El pueblo de Biel.

El pueblo de Biel.

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El pueblo de montaña cerca de Zaragoza donde comer mucho, bien y barato: "Dan energía a los trabajadores del campo"

Es uno de los pueblos más bonitos y completos para hacer una escapada de interior con naturaleza, patrimonio y buena comida.

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Zaragoza
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Existe una expresión para aquellos de buen comer que dice "Más vale comprarle un traje que invitarle a comer", en referencia a que el tiquet del restaurante será mucho mayor que el de un traje. En este pueblo de montaña esta expresión carece de sentido. Se puede comer mucho, bien y barato.

El rincón de Aragón que cada vez suena más entre los amantes del buen comer se llama Biel. Está en la comarca de las Cinco Villas y, aunque apenas cuenta con 167 habitantes, se ha ganado un lugar en el mapa gastronómico de la provincia de Zaragoza.

Este pequeño pueblo de montaña combina paisajes de postal, un patrimonio medieval envidiable y, sobre todo, una gastronomía que conquista a todo el que llega: platos abundantes, sabores auténticos y precios que hacen sonreír la cartera.

La cocina de la montaña aragonesa

Comer en Biel es reencontrarse con la cocina tradicional serrana, pensada para dar energía a pastores y campesinos de antaño… y hoy, a excursionistas hambrientos.

El plato estrella es, sin discusión, el ternasco asado, preparado al modo clásico, con ese toque de horno lento que deja la carne tierna por dentro y crujiente por fuera. "Dan energía hasta a los trabajadores del campo", se puede escuchar en la zona. Estos platos contundentes son buenos para aquellos que realizan trabajos que requieren fuerza física.

Bocadillo de ternasco de El Caserío de Biel.

Bocadillo de ternasco de El Caserío de Biel.

Pero la fiesta no acaba ahí: en las mesas de Biel abundan guisos calentitos, cocidos caseros, migas aragonesas con pan frito y embutido, y los infaltables productos de la tierra como longanizas, morcillas y chorizos artesanos.

En resumen: platos de cuchara, brasas y raciones generosas que saben a tradición. No son pocos los que hacen un pequeño desvío en sus viajes para ir a comer a este pueblo.

El Caserío de Biel

Si hay un lugar que ha puesto a Biel en el radar foodie es El Caserío de Biel, regentado por los hermanos Romeo. Este restaurante se ha convertido en parada obligatoria gracias a su cocina honesta, abundante y económica.

Aquí puedes encontrar desde carnes a la brasa y guisos de toda la vida hasta postres caseros que saben a gloria. Pero su fama se ha disparado gracias a dos especialidades:

  • El ternasco asado, preparado como manda la tradición aragonesa.

  • El canelón de jabalí con trufa, una receta que ha recibido premios y que combina carne de monte con una salsa delicada que enamora a cualquier paladar.

Eso sí, un consejo práctico: reserva mesa con antelación, sobre todo los fines de semana. Biel ya no es un secreto y cada vez más senderistas y viajeros hacen parada gastronómica aquí.

Qué hacer en Biel

Aunque la gastronomía es la excusa perfecta, Biel ofrece bastante más. Su castillo medieval, sus ermitas centenarias y las rutas de senderismo entre montañas y bosques lo convierten en un destino redondo para una escapada de interior.

Pasear por sus calles tranquilas, descubrir sus vistas y luego sentarse a la mesa es un plan que combina naturaleza, historia y comida de la buena.

Calles de Biel.

Calles de Biel. Turismo de Aragón

A poco más de una hora en coche de Zaragoza, Biel es el plan perfecto para quienes buscan un pueblo con encanto donde comer mucho, bien y barato. Un lugar que mezcla tradición aragonesa, hospitalidad serrana y platos que reponen fuerzas y alegran el alma.

En definitiva: si quieres descubrir uno de los pueblos más bonitos de Aragón y además darte un homenaje gastronómico sin vaciar el bolsillo, pon Biel en tu lista de próximas escapadas.