que hacer propuestas que alivien a la gente.

En un principio se habló de que ibas a dejarlo en julio, y te habrías comido un fin de fiesta interesante con todo lo que sale del ‘caso Koldo’.

Lo que está saliendo, para la información política, es gloria bendita desde un punto de vista televisivo. Luego ya a cada cual como le afecte, claro, y puede ser una putada. Pero a nivel de televisión, todos los momentos en los que pasa algo son impresionantes para un profesional.

Mientras te estoy diciendo esto, estoy echando la vista atrás mentalmente, y claro, es que no han dejado de pasar cosas. Cuando no ha sido la pandemia ha sido el volcán, cuando no ha sido la guerra, no han dejado de pasar cosas todo el rato.

Es evidente que la política sigue interesando al espectador.

Parecía que había una desafección política, creo que la gente está muy interesada en todo lo que es política y ahora mismo hay cosas que no se nos escapan. Cosas que a lo mejor podían ser más endogámicos, más de dentro de los partidos, ahora ya lo sabemos todo.

Voy a utilizar una expresión: se está ‘salvamizando’ la política, como Sálvame, y eso hace que las audiencias se disparen tanto en estos temas en los que cada vez hay más interés, ¿no? Se han levantado las alfombras, hay muchísima transparencia. En todo este ruido tendríamos que tener un poco de cuidado en no meter todo en el mismo saco. Porque si todo es corrupción, nada es corrupción.

¿Qué televisión es la que tú consumes?

Yo consumo de todo, de todo. A mí me encanta la televisión, y ahora me estoy viendo el documental de Sara Montiel. Me encantan los biopics, las biografías de músicos, de actrices, la de científicos.

Consumo mucha política, pero tampoco me paso mucho, porque si no te vuelves un poco majareta. La gente que nos dedicamos a esto estamos enganchados a la actualidad, y tenemos todas las notificaciones en los móviles de lo que pasa, de lo que no pasa. Y consumo mucho dibujo animado, Peppa Pig, Pocoyó, Super Mario, que le encanta a la niña. Y algún reality, últimamente estaba viendo el de las Kardashian, que también me fascina.

Todo lo que sea sociológico me vuelve loca, porque me parece que hay que poner el ojo ahí, a ver, porque estas personas gustan tanto a la gente, a la sociedad. Y el fútbol, el deporte, y el corazón.

La televisión me encanta y creo que hay que estar muy dentro de lo que está pasando para entender la sociedad también, porque la televisión cambia y evoluciona y dinamiza las sociedades. También veo mucho late night estadounidense.

Marta Flich en su último día en 'Todo es mentira'.

Marta Flich en su último día en 'Todo es mentira'.

Estadounidense, porque en España no quedan, con los actuales horarios del prime time.

Claro, empieza a las 10 de la noche, acaba a las 2 de la mañana, eso ya no existe. Pero los late nights estadounidenses son fantásticos. Tienen una mordiente y tienen un ingenio, la verdad, con la que está cayendo por allí.

Los horarios del prime time los has vivido en primera persona. ¿Crees que hay que hacer un consenso entre cadenas para darle una vuelta al tema, porque es verdad que cuesta engancharse a algo que pueda empezar a las once u once y cuarto de la noche?

El otro día estuve presentando unos desayunos de la Academia de la Televisión y estuve con productoras top, lo mejor. Cuarzo, El Terrat, Fremantle, Gestmusic, Shine Iberia... Les hice esta pregunta. Y esto era una demanda que ellos tenían, y decían sí, nos gustaría, nos encantaría, pero no sé por qué, y, la verdad que lo desconozco.

Es bastante evidente que nos ha cambiado la vida, con la pandemia, por ejemplo, ceno antes, hemos adelantado un poco los horarios, nos hemos europeizado un poco. Y ellos decían que esto también lo veían, y que veían necesario que se adelantara un poco. De hecho, yo todo lo que vea tiene que ser en diferido, lo que sea a partir de las 22:30, chao. Ya no existe para mí.

Gran Hermano vuelve próximamente con una nueva edición estrenando casa. ¿Cómo recuerdas ahora aquella experiencia?

Es una de las experiencias más bonitas de mi vida profesional. El manejo de esos dos platos, el trabajar con gente, los concursantes, que se les quita absolutamente toda la información. Y que por más que sepan de tele están vírgenes totales, y que ves lo vulnerable que se convierte el ser humano, sigue siendo un ejercicio brutal.

Y la gente te sorprende muchísimo. El mayor recuerdo, que ya es una cosa un poco egoísta, fue el momento en el que me dice el director de tocar la melodía de Gran Hermano al empezar una gala. A mí me da muchísima vergüenza, porque yo tocar el piano en público es una de las cosas que más vergüenza me da, porque me quedé en blanco una vez cuando era pequeñita y tenía el trauma.

Y dije: ‘Mira, adelante, vamos a hacerlo. Estaba como un flan, y cuando terminé de tocar la melodía dije: ‘Qué orgullosa estoy de mí, qué orgullosa estoy de este formato, qué maravilla todo’. No sé, tengo un recuerdo espectacular y luego creo que fui de menos a más. Aprendí muchísimo.