Dos dependientas, a las puertas de una de las tiendas del paseo de la Independencia.

Dos dependientas, a las puertas de una de las tiendas del paseo de la Independencia. E. E.

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Los efectos del apagón en Aragón: guardias a las puertas de las tiendas para evitar robos y patrullas policiales

Muchos negocios han tenido que cerrar temporalmente al no poder bajar sus persianas o no poder reabrirlas. 

Zaragoza
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El histórico apagón de este lunes ha dejado sin comer a decenas de comerciantes. Muchos ni siquiera han podido bajar la persiana y han tenido que quedarse a las puertas haciendo guardia para evitar robos. Los más afortunados han contado con la ayuda de la Policía Local, que les ha ayudado a bajarla por la fuerza, pero la gran cantidad de comercios afectados ha hecho que, por momentos, no se haya dado abasto.

"Estamos aquí esperando", decían, sentadas a las puertas del negocio, dos dependientas de una tienda de lencería del paseo de la Independencia. A pocos metros, las puertas de Mango lucían también dos inusuales carteles. Uno decía "no se abre" y el otro, directamente, "cerrado".

Justo delante, varias personas salían del supermercado de El Corte Inglés cargadas de comida, botellas de agua y papel higiénico. "Hemos tenido suerte, los datáfonos funcionaban y hemos podido pagar", comentaban dos jóvenes tras hacer una compra 'de supervivencia'.

Ha habido negocios, especialmente en el caso de las joyerías, que han optado por retirar todos los productos que tenían en sus escaparates por miedo a lo que pudiera pasar. También se ha visto más de un repartidor matando el tiempo sentado en su patinete ante la falta de pedidos.

"Ay, se ha paralizado el mundo", se oía decir a una mujer en un paso de peatones de la plaza de España después de que un conductor le cediera el paso haciéndole señas con la mano. A otros, lo que estaba sucediendo les parecía "una serie o una película de ciencia ficción".

Las panaderías también registraban largas filas, con cuentas hechas de cabeza y tickets escritos a boli. A mediodía, la principal esperanza es que el corte durase un máximo de dos o tres horas, pero los ánimos han ido enfriándose conforme ha ido pasando el tiempo.

Especialmente teniendo en cuenta las grandes cantidades de género congelado que había en juego en bares, restaurantes, cafeterías, carnicerías o pescaderías.

Muchas tiendas ni siquiera han podido volver a abrir sus puertas esta tarde, una imagen nada habitual para un lunes. Para evitar problemas, agentes de la Policía han estado patrullando por las calles del centro. También han estado presentes en todos los grandes cruces para regular el tráfico y evitar accidentes.