Miguel Bosé en ‘El Hormiguero’,

Miguel Bosé en ‘El Hormiguero’,

Bluper

El alegato de Miguel Bosé contra el alcohol en ‘EH’: “Es el veneno más legal, pero es el peor de todos”

El cantante ha acudido al programa para presentar ‘Bosé: Renacido’, su nueva serie documental de Movistar+.

19 septiembre, 2023 23:35

Este martes, por fin, Miguel Bosé pudo acudir como invitado a El Hormiguero, tras haber causado baja dos semanas atrás. “Quiero decir perdón a todo el equipo de El Hormiguero, que la última vez que tuve que haber venido no pude porque me puse muy enfermito”, se disculpaba el artista, que acudía a presentar la serie documental Bosé Renacido de Movistar.

Pablo Motos recogía el guante de esa enfermedad. “Hace un mes asaltaron tu casa 10 encapuchados con tus hijos dentro, y posiblemente como consecuencia de esto tu cuerpo te dio un viaje que te impidió venir al programa”, explicaba el presentador, dando así pie a Bosé para que pudiera contar lo que quisiera sobre el suceso.

Fue exactamente hace un mes. Los chicos estaban en el saloncito, haciendo una videollamada con un amiguito. Estábamos dormidos ya, a las ocho y media de la noche, y cuando de repente me despierta alguien veo unas caras que no conozco”, explicó el cantante, que detalló cómo le apuntaron con una pistola con silenciador.

[Así fue la tensa rueda de prensa de Miguel Bosé en el FesTVal: "Cuando he entrado aquí, olía a maldad"]

Fue un momento que estás perdido, no sabes lo que pasa”, continuó diciendo. Entonces vio a sus hijos al pie de la cama, rodeados de encapuchados armados con metralletas. “No eran profesionales porque al final nos ataron con los lazos de mis deportivas”, apuntaba.

Durante el atraco no hubo violencia física, solo “empujones entre ellos” e insultos. Bosé entonces preguntó que qué querían, y le dijeron que todo lo que tuviera valor, así como una cifra de dinero “que no la tienen nada más que los narcos”.

El invitado de El Hormiguero se ofreció a abrir las cajas fuertes de la casa, y pidió que no separasen a sus hijos en diferentes habitaciones para que no entrasen en pánico. Estuvieron controlados por un chaval que luego resultó ser un ángel”, contaba, dejando los detalles para más adelante.

Así, fue abriendo las cajas fuertes, que tenían el dinero para pagar trabajadores y para hacer la compra. “En un determinado momento se me queda el jefe mirando y dice: chavos este es Miguel Bosé. Yo digo sí. Se quita la máscara y dice: yo soy tu fan. México es un país maravilloso, pero muy surrealista”, valoraba, logrando una risa por parte del público. Ante esa estampa, él le pidió llevar las cosas por buen camino “o se acabaron los conciertos”.

En aquel momento tuvo la sensación de que nada malo les pasaría, y tuvo más tranquilidad. Y cuando vio a sus hijos entrar notó que en sus ojos no había miedo. Uno de ellos, Diego, resultó ser un apasionado de las armas, y hasta se fijó en la marca de los silenciadores de los atracadores, como “haciendo un listado. Esta generación nos va a salvar a nosotros”, dijo con orgullo.

De los artículos que se llevaron, Miguel Bosé bromeó con objetos que les regalan dos amigas californianas, “fanes de toda la vida”, por Navidad o cumpleaños, y que son “de una gama muy alta de maletas, monederos. Me espantan. Se las llevaron todas”.

El atracador que calificó como un ángel calmó a sus hijos diciéndoles que a ellos ni a su padre les pasaría nada, y “y creo que pensó en qué sarao me he metido y qué coño hago aquí”. Ese mismo atracador desató a su hijo Tadeo, y le dijo que no dijese nada, para que cuando se fuesen, a la media hora, pudiera desatar a los demás.

Tras el asalto llegó la policía, que dejaron todo revuelto como estaba tres días mientras tomaban huellas. “No tenían prisa…”, bormeaba Pablo Motos. Funcionan de otra manera”, aclaraba Bosé, detallando que fueron una treintena de agentes “y fue peor que todo lo anterior”. “Es una experiencia para olvidar lo antes posible, una experiencia horrible, que no enseña nada, pero tuvimos la suerte de que teníamos alrededor a mi armada de ángeles y arcángeles y no nos pasó nada ni a mis hijos ni a mí”, valoraba.

Tras dar todos los detalles del atraco, Pablo Motos y Bosé pasaron a hablar de Bosé Renacido. A sus padres los definió como personas “con un trastorno narcisista” y mucha personalidad. “Cada día al despertar pensaba a ver cómo sobrevivo a estos dos”, narraba el cantante, que no dejó de hablar bien de su Tata durante esta parte de la entrevista. “Era el pilar de la familia, la única que tenía cabeza”, aseguraba.

Tras hablar sobre su relación con Pablo Picasso, Bosé recordó cómo su padre le llamaba “maricón” por su afición a la lectura. “No se escatimaba en este tipo de trato”, aseguró el de Amante bandido. Y a continuación recordó cómo por su amor hacia los animales su padre lo llevó de Safari a África y allí contrajo una malaria que casi lo mata. Luis Miguel Dominguín no le dio una pastilla para prevenir esta enfermedad porque “era una mariconada”, desoyendo los consejos del médico. Cuando regresó a Madrid pensaba “14 o 15 kilos” nada más y el doctor Manuel Tamames le dijo a su padre: “Te voy a matar. Te seguiré admirando como persona, pero como torero eres una mierda”.

No tuvo problema el invitado tampoco en detallar las peleas entre sus progenitores. “En la educación de los hijos se crean muchos problemas en los matrimonios”, opinaba, volviendo a poner en valor la figura de la Tata.

De Luis Miguel Dominguín y los animales, también contó cómo compró un mono que le mordió en la cara, y le “descolgó el músculo”, lo que le hacía tener la boca descolgada hacia un lado. “Me llamaban Mari Trini”, contó, en referencia a la cantautora. También recordó cómo en su infancia pasaba los veranos en una casa, en la que su madre, Lucía Bosé, pilló a su esposo siendo infiel con su prima hermana Mariví. Esa noche la casa ardió, y durante años se señaló a Lucía Bosé como autora del fuego. “No se sabe, hay muchas teorías”, dijo él, sin decir quién provocó el incendio con el que “acabó su infancia”.

Pablo Motos entonces quiso hablar de “la capacidad de amar a hombres y mujeres” del invitado y cómo y eso genera envidia. “La gente que folla poco se tiene envidia a sí misma, se tiene rabia. Esa suerte que me ha dado el universo de poder salir los viernes y volver siempre con cacho pues lógicamente ha tocado los cojones a mucha gente”, aseguraba el invitado, quien tiene ya “resueltos” esos conflictos del pasado, sin “rencor, no hay amargura”. De su infancia, también detalló cómo la separación de sus padres provocó una carestía importante en su casa de Somosaguas, sin agua caliente siquiera, y cómo se tenía que bañar con ollas de agua caliente él y sus dos hermanas. “Fueron años muy feos, pero la Tata tenía mucha alegría y decía que son lecciones de la vida que hay que aprender”, recordaba. En casa le enseñaron entonces que tenían que “fingir” que todo era igual que siempre, algo que le explicaron como algo parecido a mentir, pero que no era mentir. Un día, un compañero de clase se enteró de cómo era su situación, “y dijo: te he descubierto, mentiroso, traidor. Yo me levanté, fui a por él le agarré la cabeza y se la estampé contra la pared. El niño más tranquilo del mundo, más angelical, menos agresivo. Pero me había descubierto”, dijo tajante.

En el repaso a su vida se destacó su primera actuación en televisión, en el Florida Park, y cómo se hizo famoso en cuestión de horas. Esa noche empecé a ser Miguel Bosé y dejé de ser Miguelito”, aseguró.

En Bosé: Renacido también se habla de los bulos que han dicho en contra de él a lo largo de su vida, como que tenía el sida y que había muerto por consecuencia del virus. Aquello surgió de “Encarna Sánchez, que dijo una tarde: nos hemos enterado que Miguel Bosé tiene esa enfermedad que está tan de moda. Las ganas de llamarme drogadicto, maricón, eran inmensas, porque yo no compartía mi vida con determinado tipo de prensa”, narraban. Sin embargo, se la dejaron guardada, porque él denunció aquello, pero los titulares no cesaron, hasta que le tomaron en fotos durante un rodaje, en una pausa, en la que no tenía buen aspecto por las vivencias de su personaje. Eso provocó que la ya desaparecida radio Intercontinental anunciase su muerte mientras sonaba un réquiem de Mozart. Mercedes Milá entonces le llamó, y le invitó a aparecer en su programa Queremos saber, donde habló de la muerte del cantante y luego le dio la bienvenida. “La gente se volvió loca. ¿Nos están tomando el pelo?”, se preguntó.

Ese acoso te lleva a meterte muy en el mundo de las drogas”, le decía entonces Pablo Motos, pero él negaba que no fue por ese acoso. A ti te gustaban”, corregía el presentador, y Bosé le daba la razón. “Sí. Ya me gustaban. Seamos sinceros, no voy a mentir ahora. Tenía una cierta afición que luego pasó a cosas mayores y estuve 30 años haciendo de todo. Hasta que empezó el consumo que se apartaba de la fiesta, el consumo diario por costumbre. Estaban mis hijos por llegar y dije hasta aquí”.

Bosé reconoció haber sido adicto al alcohol y tabaco y sexo y todo lo que pillaba”, salvo la heroína, porque le dan miedo las agujas. “Cocaína, éxtasis, marihuana”, añadía. Pablo quiso saber entonces qué droga es la que más “esclaviza” y él, sin titubear, señaló el alcohol. “Es el veneno más legal, pero es el peor de todos”, confirmó, contando cómo la generación anterior a la suya no caía en la droga, pero sí en eran “todos alcohólicos”, y cree que es la que más cuesta dejar.

Yo lo dejé todo el mismo día”, continuó explicando, y detalló que no sufrió síndrome de abstinencia porque él funciona “por saturación”, ya sea con las drogas, las personas o lo que corresponda. “Ya no me da nada, no tengo nada más que descubrir. No quiere decir que sea fácil para todo el mundo, pero hay que tener una cabeza que aguante, muy fuerte. Hay que llegar a paliar con cosas muy complicadas”. “No me he tomado una cerveza, un vaso de vino, desde hace 13 años”, insistía. A pesar de sus vivencias, quiso que nadie en casa le tomase como ejemplo para superar las adicciones.

La charla continuó con las vivencias de Miguel como padre. “Estamos aquí en esta tierra, para saber qué es el amor y con el amor progresar, hacernos mejores, redimirnos de muchas cosas”, aseguraba el artista, que cree que el amor hacia las personas de fuera no es tan fuerte como el que se tiene por los hijos. “Es cuando te das cuenta pasas a decir mataría por a moriría por”, consideraba. Sobre Tadeo y Diego dijo que seguirán viviendo con él en México, que estudiarán allí, y pidió que “paren ya esos bulos de mierda, que no sé de dónde han salido” sobre que abandonará el país latino.

A pesar del asalto en México, sigue amando el país, porque cuida a los artistas, “no a los suyos solo, sino a los que ellos integran a sus paisajes, como es Rocío Dúrcal, Raphael y tantos españoles”. “Cuando sienten que les has dado muchísimo te vuelven el corazón mexicano y te defienden hasta la muerte. Podrán desecharte en cualquier país del mundo, pero en México te seguirán hasta los últimos días de tu vida”, concluía, poco antes de que la entrevista, y el programa en sí, llegase a su fin.