Octavio Gómez Milián.

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Cultura

Octavio Gómez Milián, maestro: "Un interino sabe que siempre va a haber alguien que le pida cuentas, que ese no es su sitio"

El profesor y escritor, acaba de publicar su nueva novela 'Interino', el jueves 22 de mayo la presentará en la Diputación Provincial de Zaragoza a las 19.00.

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Zaragoza
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¿Qué es la vida? Y enseguida puede salirnos la respuesta de Calderón de la Barca:
“Una ilusión, una sombra, una ficción...”. Sin embargo, para Octavio, la vida no es un sueño. Es algo muy real. Con sus ilusiones, con sus sombras, con sus idas y venidas, por supuesto. Depende de a quién le preguntes, la respuesta será una u otra. La respuesta de Octavio no la sé, pero seguro que habría algo de tebeos, de revistas de baloncesto, de vinilos y de libros. Quién sabe.

La vida es vida porque hay muerte. Y la muerte, siempre injusta, no tiene ley que seguir ni norma a la que ajustarse. La vida intensa, con fuerza y sabor, se siente y se descubre en la última novela de Octavio Gómez Milián. La vida, la suya. Su vida y su familia, su historia, su infancia, su colegio, sus dudas. Y también la muerte. La muerte hace acto de presencia en más de una ocasión durante su vida, a lo largo de la novela.

En Interino, Gómez Milián se desnuda, o más bien se reviste con todos sus recuerdos. Memoria prodigiosa. Interino: él es maestro, pero sobre todo es hijo. Un hijo que se convierte en padre. Un padre que se convierte en abuelo. El abuelo es su padre, no él; él, Octavio, le dio el título.

"Tengo la sensación de ser alguien que no está en el lugar que debe. Un interino sabe que siempre va a haber alguien que le pida cuentas sobre dónde está y le reclamará el sitio"

Pero el título, el del libro Interino, no es casual: “Me identifico con alguien que va recorriendo distintos lugares, y siempre tengo la sensación de ser alguien que no está en el lugar que debe. Un interino sabe que siempre va a haber alguien que le pida cuentas sobre dónde está y le reclamará el sitio”, nos explica. Gómez Milián sabe de qué va el tema, de kilómetros y kilómetros de carretera, pero el libro (aunque él es profesor, hijo de un maestro y de una maestra, y casado con una profesora) no va de educación.

Interino es alguien que estudia y ama, que madura a kilómetros de su hogar, que escribe en noches sin ginebra y busca un hijo invisible en mitad del amor. Interino es una novela sobre la muerte y la enfermedad y el miedo a perder a un padre, sobre perder amigos.

Este es solo el primero: “Podemos decir que el libro está inconcluso, porque la longitud del libro era casi más del doble. Comercialmente era invendible, así que hay una segunda parte, incluso una tercera parte preparada para el futuro, si este funciona bien”, explica Octavio. No sabe si verán la luz, pero ya tiene los títulos pensados: Cuajo de tiza y Ateca recoge naranjas.

Su vida, porque allí está su familia, y la familia es la nueva perspectiva con la que ve la vida. Zaragoza ha vuelto a aparecer, por los viajes recurrentes. En Ateca es padre. En Zaragoza vuelve a ser hijo.

No hemos comentado Ateca, pero el pueblo sale. El pueblo es importante. Ateca es clave. Interino es Ateca. Vive allí, trabaja allí, allí está su mujer, su hijo, su vida. Su vida, porque allí está su familia, y la familia es la nueva perspectiva con la que ve la vida. Zaragoza ha vuelto a aparecer, por los viajes recurrentes. En Ateca es padre. En Zaragoza vuelve a ser hijo. Tiene un padre enfermo.

“A lo mejor soy un poco clásico respecto a la institución familiar, pero a mí me ha dado muchas satisfacciones. Todo me parece genial y es respetable. Y creo que la familia, principalmente, tiene que apoyarse en el cariño”, nos cuenta. Un cariño que se refleja en los cuatro costados de su novela.

Gómez Milián se ha lanzado a la novela. Es profesor de matemáticas, pero siempre ha leído y escrito, mucho. Hoy ya tiene algún que otro premio y varios libros publicados: Lugares comunes, Recuento, Labios perdidos no dan dirección, Ciudad de mármol, Nada mejor para esta noche… El profesor de matemáticas es escritor, poeta, editor, músico, colaborador en radio y prensa, pero sobre todo es vividor. Estudió ingeniería, pero la vida da muchas vueltas, y suele ser complicada: “Mi padre me animó a que intentara la docencia, él había sido docente y podía funcionar. Y ahí empecé en 2009-2010, estudié una segunda carrera, estudié matemáticas, y ya con eso, estudiando y dando clases a la vez, preparé oposiciones y acabé dando clases de matemáticas”, y tras recorrer muchos kilómetros consiguió la plaza en Ateca.

Está en Ateca, pero Octavio no para. Firmó Interino el Día del Libro, en Paseo Independencia; por supuesto, lo firmó en Ateca. Ha estado en Teruel, en la Feria del Libro de mayo; participará en la de Calatayud, del 18 al 20 de mayo. Y el próximo jueves, día 22, con su amigo y colega Juan Luis Saldaña, periodista y escritor, lo presentará en la Diputación de Zaragoza.