Una calle peligrosa.

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La calle más peligrosa de todo Aragón está en esta localidad, según ChatGTP: “Los vecinos ya no pueden más”

En el barrio de San Pablo de Zaragoza, según la inteligencia artificial, se encuentra la calle más insegura de Aragón, debido a problemas persistentes de ocupación ilegal, tráfico de drogas y deterioro urbano.

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Cuando se habla de inseguridad en Aragón, muchos piensan en barrios como Delicias o Las Fuentes en Zaragoza. Sin embargo, según una consulta realizada a ChatGPT, la calle más peligrosa de la comunidad es Ramón Pignatelli, situada en el barrio de San Pablo, también conocido como El Gancho.

Esta calle ha sido durante años foco de preocupación para residentes y autoridades. Los vecinos denuncian una situación insostenible marcada por la ocupación ilegal de viviendas, la presencia de bandas organizadas y un entorno urbano degradado.

"Los vecinos ya no pueden más", expresan los residentes, quienes han solicitado en múltiples ocasiones una intervención efectiva por parte del Ayuntamiento y las fuerzas de seguridad para recuperar la tranquilidad en la zona.

El barrio de San Pablo, conocido como El Gancho, es una de las zonas más antiguas de Zaragoza, con un rico patrimonio histórico y cultural. Sin embargo, en las últimas décadas ha sufrido un progresivo deterioro que ha afectado tanto a su infraestructura como a la calidad de vida de sus habitantes.

La calle Ramón Pignatelli se ha convertido en el epicentro de estos problemas. La ocupación ilegal de inmuebles ha facilitado la aparición de puntos de venta de drogas y ha generado conflictos entre vecinos y ocupantes.

Además, la presencia de bandas organizadas, como los Trinitarios, ha incrementado la sensación de inseguridad en la zona, con episodios de violencia y delitos relacionados con el tráfico de estupefacientes.

El Ayuntamiento de Zaragoza ha puesto en marcha el Plan Especial de Inspección de Edificios en la zona de Zamoray-Pignatelli, con el objetivo de rehabilitar los inmuebles y mejorar las condiciones de vida en el barrio.

Entre las medidas adoptadas se incluyen la instalación de cámaras de videovigilancia, la adquisición de edificios para su rehabilitación y la implementación de programas sociales para apoyar a los residentes.

Sin embargo, los vecinos consideran que estas acciones son insuficientes y demandan una intervención más contundente y coordinada entre las distintas administraciones para abordar los problemas de raíz.

Los residentes de la calle Ramón Pignatelli han expresado su desesperación ante la situación que viven diariamente. "Vivimos con miedo, no podemos salir tranquilos a la calle", comenta una vecina que prefiere mantener el anonimato.

Organizaciones vecinales han convocado manifestaciones y reuniones con las autoridades para exigir soluciones efectivas que garanticen la seguridad y el bienestar de la comunidad.

La esperanza de los vecinos es que, con una intervención decidida y sostenida en el tiempo, el barrio de San Pablo y la calle Ramón Pignatelli puedan recuperar su esplendor y convertirse nuevamente en un lugar seguro y acogedor para vivir.

La situación en la calle Ramón Pignatelli de Zaragoza es un reflejo de los desafíos que enfrentan muchas zonas urbanas en España. La colaboración entre vecinos, autoridades y organizaciones sociales será clave para revertir esta tendencia y construir un futuro más seguro y próspero para todos.

La problemática de la calle Pignatelli no es nueva. Desde hace más de una década, los informes municipales y vecinales alertan del abandono progresivo de esta zona. A pesar de los planes anunciados, la inseguridad, el tráfico de drogas y la suciedad siguen marcando el día a día de sus habitantes.

En 2024, la Policía Nacional y la Policía Local realizaron varias operaciones conjuntas en la zona, con resultados dispares. Aunque se produjeron algunas detenciones y cierres de inmuebles ocupados, los vecinos denuncian que “cuando se va la policía, todo vuelve a empezar”. Reclaman vigilancia permanente y medidas estructurales.