Este jueves, Mapi escribe su capítulo final en la historia de TVE. A través de su perfil en las redes sociales, el personaje que da nombre al programa anunciaba que había “fiesta” por la emisión del último de sus programas, que se vería en Clan “a las diez y algo, creo”, con la habitual socarronería que la caracteriza. De esta forma, el concurso con famosos que presenta Jandro se despedirá como un sonoro fracaso, a pesar de la gran apuesta que se hizo por él el pasado verano.

Mapi es un programa por el que TVE pagó 4,4 millones de euros a la productora Mediacrest, a razón de 73.000 por cada uno de los 60 programas, firmados por el anterior presidente de la Corporación, José Manuel Pérez Tornero. Su nacimiento vino precedido de un gran ruido mediático, pues el personaje de Mapi, al que da vida la actriz Carla Pulpón, se mostraba como una niña de gran conocimiento, pero bastante irreverencia. Antes del estreno las redes se llenaron de memes sobre ella, y desde la cuenta oficial de Twitter del programa se entró al trapo a muchos de ellos.

Eso no supuso que en su primera noche el programa barriese en audiencias. Ni siquiera tuvo unos datos que se pudieran clasificar como buenos: se estrenó el 1 de agosto con un 8,2% con 865.000 espectadores, un dato discreto, 3 décimas por debajo de la media de La 1 en julio. Como era de esperar, el formato no remontó, y empezó a ofrecer entregas por debajo del 6% de cuota de pantalla.

[Que Mapi dé los votos de España en Eurovisión Junior no es descabellado: hubo un antecedente]

La hora de emisión de Mapi era en la franja del access prime time, de 21:50 a 22:25 aproximadamente, y pronto se empezó a convertir en un estorbo. Sobre todo, con la llegada de formatos de larga duración, como MasterChef Celebrity o Dúos increíbles. Así, pasó a emitirse solo un par de noches a la semana, hasta que a principios de noviembre se llevaron a la niña de la mochila al fin de semana, a la sobremesa, y llevándosela a Clan para seguir viendo sus entregas de lunes a viernes, a las 21:45 horas. Poco después, desaparecía de La 1, y se quedaba exclusivamente en Clan, donde esta noche emitirá su última entrega.

Mapi se ha convertido así en uno de los tropiezos más sonoros de TVE de los últimos tiempos, sobre todo, porque se firmaron muchas entregas desde el primer momento, destinadas a emitirse en competencia de programas de gran éxito como El Hormiguero. A pesar de venir avalado por un gran éxito en su país original, pues es un formato japonés, NHK Chiko’s Challenge, La 1 no supo atinar con este programa de corte familiar. De hecho, uno de sus problemas es que estaba enfocado, en parte, para los pequeños de la casa, pero para ello se les invitaba a ver la televisión en horario nocturno. Mapi se emitía tarde para los niños, resultaba infantil para los adultos, y el personaje protagonista, creado en 3D de realidad aumentada, tenía una forma de ser que resultaba, en muchas ocasiones, cargante, aunque se nos vendiese como de afilado humor.

A menudo, hacía chistes que ya debían estar desterrados, como la apariencia física del presentador, Jandro, al que llamaba viejo o calvo cada vez que tenía ocasión, tanto en el plató como en las redes sociales. Se intentó apostar fuerte por el personaje, hasta se fantaseó conque diese los puntos en Eurovisión Junior, pero todo quedó en papel mojado, y es fácil entender por qué. El público no ha conectado con ella, y ni siquiera la presencia de famosos de primer nivel resultó un atractivo suficiente para sintonizar con el concurso, que a pesar de que se estudió renovarlo, se va hoy para, en principio, no volver.