Manifestación de agricultores en Zaragoza

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Economía

Aragón da vía libre a los agricultores para cazar conejos y luchar contra la plaga: "Los daños son incalculables"

En estos momentos, hay unos 145 municipios afectados por la plaga de conejos y los daños podrían llegar al 30% de toda la producción agraria.

El nuevo plan de caza incluye al coatí, al coipú y al mapache como especies que pueden ser objeto de caza para controlar sus poblaciones.

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Zaragoza
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Los agricultores aragoneses tendrán vía libre para capturar conejos vivos, sin armas ni hurones, para aliviar la plaga que está afectando al campo en los últimos meses. Esta es una de las medidas implementadas para la nueva temporada de caza, que permite actuar de forma directa contra una especie que ha causado importantes daños agrícolas en diversas comarcas del territorio.

Asimismo, también se han implantado otras medidas concretas contra los conejos, como la prohibición de su suelta y repoblación en Aragón salvo por razones de conservación de especies catalogadas avaladas por informe técnico. Además, se crean los nuevos “Centros de expedición de conejos”, donde podrán mantenerse y comercializarse bajo control sanitario conejos capturados en vivo.

Esta medida ha sido bien recogida en el campo aragonés, siempre que sea un primer paso antes de ir más allá para frenar la plaga que está azotando varios puntos de la Comunidad. “Lo valoramos positivamente, pero no va a ser la solución a corto y medio plazo”, ha advertido el secretario general de UPA Aragón, José Manuel Roche.

En estos momentos, hay unos 145 municipios afectados por la plaga de conejos, fundamentalmente en el valle del Ebro, a ambos márgenes del río. No obstante, en los últimos tiempos, también ha llegado a algunos viñedos de la comarca Campo de Cariñena e incluso en zonas de Teruel como el Jiloca.

Conejo común

Conejo común

Desde las organizaciones agrarias no se atreven a cuantificar los daños, ya que los califican de “incalculables”, y que podrían llegar al 30% de la producción agraria en Aragón y a las 100.000 hectáreas de cosecha. “Antes se producían fundamentalmente en cereal, pero ahora buscan también otros tipos de alimentos, como frutal y viñedo, con un mayor daño económico”, ha apuntado Roche.

A su juicio, la plaga de conejos ya “se está yendo de las manos” toda vez que “ninguna administración ha sido valiente” para tomar medidas. “Muchos agricultores ya deciden no sembrar en zonas afectadas, porque no tiene sentido, y las líneas de seguro que venían cubriendo daños están totalmente desfasadas y no son atractivas para los agricultores”, ha incidido el secretario general de UPA Aragón.

Hasta ahora, las organizaciones habían mantenido conversaciones con las consejerías de Agricultura y Medio Ambiente, con competencias en caza, pero hasta ahora no había sido posible. “Agricultura era favorable a tomar medidas, pero desde Medio Ambiente se han opuesto o la han minimizado. Se ha agotado hasta el máximo el nuevo plan de caza”, ha afirmado.

Esta situación llevó a numerosos agricultores y ganaderos a manifestarse por las calles de Zaragoza el pasado 30 de mayo, con el propósito de exigir soluciones inmediatas para solventar no solo el aumento del número de conejos, sino otras especies como los corzos, ciervos o jabalíes, que están atemorizando a las explotaciones.

Nuevas especies

Entre otras novedades, el nuevo plan de caza incluye al coatí, al coipú y al mapache como especies cinegéticas, es decir, que pueden ser objeto de caza para controlar sus poblaciones. Esta medida permitirá su eliminación inmediata en caso de ser detectadas en el territorio aragonés, con el objetivo de proteger la biodiversidad local y evitar su asentamiento.

Además, también se añade la tórtola europea al listado de especies cazables tras cuatro años de moratoria, aunque únicamente entre el 23 de agosto y 6 de septiembre. Esta decisión se ha adoptado tras constatarse dos años consecutivos de crecimiento poblacional y la existencia de sistemas fiables de control de capturas en los Estados miembros.

Sin embargo, la orden elimina de la lista de especies cinegéticas al pato cuchara y establece cupos máximos por cazador y día para especies migratorias de estatus sensible a nivel europeo, como la cerceta común (4 ejemplares), el zorzal alirrojo y el estornino pinto (15 ejemplares cada uno), y la codorniz (25 ejemplares).

Con respecto a la gestión de los restos de caza, se introducen limitaciones en las proximidades de aerogeneradores y cultivos, con el fin de evitar riesgos para la fauna y los intereses agrícolas. En el caso de la caza menor, se permite dejar sus restos a menos de 500 metros de los aerogeneradores, siempre y cuando no queden expuestos a la vista de las aves. Para los restos de caza mayor, se prohíbe dejarlos a menos de 500 metros de los aerogeneradores en cualquier circunstancia. Esta medida busca prevenir accidentes y proteger tanto a la fauna como a las instalaciones eólicas.