Rosario Raro, con su nueva novela La novia de la paz.

Rosario Raro, con su nueva novela La novia de la paz. Javier Ocaña

Cultura

Rosario Raro, escritora: "La historia de Emily, que desafió al ejército más poderoso del mundo, tenía que ser contada"

La autora valenciana ha publicado La novia de la paz, reconocida con el Premio Azorín de Novela en 2025.

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Zaragoza
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La escritora valenciana Rosario Raro se ganó un hueco en el corazón de los aragoneses cuando en 2015 publicó la novela Volver a Canfranc. Ya nos tenía conquistados, pero volvió a enamorarnos con El cielo sobre Canfranc, también ambientada en el Pirineo oscense.

En ambas, Raro nos hizo viajar al Aragón de la Segunda Guerra Mundial, en un entorno privilegiado. Ahora, con la misma maestría, nos transporta a otro rincón recóndito y a una historia igualmente desconocida: la de Emily Hobhouse en el sur de África.

La novia de la paz es la nueva novela de Rosario Raro, ganadora del Premio Azorín de Novela 2025. Relata la fascinante historia de la activista Emily Hobhouse, una mujer que desafió al Imperio Británico para defender la paz y la libertad durante la segunda guerra bóer en 1901.

Pese a los horrores del conflicto, esta historia es un canto a la esperanza y al coraje de quienes dedicaron su vida a ayudar a los demás. Basándose en fuentes primarias como cartas y diarios, Raro reconstruye la vida de la mujer a la que Gandhi llamó “constructora de puentes”.

Historia y ficción se dan la mano en un viaje emocional que aborda temas como la libertad, la paz, la lucha de la mujer y el poder del amor. Sobre todo ello, y su trayectoria, hablamos con la autora en esta entrevista para El Español.

“La novia de la paz” es un título muy evocador. ¿De dónde viene?

Rosario Raro: Cuando empecé a investigar sobre Emily Hobhouse, hubo un detalle que me llamó mucho la atención. En Bloemfontein, una de las capitales de la actual Sudáfrica —aunque en 1901 no se llamaba así—, hay un monumento dedicado a las mujeres y niños bóeres: un obelisco con un grupo escultórico que recuerda a una Piedad, pero en lugar de una Virgen, aparece una mujer con un niño bóer. Encima ondea el velo de novia de Emily.

Ella nunca se casó con un hombre, pero sí con todas las causas que creyó dignas de defensa. Creía profundamente en la justicia social. Viajaba con un vestido de novia en la maleta, y a veces lo hacía ondear como una bandera en el porche de su casa. Tenía una herida sentimental, fruto de un gran amor vivido en Estados Unidos, y eso dio pie a la idea de que se había convertido en “la novia de la paz”. Decía que la paz tenía más épica que la guerra, y esa imagen me pareció perfecta para el título.

Has rescatado una etapa desconocida de África y a un personaje histórico olvidado. ¿Qué te atrapó de Emily Hobhouse?

Rosario Raro: La primera vez que oí hablar de ella fue en una carta que Gandhi escribió desde la cárcel. Él vivió 21 años en el sur de África —una etapa poco conocida de su vida— y decía que una de las personas que más le ayudó fue Emily Hobhouse, por su lucha pacífica en defensa de los 150.000 ciudadanos indios que trabajaban allí.

Me sorprendió que una mujer capaz de encender la conciencia del mundo, de movilizar a millones de personas en varios países, fuese tan desconocida. Que se enfrentara sola al ejército británico, el más poderoso de su tiempo, en 1901... Supe enseguida que tenía una historia que contar.

Tus personajes femeninos siempre tienen mucha fuerza. ¿Cómo fue construir a Emily?

Rosario Raro: Siempre digo que mis personajes femeninos me han hecho más fuerte. Son referentes, ejemplos de coraje. A veces me pregunto: “¿Qué habría hecho Emily en esta situación?”. Hablamos de mujeres que hace más de un siglo rompieron corsés sociales —en el doble sentido de la palabra—. Me parece esencial sacarlas del olvido.

Además, el día que se publicó la novela, el 9 de abril, se cumplían 160 años del nacimiento de Emily. Fue una coincidencia feliz, como una señal.

El amor también tiene un peso muy importante en la novela.

Rosario Raro: El amor es el gran contrapunto a la guerra. Emily me parece una especie de “hippie de 1901”. Esa idea de “haz el amor y no la guerra” sigue vigente, no debería parecer un lema anticuado.

Quise que hubiera distintas formas de amor. Por ejemplo, hay una relación homosexual en la historia, algo que en la Inglaterra del siglo XIX era delito. Todos recordamos lo que sufrió Oscar Wilde por ello. Me parecía importante mostrar esa contradicción: se condenaba el amor, pero se glorificaba la guerra con palabras como “honor” o “gloria”.

Una de las historias de amor que más se ajusta a mi idea del amor es la de los pintores, Denis y Shayna, que se conocen en Mozambique. Denis dice que amar es cuidar, desear que al otro no le pase nada malo. Para él, Shayna es una crisálida, porque cree que está evolucionando tras una herida psicológica, y que el amor los ayuda a ambos a resurgir. Creo que el amor verdadero es energía que nos impulsa a hacer cosas buenas por la otra persona.

En la novela se respira amor y, sobre todo, esperanza. En estos tiempos en los que puede haber cierto desánimo en la sociedad, ¿crees que es un sentimiento que debemos recuperar?

Rosario Raro: Exacto. Al contrario de lo que dice la famosa frase, la esperanza no debe perderse ni siquiera en último lugar. La esperanza es nuestro motor, lo que nos impulsa a seguir adelante. Necesitamos ilusión, necesitamos darle sentido a nuestra vida.

Hay una palabra japonesa que me encanta, ikigai. Se traduce como “razón de ser”, “propósito de vida” o “lo que te hace levantarte por la mañana”. No es solo una expectativa de futuro, sino una manera de encontrar significado en lo que hacemos. En ese sentido, la esperanza está muy ligada a encontrar nuestro ikigai personal.

Para terminar, si tuvieras que convencer a alguien de leer la novela en solo dos frases, ¿qué le dirías?

Rosario Raro: Esta novela, ambientada en 1901 en lugares como el sur de África, Escocia, la India y Londres, nos recuerda que no hay mejor venganza que la felicidad tras una traición, y que las cicatrices son la prueba de que el dolor ha terminado.

Es una historia de libertad, de paz, de amor, que nos dice que sí, que es posible cambiar de piel, reencarnarnos en vida y que las segundas oportunidades existen.