La sombra de la polémica se ha cernido sobre Secret Story por los sospechosos gestos de una de sus concursantes. Varias actuaciones de Cristina Porta en la casa han generado dudas sobre las posibles trampas de la periodista, además de poner el foco sobre el programa por su posible complicidad con estas infracciones.

Los usuarios que se hicieron eco de las supuestas trampas de Cristina se basaban en varias imágenes de la concursante mostrándole un papel o un móvil a Luca Onestini, o comentando con sus compañeros que tres exparticipantes volverían a Guadalix antes de que el programa les comunicase que se produciría una repesca.

El revuelo generado por esas presuntas pruebas fue tal que la etiqueta #SanciónParaCristina se convirtió en tendencia en Twitter, triplicando el número de menciones que el hashtag oficial del programa.

Por este motivo, Carlos Sobera ha tenido que ejercer como portavoz del reality este martes durante la emisión de Secret Story: Cuenta atrás. El presentador ha explicado a los espectadores que "circula un bulo que dice que Cristina y Luca se han estado enviando mensajes a través de un móvil que tienen dentro de la casa".

"Bueno, pues esto es absolutamente falso", ha aseverado el vasco. Y añade: "En las pruebas y también en las fiestas les damos móviles para que se hagan fotos y así poder subirlas a las redes sociales, pero están monitorizados y bajo vigilancia continua. Aun así, ante las dudas, se les retiró y las revisaron por si nos la habían colado. Podemos confirmar que el bulo es eso, un bulo".

Con esta vaga explicación, el programa ha esquivado su última polémica argumentando algo que los acusadores de Cristina ya conocían: los concursantes tienen móviles a su disposición en las fiestas. Es algo que el reality nunca ha ocultado y que se ve en muchos de los vídeos que se emiten en cada gala. Sin embargo, la organización ha decidido obviar los detalles más que sospechosos que se han destapado en las redes.

¿Qué le muestra Cristina a Luca en el móvil cuando están acostados en el sofá? ¿Qué escribe en el papel que posteriormente le enseña al italiano? ¿Por qué parece que la periodista tiene información privilegiada sobre el concurso? Ninguna de estas incógnitas ha sido resuelta en el comunicado de Sobera.

Sin ánimo de alimentar las conspiraciones infundadas que muchas veces nacen de la pasión con la que los fandom defienden a sus concursantes, lo cierto es que en esta ocasión existen indicios más que suficientes para que Secret Story no se limite a escudarse en la tesis del bulo. El reality de Telecinco no puede permitirse ignorar a una audiencia que ha demostrado su capacidad para influir en el transcurso de un formato, sobre todo cuando se ha sembrado la duda sobre la transparencia del mismo.