La escultura 'Splash', en el interior de la Torre del Agua.

La escultura 'Splash', en el interior de la Torre del Agua. E.E Zaragoza

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Los zaragozanos se despiden de la Torre del Agua antes de su transformación: "Sigue siendo igual de impresionante"

Decenas de ciudadanos han visitado por última vez el edificio, ahora completamente vacío.

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La Torre del Agua ha vuelto a recoger las voces de decenas de zaragozanos. Hace 17 años que el edificio se vació, tras la Expo 2008. Desde aquel año, muchos ciudadanos no han vuelto a entrar en él.

Hasta este sábado, cuando se han ofrecido las últimas visitas antes de que su estructura se transforme en el Faro de la Logística de Zaragoza. No solo han sido reencuentros; muchos otros ciudadanos han llenado los pasillos con el eco de sus voces por primera vez.

Carmen y Lorenza son dos de las muchas personas que se han acercado este sábado al parque del Agua para despedir a este edificio, tal y como se conocía hasta ahora. La primera ya ha estado "muchas veces", aunque asegura que sigue pareciéndome "igual de impresionante".

Lorenza, por su parte, es la primera vez que visita el edificio. "No estuve en la Expo 2008, pero me he quedado impresionada. Pese a que ahora esté vacío... las vistas que tiene desde la última planta son increíbles", asegura. Juntas están deseando volver en 2027, una vez se reabra el edificio tras las reformas.

Veteranos o primerizos, todos los visitantes han podido recorrer una última vez la Torre bajo las explicaciones de los miembros de la asociación Legado Expo 2008, quienes han organizado la emotiva despedida. Los ciudadanos han descubierto así todos los detalles de los espacios que cambiarán de cara al 2027.

Desde la planta baja hasta los niveles superiores, se han detallado los cambios que permitirán que la Torre deje atrás su condición de "hueco vacío". "Desde casi su inicio se ha considerado como un edificio hueco que no sirve para nada, pero eso justo es lo que se va a cambiar", ha explicado el presidente de la asociación, Francisco Pellicer, en la planta principal de la Torre.

El espacio "más importante"

Según Pellicer, esta primera planta es el espacio "más importante" del edificio cuyo potencial asegura que es "enorme" ya que es "el corazón de la Torre, donde se podrán hacer exposiciones, actividades y eventos".

De lo poco que queda, desaparecerán algunas cosas. Como las escaleras mecánicas que permitían a los visitantes subir desde la zona de exposiciones hasta la primera planta. "Se quiere dejar más hueco para que este espacio sea aún más extenso. En total, serán 3.000 metros cuadrados disponibles", detalla el presidente.

De sus 23 plantas, también han explicado que cambiarán las más superiores. "La transformación traerá consigo nuevos usos muy concretos, por ejemplo, se dice que en la parte superior del edificio se habilitará una planta 25 que servirá de mirador panorámico", ha detallado Pellicer.

Una reforma que, de darse finalmente, "albergará las mejores vistas de Zaragoza". Mejores, incluso, que las de las torres de la basílica del Pilar "porque este edificio cuenta con una posición privilegiada", según Pellicer.

La última planta -actualmente- es la 23. A ella se accede desde el primer piso, donde dos ascensores (ahora solo funciona uno de ellos) permiten subir a la zona que, aunque ahora está vacía, se transformará en un gran restaurante. La 22 también se reformará y en ella se ubicarán las cocinas.

Eso sí, no cambiará todo. Algunas piezas del interior se mantendrán "tal y como están". Es el caso del icónico 'Splash', una enorme escultura que se ubica en el corazón del edificio.

Para muchos zaragozanos, la escultura es la memoria viva de la Expo 2008. Y lo seguirá siendo, ya que esta permanecerá en la torre y se convertirá en el emblema del nuevo edificio.