El pueblo aragonés donde desconecta Pepe Lorente.

El pueblo aragonés donde desconecta Pepe Lorente.

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El pueblo aragonés donde desconecta Pepe Lorente: exquisito ternasco, calles con historia y vistas de postal

Un destino gastronómico y cultural imprescindible: calles de piedra, historia viva y el asado más famoso de la región.

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Aragón es una tierra de sabores potentes, historia milenaria y pueblos que parecen detenidos en el tiempo. Entre ellos, hay uno que destaca por partida doble: por conservar uno de los cascos históricos medievales mejor preservados del país y por ser el lugar donde, según muchos, se sirve el mejor ternasco asado de toda la región. Una combinación irresistible para quienes disfrutan del turismo con sabor local.

El ternasco, plato estrella de la gastronomía aragonesa, se transforma en esta localidad en una auténtica obra maestra. Asado lentamente al horno, con carne tierna y piel crujiente, representa la esencia de la cocina tradicional bien hecha. Tanto es así que numerosos viajeros acuden expresamente a este pueblo para probarlo, en lo que ya es casi un ritual gastronómico.

Pero la experiencia no termina en la mesa. Este destino sorprende también por su belleza: calles empedradas, murallas centenarias, miradores naturales y un ambiente que invita al paseo tranquilo. Comer bien aquí es solo el comienzo de una escapada que lo tiene todo: historia, paisaje y autenticidad.

Si hay algo que no se discute entre los vecinos y los visitantes que repiten, es que en este pueblo el ternasco no es solo un plato más de la carta: es una institución. Muchos restaurantes, algunos con décadas de tradición familiar, lo preparan respetando la receta original y cuidando al máximo la calidad de la carne, que suele proceder de ganaderías locales certificadas bajo la IGP (Indicación Geográfica Protegida) “Ternasco de Aragón”.

La clave está en el punto de cocción, en la grasa que se funde lentamente para impregnar la carne de sabor, y en esa piel crujiente que lo convierte en un manjar inolvidable. Algunos locales incluso han ganado premios nacionales por su versión del asado, y no es raro ver a comensales venir desde Zaragoza, Huesca o incluso Cataluña solo para sentarse a la mesa y disfrutarlo.

Uncastillo es una joya medieval que parece detenida en el tiempo. Pero este pueblo no es solo una referencia gastronómica: es también una cápsula del tiempo que transporta al visitante a la Edad Media. Sus calles empedradas, su castillo en lo alto, las iglesias románicas y góticas, y las casas de piedra perfectamente conservadas le han valido el reconocimiento como uno de los pueblos más bonitos de España.

Un simple paseo por su casco histórico basta para entender por qué tantos lo eligen como destino de fin de semana o escapada veraniega. Además, el entorno natural que lo rodea, con colinas, senderos y pequeños ríos, lo convierte también en un paraíso para los amantes del senderismo y la fotografía.

Una de las grandes ventajas de este destino es que ofrece una experiencia completa. Puedes empezar el día con un café en la plaza del pueblo, recorrer sus calles a pie visitando sus miradores y rincones históricos, y terminar con una comida de lujo en alguno de sus mesones o asadores.

El menú perfecto incluye ternasco asado como plato principal, pero también puedes probar otros clásicos de la cocina aragonesa como las migas, el bacalao al ajoarriero o el jamón de Teruel. Para los más golosos, no falta el postre casero: natillas, flan de huevo o bizcochos borrachos con vino dulce de la zona.

Cabe destacar que Uncastillo está en la comarca de las Cinco Villas, provincia de Zaragoza. Este pueblo ha sabido conjugar su impresionante patrimonio histórico con una propuesta gastronómica de primer nivel, que gira en torno al ternasco pero no se limita a él.

Este pueblo forma parte de la red de pueblos más bonitos de España y es, sin duda, uno de los enclaves más recomendables para quienes buscan una escapada que combine tradición, buena comida y tranquilidad.

Aunque cualquier época del año es buena para visitarlo, la primavera y el otoño son especialmente recomendables por sus temperaturas suaves y su entorno natural en pleno esplendor. En verano, es ideal para quienes quieren huir del calor de la ciudad y refugiarse en un entorno fresco y acogedor donde comer bien es casi una obligación.

Uncastillo no solo seduce por su historia y su arquitectura, sino que también conquista el estómago de quien lo visita. Si estás buscando el mejor ternasco asado de Aragón y, de paso, perderte en uno de los pueblos medievales más auténticos del país, ya sabes a dónde tienes que ir.