Miguel Ángel, uno de los pasteleros.

Miguel Ángel, uno de los pasteleros.

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Miguel y Rodolfo, pasteleros argentinos en un pueblo de 2.000 habitantes de Zaragoza: "La apertura hacía mucha falta"

La pastelería Gala abrió hace más de un año en Maella (Zaragoza) y ofrece tanto productos típicos de la zona como de su tierra, Argentina.

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Zaragoza
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Ya hace 5 años que Rodolfo Palacios y Miguel Ángel Galarza llegaron a España desde su Argentina natal. Lo hicieron buscando nuevas oportunidades. Primero residieron en Sitges, pero el camino les fue guiando hasta que aterrizaron en Maella, un pueblo de la provincia de Zaragoza cerca de la frontera con Cataluña. Allí se han asentado y han abierto su propia pastelería, con la que propietarios y vecinos están muy contentos.

La primera vez que ambos visitaron Maella fue para ver a unos amigos. Ellos todavía vivían en Sitges, pero tenían conocidos argentinos en la localidad zaragozana. “Era invierno, y me acuerdo de que no se veía nada de la niebla. Pensábamos ‘¿dónde nos han traído?’. Volvimos en primavera, ya era muy bonito, lleno de color y de vida. Nos enamoramos del pueblo”, recuerda Miguel Ángel sobre aquella primera impresión.

Y así, prendidos de sus calles, Miguel y Rodolfo no dudaron en mudarse a Maella, huyendo también de los precios de viviendas en esa zona de Cataluña.

Tras unos meses ya asentados en Maella, descubrieron una carencia en el pueblo que les hizo dar un paso adelante. “Salíamos a desayunar y tomar café, y los bares no nos ofrecían lo que nosotros buscábamos. Ahí surgió la idea. Teníamos ya una pastelería en Sitges, pero decidimos abrir aquí y cerrar aquella”, cuenta uno de los propietarios.

Los pasteleros junto a la alcaldesa de Maella, Elena Mireia Bondía.

Los pasteleros junto a la alcaldesa de Maella, Elena Mireia Bondía.

De esta forma, el 28 de julio de 2024, tras una reforma de casi 8 meses, la pastelería Gala abrió sus puertas en la plaza de España, 13, endulzando a los más de 2.000 vecinos del municipio, así como a sus visitantes o allegados.

La gente nos agradece la apertura de un sitio así, porque hacía mucha falta en el pueblo. Todos están muy contentos y nos aprecian mucho, porque el vínculo que hemos creado es increíble. Nos acogieron muy bien desde el principio”, señala el pastelero con satisfacción. Junto a los dos propietarios, trabaja también otro argentino. 

En ese sentido, también ellos están muy felices con el negocio y valoran que la gente les apoye a emprender. “Les queremos brindar lo mejor de nosotros a la gente. Cuidamos mucho nuestra calidad”, afirma Miguel como compromiso con ellos.

Pasteleros de Gala.

Pasteleros de Gala.

Oferta de pasteles

La pastelería Gala se caracteriza por ofrecer pasteles tanto típicos de la zona, como de Argentina. Según defienden ellos, casi un 50-50. “La gente al principio duda un poco, pero una vez que prueban, empiezan a pedirte más y más. Les sacamos de la zona de confort y les gusta”, defienden.

Principalmente, Gala se especializa en los desayunos, almuerzos y meriendas. Es decir, todo lo que es cafetería, además de la pastelería: “Siempre tenemos cinco o seis y hasta ocho variedades de pasteles exhibidos en el mostrador para que la gente pruebe”.

Más allá de esta opción, Miguel, pastelero principal a sus 27 años, se dedica a hacer pasteles personalizados para niños, bodas, aniversarios, etc. Sin duda, una opción que no había en el pueblo y que tiene mucho éxito.

Interior de la pastelería de Gala.

Interior de la pastelería de Gala.

Además, el local es bastante amplio, con 10 mesas en la zona del salón y una terraza con otras 6. En ese aspecto, el dueño reconoce que incluso en invierno se llena y “hay días que está al límite y no cabe nadie más”, hasta el punto de que algunos consumían fuera pasando frío, pero con su café caliente.

Es solo el inicio de una aventura que esperan que continúe muchos años más. Ilusión, trabajo y apoyo no les falta.