Miguel Almau, dueño de Bodegas Almau. Zaragoza
Miguel Almau, dueño de un histórico bar afectado por el desprendimiento en el Tubo: "Serán miles de euros perdidos"
La zona de tapeo de Zaragoza se vio alterada este viernes por la caída de parte de la fachada de un edificio, que ha provocado el cierre de terrazas y locales en la calle de los Estébanes.
Más información: Declaran en ruina un edificio de El Tubo de Zaragoza tras un desprendimiento y cierran la terraza del Plata (Kenbo)
La zona de tapeo por excelencia en Zaragoza, el Tubo se vio alterado tras el desprendimiento de parte de la fachada trasera del edificio -situado en los números 12-14 de la calle de los Estébanes- este pasado viernes.Aunque el inmueble no está habitado, el suceso ha tenido consecuencias directas en varios negocios de hostelería cercanos.
Por motivos de seguridad, el Ayuntamiento de Zaragoza ha declarado el edificio en ruina y ha ordenado el cierre inmediato de las terrazas situadas en el entorno, entre ellas algunas de las más populares del Tubo.
Desde el área de Urbanismo explican que la medida se ha adoptado “por precaución y con carácter urgente” y que los trabajos para apuntalar la fachada y demoler el interior comenzarán el lunes.
El "fiasco" de Halloween
Uno de los negocios más afectados es Bodegas Almau, una institución del Tubo que lleva abierta desde 1870. Su responsable, Miguel Ángel Almau, explicaba que, aunque no es la primera vez que la zona vive una situación complicada, nunca se habían visto obligados a parar de esta manera.
"Somos la cuarta generación de la familia que lleva el negocio, desde 1870. Hemos pasado una Guerra Civil, una posguerra, el intento de tirar el Tubo para hacer el paseo de la Independencia", cuenta a este diario. "Hemos pasado años de decadencia en la que la cosa estuvo muy mal: una sima que apareció el año pasado, unas cuantas pandemias, dos o tres incendios de la casa de al lado… y aquí seguimos", continúa con humor.
Y es que, pese a las pérdidas económicas que superarán "los miles de euros", Almau ha conseguido manejar la situación desde la calma. "Aquí seguimos, a punto de cumplir 156 años", afirma.
Eso sí, haciendo números, es consciente de que van a tener que dar vacaciones a parte del personal. "Nos han quitado las mesas de la terraza y el lateral de la calle, donde teníamos veladores... eso es, por lo menos, un 50% de nuestra facturación".
Ya lo ha podido comprobar la noche de este pasado viernes. "Halloween ha sido un fiasco", afirmaba.
Almau es consciente de que solo queda "esperar a que las obras vayan rápido". Según señala, el Ayuntamiento se ha puesto en contacto con el establecimiento y "aseguran que la intervención comenzará este mismo lunes, dado que se trata de una actuación de emergencia".
"Han visto que se había desprendido la parte de atrás del edificio. Es un edificio muy grande, el palacio este llegaba hasta detrás del Plata", detallaba. Sobre los plazos que les han estimado, reconoce que no hay certezas: "De tiempo no han dicho nada y ya se sabe... las obras del Ayuntamiento se sabe cuándo empiezan, pero no cuándo acaban", añade con humor.
"Esto es una ruina"
"Que las cosas de palacio van despacio" también lo sabe Pedro, gerente de Casa Buisán. Este establecimiento es otro de los afectados por el desprendimiento. Sobre las pérdidas, asegura que ya han calculado que estarán en "un 80% tranquilamente".
Por eso mismo, explica que ya se ha visto obligado a "dar fiesta a tres personas y despedir a uno que acababa de entrar". "Esto es una ruina, dependemos de la terraza en este bar donde atendemos unas 200 personas. Para nosotros El Pilar se va a tomar por culo en este fin de semana y en el que viene", clama.
Aún así, dice ser consciente de la "suerte" que tienen por poder abrir. Asegura que en otros locales, como la discoteca Kenbo -ubicada justo en la zona del desprendimiento- "el roto es mucho peor". "Hasta mil entradas vendidas tenían para este fin de semana... para mi es el 80% pero para ellos será el 100%", lamenta.