Cristina Zapata, una de las gemelas camareras de ‘First Dates’.

Cristina Zapata, una de las gemelas camareras de ‘First Dates’.

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Cristina, la camarera de ‘First Dates’, explica cuál es su problema de salud mental durante una cita

La gemela de Marisa cenó con Víctor, un madrileño de 43 años, con el que tuvo muchas cosas en común.

21 febrero, 2024 23:26

Esta noche, First Dates ha acogido una cita muy especial. Y es que quien se sentaba en el restaurante para encontrar el amor era Cristina, una de las dos gemelas que trabajan de camarera en él. Tras ocho años atendiendo a solteros, ha decidido probar suerte, y se mostraba confiada. “Estoy en mi casa”, apuntaba.

Como era de esperar, su hermana Marisa sería espectadora de lujo del encuentro. “Tenemos gustos diferentes, pero a veces, parecidos”, le explicaba a Carlos Sobera, y deseando que su gemela diese con un hombre “honesto y trabajador”. Matías también tenía los mejores desos para su compañera.

Su cita fue Víctor, un madrileño de 43 años, mecánico aeronáutico, que quería conocerla porque le parece simpática y extrovertida. En el primer vistazo todo transcurría bien, y Cristina alababa la valentía de su acompañante para conocerla ante las cámaras.

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En la cena en sí, ambos comenzaron a hablar de aficiones, y Víctor destacó su gusto por deportes como el esquí (aunque es “malísimo”), el senderismo y el pádel. Ella, por su parte, explicaba que de pequeña le gustaba el tenis, pero nadie quería jugar con ella.

Tras esto, pasaron a hablar de su forma de entender el amor, y ambos coincidían en que no son celosos en absoluto, y que no son partidarios de las relaciones poliamorosas o abiertas. Cristina detalló cómo tuvo una relación “especial” con su ex, con el que se vio durante mucho tiempo, aunque no eran una pareja propiamente dicha, y en la actualidad llevaba dos años sin tener su media naranja, aunque había conocido gente.

Todo fluía muy bien, y por eso, Cristina quiso que su compañero, y de paso, todos los espectadores, conociesen un aspecto desconocido de su vida. “Yo tengo un problema de salud mental, un TOC”, explicaba. A solas, detallaba que por su trastorno obsesivo compulsivo “tenía que verificar todo, era un poquito complicado, y se entiende, pero es tan absurdo que puedes llegar a decir cómo hago ciertas cosas, o las repito”, narraba ante la cámara. De nuevo en la cita, le contaba a Víctor que está recuperada, “y es superimportante que te puedas sentir comprendida. Lo digo como algo de superación, salir de algo tan fuerte”.

Esta confesión gustó mucho a su compañero, que la vio como una mujer luchadora, que sabe pedir ayuda y se deja aconsejar. Él, por su parte, le ha contado que él sufría la enfermedad de Crohn desde pequeño y que es importante que su entorno lo sepa, tanto de familiares como de amigos.

Aunque en apariencia todo iba rodado, el amor no estaba presente. “Ojalá lo hubiera sentido porque es una persona fantástica”, se sinceraba Cristina a su hermana. El programa invitó a los dos comensales a la cena, y a la hora de decidir si tendrían una segunda cita, ella tuvo claro que no porque le faltaba feeling.