Recogida de alfalfa en un campo de Zaragoza

Recogida de alfalfa en un campo de Zaragoza

Economía

El desconocido rey del campo aragonés que arrasa en China y Arabia Saudí: "Las condiciones son ideales"

La alfalfa aragonesa lleva cerca de una década conquistando países por todo el mundo y busca llegar a Japón, Corea del Sur o Vietnam.

Más información: Oposición frontal de todo el campo aragonés contra los recortes de la futura PAC: "Sería el fin de nuestros pueblos"

Zaragoza
Publicada

Entre motores y granjas, la economía aragonesa ha sabido diversificar su potencia. Líder indiscutible en sectores como la automoción y la producción porcina, Aragón ve surgir con fuerza una industria menos mediática pero estratégica: la de la alfalfa. En los últimos años, los campos del valle del Ebro se han convertido en referencia internacional por la calidad y volumen de una producción que exporta sostenibilidad y valor añadido más allá de sus fronteras.

No en vano, la tierra y el clima aragonés reúnen las condiciones ideales para el crecimiento de la alfalfa en diversas zonas del territorio, desde las Cinco Villas a la Ribera Baja del Ebro o Los Monegros y el Bajo Cinca. Eso hace que alrededor del 60% de toda la producción nacional salga de tierras aragonesas.

La alfalfa es fundamentalmente un alimento para animales, especialmente para el ganado vacuno, ovino y equino. Su alto contenido en proteínas, fibra y minerales la convierte en un forraje de gran valor nutritivo, capaz de mejorar la producción de leche y carne.

En Aragón, buena parte de la alfalfa se seca y se deshidrata para su exportación, ya que su formato en pellets o pacas compactadas facilita su transporte y conservación, llegando a destinos tan lejanos como Oriente Medio o Asia.

En lo que va de año, se han exportado desde Aragón más de 163.000 toneladas de alfalfa, de los que casi 20.000 han puesto rumbo a China, con Arabia Saudí o Qatar como otros destinos relevantes. Mientras, el sector trabaja para abrir otros mercados y poder diversificar el esfuerzo de ventas en el extranjero.

“Nuestros principales mercados se encuentran mucho en Oriente Medio, a donde ya llevamos vendiendo durante muchos años y nuestro producto está muy bien valorado. Este producto va ligado en muchos casos al consumo de lácteos, y buscamos identificar los países que apuestan por desarrollarse. Estamos creciendo en Corea del Sur, Japón o mercados emergentes como Vietnam, Taiwán o Indonesia”, expone Luis Machín, director general de la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (AEFA).

Uno de los principales rivales de la alfalfa aragonesa es Estados Unidos, si bien la producción de este producto está en manos del cielo. “Condiciona terriblemente la campaña y no es fácil de controlar. Este año no ha salido muy allá”, resalta.

De hecho, el sector de la alfalfa tuvo un gran crecimiento hasta 2022, cuando la sequía y los efectos comerciales de la guerra en Ucrania frenaron su expansión. “En este 2025 estamos volviendo a ver buenas cifras”, destaca Machín.

Tal es el protagonismo de la alfalfa aragonesa que la Comunidad será uno de los invitados clave en el Congreso Mundial que se celebra esta próxima semana en Reims (Francia). Hasta 60 representantes del territorio se desplazarán hasta la localidad gala para reivindicarse y explorar nuevos mercados.