Carles Porta en ‘Tor’.

Carles Porta en ‘Tor’.

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Carles Porta presenta ‘Tor’: “No entrevistamos a asesinos, a no ser que encontremos un sentido muy claro”

La serie documental de ocho episodios, que recupera un asesinato de 1995, se estrena en abierto en laSexta este martes.

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laSexta estrena este martes, 17 de junio a las 22:45, la serie documental Tor, una creación del periodista Carles Porta, padre de productos televisivos como Crímenes. La cadena de Atresmedia emitirá los dos primeros episodios de este true crime que relata una historia real marcada por un siglo de conflictos en un remoto lugar en la frontera entre Cataluña y Andorra.

Secretos, oportunistas, incendios, desapariciones y asesinatos han escrito la historia del enigmático pueblo de Tor, que Porta define como una mezcla de Twin Peaks y Fargo.

Periodista, director, productor y escritor, Porta es una figura clave en el género true crime, galardonado con premios como el Nacional de Comunicación y el Ondas, y BLUPER ha podido hablar con él antes del estreno en abierto de esta producción de ocho entregas.

Tor se trata de un proyecto muy personal en el sentido de que llevas literalmente décadas investigando sobre él.

Llevo 30 años investigando, es mi proyecto más personal. Diría que es una de las esencias de mi vida profesional. Probablemente, es mi proyecto más importante, sin duda.

Imagen promocional de 'Tor'.

Imagen promocional de 'Tor'.

¿Cuál es el origen de esta docuserie?

La historia de Tor es la historia del asesinato del propietario de la montaña más grande del Pirineo, la montaña de Tor. Y el asesinado se llamaba Sansa, Josep Montané, ‘Sansa’. El pueblo tiene 13 casas, y es el pueblo más alto del Pirineo, y esas 13 casas llevaban 100 años peleándose, odiándose entre ellos por la propiedad de una montaña en la que podría construirse una estación de esquí tan grande como Baqueira Beret. Con lo que eso implica de intereses urbanísticos y de movimientos de dinero.

Después de 100 años peleándose, un juez dictaminó que quien cumplía los requisitos para ser dueño de la montaña era un solo vecino, Sansa. Y a este señor, al cabo de 4 meses de darle la propiedad de toda la montaña, lo mataron. ¿Quién mató a Sansa?

Y a partir de ese hilo conductor, yo te cuento toda la historia del pueblo, de las rivalidades de los grupos que había, del contrabando que pasó por allí, porque esto está al lado de Andorra y han pasado muchísimo contrabando.

Explicamos también que el odio venía ya de la época de la Guerra Civil y de la posguerra, con el maquis, los guerrilleros, porque allí hubo una batalla puntual. De todo lo que era el negocio de la venta de la madera, de la tala de árboles, hablamos también de la importancia del ganado a primeros y a mediados del siglo XX, porque Tor era la fábrica de mulas de España, porque había unos pastos increíbles y mucha agua y en esa época se utilizaba mucha caballería para transporte de todo.

Y luego es una historia con unos personajes increíbles, imposibles de inventar por ningún guionista y son reales. Para mí Tor es como una mezcla de Twin Peaks y Fargo, pero de verdad.

De hecho, el primer episodio parece que nos cuenta una historia de esa América profunda y colonial, un pueblo perdido, casi de Los odiosos ocho de Tarantino. Pero el asesinato fue en 1995.

Es que Tor, en estos momentos, 2025, se mantiene como hace dos siglos. Allí la civilización no ha llegado, no ha evolucionado. Hay un par de vecinos con antenas parabólicas, porque no hay cobertura de móvil, no hay agua, no hay camino asfaltado para llegar allí. Es un mundo perdido. Los conflictos han hecho que no haya llegado la civilización. Y claro, eso es lo que se retrata constantemente. Y en el año 1995 cuando mataron a Sansa era mucho peor.

Ahora, porque la serie y todo lo que se ha emitido, lo ha convertido en un lugar un poco más visitado y hay más tráfico de gente, de turistas. Pero hace 20 o 30 años por allí no pasaba nadie. Y eso era peor que el oeste perdido.

Imagen promocional de 'Tor'.

Imagen promocional de 'Tor'.

¿Cuándo lo visitaste tú por primera vez?

Yo lo visité por primera vez en enero de 1997, que estaba todo nevado, tuvimos que subir con motos de nieve, no se podía subir de otra manera, y no había nadie. En ese momento el pueblo quedaba vacío durante los meses de invierno porque queda completamente aislado. Y me pareció tan bello como esperpéntico.

Fue un paisaje preciosamente terrible, daba escalofríos el estar solo allí, pero me pareció precioso, increíble. Insisto, eso es el Pirineo del siglo XVIII.

Con esta serie documental una vez más cumples tu premisa de huir de audiencias fáciles.

Yo lo que hago siempre es poner por delante la historia. Que la historia sea potente, que esté bien contada, que los personajes sean muy potentes por sí mismos, construir esos personajes y que la trama fluya sola.

Y en el caso de Tor, esto es así. Por eso te digo lo de Twin Peaks y Fargo, porque son personajes de comedia viviendo una tragedia. Y la historia en sí misma es increíble.

No hay guionista, y eso no lo digo solo yo, lo dice uno de los abogados que sale en la serie, no hay guionista cuya imaginación desbordada pudiese escribir en la ficción lo que en Tor están viviendo de manera real.

Y es así, son giros y giros, personajes increíbles que no se acaban nunca. En cada capítulo presentamos personajes nuevos que superan al anterior, los giros que van llegando son cada vez más increíbles, todo va creciendo, cada vez crece más. Y en los capítulos 6 y 7 intentamos recogerlo todo y ya intentar resolver un poco.

¿Cómo llevas el haberte convertido en un comunicador referente en el género que ha ganado peso también delante de la pantalla?

Yo voy andando y voy trabajando en lo que me gusta, la vida te lleva donde quiere y mira, me ha llevado aquí. Pues bien, lo llevo bien. ¿Sabes qué pasa? Porque yo me fijo sobre todo, sobre todo, en lo que hago, en cada proyecto. Y cuanto más éxito tenemos, más responsabilidad tenemos.

Y de lo que se trata es de no defraudar a la gente, pero no solo al espectador, eso es súperimportante. Sobre todo a quien no quiero defraudar es a las víctimas y a los protagonistas de las historias que me cuentan su vida, que me cuentan su mundo. Eso es muy importante.

Después de 500 horas de true crime emitido, creo que no hay nadie que se arrepienta de haberme contado su historia.

Imagen del primer episodio de 'Tor'.

Imagen del primer episodio de 'Tor'.

Y relacionado precisamente con todo esto, ¿qué opinión tienes de este debate que se ha vuelto a abrir por Ana Julia Quezada sobre entrevistar asesinos?

Nosotros no entrevistamos a asesinos, a no ser que encontremos un sentido muy claro. Pero para contar la historia del pequeño Gabriel, hay una sentencia que no tiene ningún resquicio de duda, y está su madre, por ejemplo. El que hable una asesina es una cosa que tiene que medirse muy, muy bien.

Eso yo no lo hago, igual que en el caso del libro sobre José Bretón, exactamente lo mismo. Yo, hablo de mí, jamás hubiese hecho un libro sobre José Bretón o en el que participase José Bretón sin haber hablado con la madre de los niños. Jamás. Eso para mí es un elemento absolutamente prioritario.

Nosotros hay muchos casos que no los hacemos porque detectamos que las víctimas o los familiares de las víctimas están mal, están muy afectados o nos piden expresamente que no lo hagamos. Es así de simple.

¿Qué proyectos tienes ahora mismo entre manos?

En septiembre vamos a presentar una serie de ficción con Atresmedia, que se va a titular 33 días, que es una serie inspirada en el caso de Brito y Picatoste, dos presos que se fugaron de la cárcel de Lleida.

En octubre haremos más capítulos para Movistar Plus, y más capítulos de Crims para TV3. Y luego estrenaremos más podcasts en Catalunya Radio y en Amazon Audible, y seguimos trabajando porque el público quiere más producto nuestro y a nosotros nos gusta mucho que nos quieran.