Interior de la basílica del Pilar. Guía Repsol
El interior del Pilar no se librará de los andamios: así se colocarán para no impedir el acceso a la basílica
El arquitecto, Javier Ibargüen, examinó este martes el subsuelo para comprobar si se puede instalar un andamio convencional.
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El interior de la basílica del Pilar, el monumento más visitado de Aragón, no se librará de los andamios. La caída de un trozo de la cúpula pintada por Ramón Bayeu, que provocó un herido leve este pasado sábado, y las grietas que se han detectado en la bóveda harán que se tenga que intervenir en su conjunto para evitar nuevos desprendimientos.
Aunque el arreglo tendrá que ser autorizado por el Cabildo, el arquitecto Javier Ibargüen ya piensa en cómo ejecutar los trabajos sin alterar en exceso el día a día del templo. Una de las prioridades era saber si en esa zona, marcada por la presencia de la cripta y los conductos de la calefacción, permite o no colocar un andamio convencional.
Esto hizo que Ibargüen examinase ayer el subsuelo en busca de una respuesta. Debajo del atrio hay un cuarto de calderas antiguo y una máquina de aire, pero no es ahí donde se genera, de modo que, a priori, sí podrá colocarse el andamio.
Resuelta esta duda se abren otras. ¿Cómo ejecutar las obras sin cortar el paso a los cientos de fieles que acuden cada día a la basílica? Ha de tenerse en cuenta que la puerta baja -la más cercana al Ayuntamiento- es la que más visitantes aporta al año, de ahí que se quiera ser especialmente cuidadoso.
Todo apunta a que se podrá montar un andamio de cuatro pies con vigas que no apoyen en la rejilla. La idea sería instalar una plataforma más alta de lo habitual para dejar el paso lo más libre posible por debajo, una fórmula que haría compatible la restauración con la devoción.
Teniéndolo claro, ¿qué plazos se manejan? El arquitecto asegura que se ha de actuar cuanto antes, circunstancia que choca con la realidad del templo. Ahora vienen semanas grandes de peregrinaciones y visitas escolares, y la Semana Santa está a la vuelta de la esquina, por lo que no será fácil.
Antes de dar el 'sí' habrá que evaluar, además, el presupuesto y se tendrá que ver cómo se financia desde el Cabildo, que asumirá 'a pulmón' los 2,1 millones de euros que costará la reparación de las torres de Nuestra Señora del Pilar y Santiago.
La Iglesia ha hecho ya un llamamiento "serio" a empresas e instituciones reclamando su mecenazgo, una petición que encontró respuesta este mismo martes en el Ayuntamiento de Zaragoza, que se ha comprometido a colaborar.
En otras restauraciones fueron empresas privadas las que ayudaron a sobrellevar la factura, una solución a la que el Cabildo, que se reconoce sobrepasado, tampoco se cierra en esta ocasión.
Ibargüen ha propuesto oficialmente empezar lo antes posible, pero se requiere la autorización del Cabildo, que podría llegar ya la próxima semana. El trabajo, en todo caso, no acabará aquí, ya que, visto lo visto, se van a aprovechar todas las visitas de obra a las torres para analizar los secretos (y desperfectos) que presenta la basílica con vistas a marcar las zonas que requieren de una actuación más inmediata.