Alex Mabry.

Alex Mabry. E.E

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Alex Mabry (50 años) lleva media vida con depresión: "Tenía la necesidad de hacer algo, y hay que sacar provecho"

A los 50, Alexander Mabry habla sin tabúes sobre vivir con depresión, la importancia de la motivación y el valor de compartir experiencias reales.

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Zaragoza
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Más de 3 millones de personas sufren depresión en España. Alexander Mabry es una de ellas. Tiene 50 años, y lleva viviendo con la depresión desde hace décadas; pero como muchos, tardó en saber lo que era, en diagnosticarla y darle tratamiento.

Hace un mes lanzó junto con su amiga Marta el podcast “Deprimidos pero agradecidos”. Un podcast que habla de todo contado desde el punto de vista de dos personas que conviven con la depresión. Depresión no significa tristeza, "aquí no se viene a llorar las penas, sino a hablar de ellas y si se puede echarnos unas risas" reza la descripción.

En un mes, no se han hecho famosos, pero casi. Más de 400 reproducciones en las diferentes plataformas, pero sobre todo mucho feedback: "Desde el primer día la gente nos manda sus historias, personas que igual es la primera vez que cuentan lo que les pasa" explica a El Español Alex.

Alex y Marta en el cartel de 'Deprimidos pero agradecidos'

Alex y Marta en el cartel de 'Deprimidos pero agradecidos'

La gente tiene necesidad de hablar, y como esta historia merece ser contada, la hemos escuchado. “Siempre he sido un crío muy inseguro y miedoso, y eso, sumado a las circunstancias en casa, fue generando angustia y problemas que se iban acumulando”, comienza Alex. Esa mezcla de vulnerabilidad y silencio es el germen de muchas historias de salud mental no diagnosticada. La suya es una de tantas.

De adolescente no sabía que lo que tenía era depresión, pero ahora veo que ya estaba ahí desde muy pronto”, confiesa. En una época en la que no se hablaba de salud emocional en casa ni en las escuelas, lo que no se nombraba simplemente no existía.

La universidad fue un punto de inflexión. El cuerpo habló antes de que alguien pudiera ponerle palabras a lo que le ocurría. “Hasta que no tuve ataques de ansiedad y pánico en la universidad, nadie pensó que pudiera ser algo mental”, dice. “Convivo con la ansiedad desde entonces, y he tenido que aprender a sobrevivir con mis propias herramientas.” Y no es una metáfora. El camino no es fácil, ni lineal, ni se sabe cuándo terminará.

Alex tiene un perfil que muchas empresas aplaudirían: es eficiente, comprometido, perfeccionista. Pero también humano. Y esa es una mezcla explosiva cuando la exigencia y la autoexigencia se combinan sin pausa. “Soy una persona que rinde mucho, pero me exijo tanto que acabo agotado y mi cuerpo empieza a fallar”, cuenta.

La gente confunde la depresión con estar triste todo el día, pero para mí es como si se me fuera toda la energía.

Respondo muy mal a los ambientes tóxicos en el trabajo; no tengo esa coraza emocional que tienen otros.” Esa hipersensibilidad, tan estigmatizada en lo profesional, es parte esencial de su personalidad y, también, de su sufrimiento.

Pero si algo quiere dejar claro es que la depresión no es tristeza. “La gente confunde la depresión con estar triste todo el día, pero para mí es como si se me fuera toda la energía, como no poder levantarme de la cama.” No hay épica en ese agotamiento: solo un cuerpo que no responde, una mente que se apaga.

No es solo mental, es algo muy físico; hay días que simplemente no puedes”, afirma con honestidad. Sin embargo, Mabry busca una manera de continuar “Siempre intento buscar algo que me motive mucho para poder tirar hacia adelante, aunque a veces es decepcionante ver que nunca te lo quitas del todo.” En su caso, la motivación ha llegado de formas inesperadas. Un proyecto, una conversación, un encuentro.

Así nació “Deprimidos pero agradecidos”. En un momento complicado, sin trabajo y con las dudas propias de quien lleva mucho tiempo batallando, apareció Marta. “Conocí a Marta y fue como encontrar un salvavidas: alguien que realmente me entendía.” explica Mabry. “Tener depresión es una mierda pero tenía la necesidad de hacer algo, y hay que aprovechar estas situaciones hablando de lo que se”, reflexiona.

El podcast fue primero una idea, luego una urgencia emocional. “Deprimidos pero agradecidos nació de la necesidad de sentir que hacía algo que merecía la pena.” Sin pretensiones, sin aspirar a miles de oyentes. Solo con la voluntad de hablar claro, desde dentro, sin filtros. "Si nos escuchan miles de personas y ganamos dinero con esto, bien; que no, también bien" sentencia convencido.

La respuesta del público, aunque en este primer mes ha sido modesta, también ha sido poderosa. "La gente nos manda sus historias, oye, que esto me ha pasado esto a mí… la historia completa, y dices, ostras, pues sí que conectan, ¿no? Realmente la gente necesita hablar y sentirse comprendida; a veces, ni tu pareja entiende lo que te pasa", dice Alex. En cada episodio, comparten historias, propias y ajenas, que rompen el silencio y crean comunidad.

Además, para Alex, la introspección ha sido una herramienta de supervivencia: “Para mí, la clave ha sido descubrir quién soy y ser honesto conmigo mismo; nunca te mientas, es el peor favor que puedes hacerte.” aconseja.

En un mundo que muchas veces solo valora la productividad y el éxito visible, Alex y Marta con su podcast presentan una realidad diferente, pausada, profunda y humana.