El doctor Fernando Corbi

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Fernando Corbí, traumatólogo: "En casos más graves los opioides y otros fármacos pueden ser necesarios"

El dolor lumbar crónico es una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial.

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Alicante
Publicada

El dolor de espalda destaca por su alta prevalencia: todos lo hemos padecido en algún momento o conocemos a alguien que lo ha sufrido. Sin embargo, solo quien lo arrastra durante semanas, meses o incluso años sabe hasta qué punto puede condicionar la vida.

Mantener una espalda sana se convierte, por tanto, en una prioridad para la prevención. Y cuando el dolor persiste, dejarse guiar por un profesional es clave. Aunque el camino puede ser complejo, es importante recordar que dolor crónico no significa dolor para siempre.

Para el doctor Fernando Corbí, traumatólogo del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, "el dolor lumbar crónico es una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial, afectando a millones de personas en todo el mundo".

Un problema global

Este trastorno, caracterizado por un dolor persistente en la parte baja de la espalda durante más de tres meses, "tiene un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes, ya que la constante incomodidad y la limitación en las actividades cotidianas pueden provocar ansiedad, depresión e incluso problemas de sueño".

Además, muchos pacientes ven reducida su capacidad para trabajar o disfrutar de su tiempo libre. "Esto puede generar frustración y sentimientos de impotencia", señala el especialista.

Enfoque integral del tratamiento

El abordaje del dolor lumbar crónico no puede ser único ni aislado. "El tratamiento varía según la causa subyacente y la intensidad del dolor, pero generalmente incluye un enfoque multifacético que puede involucrar medicamentos, fisioterapia, cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, intervenciones quirúrgicas", explica el doctor Corbí.

La actividad física adaptada juega un papel esencial. "Es necesario un plan de ejercicio adecuado, supervisado por un fisioterapeuta, para fortalecer los músculos de la espalda, mejorar la postura y aumentar la flexibilidad. Además, técnicas como la terapia manual, el masaje terapéutico y la acupuntura pueden ser útiles para aliviar el dolor".

El uso de medicamentos es otro de los pilares del tratamiento. "Los analgésicos, los antiinflamatorios no esteroides (AINEs) y los relajantes musculares son algunos de los fármacos más utilizados para controlar el dolor lumbar.

En casos más graves —puntualiza Corbí—, los opioides y otros tratamientos farmacológicos pueden ser necesarios, aunque siempre bajo estricta supervisión médica".

En determinadas situaciones, se pueden considerar procedimientos más invasivos. "Incluso, en algunos casos, procedimientos como inyecciones de esteroides o bloqueos nerviosos pueden proporcionar alivio temporal del dolor, permitiendo a los pacientes participar en terapias físicas y mejorar su calidad de vida”.

Cirugía: la última opción

El especialista recuerda que la cirugía no es siempre la mejor alternativa. "Debe considerarse solo después de agotar otras opciones no quirúrgicas, como fisioterapia, medicamentos o terapias mínimamente invasivas. La consulta con un cirujano ortopédico o un neurocirujano es esencial para determinar si la cirugía es apropiada y qué tipo de procedimiento es el más adecuado para cada caso en particular".

La importancia de prevenir

Más allá del tratamiento, Corbí insiste en que prevenir el dolor lumbar crónico es posible si se adoptan hábitos saludables.

"Mantener un peso adecuado, evitar el sedentarismo y practicar técnicas de manejo del estrés puede ser clave en la prevención y el manejo del dolor".

También subraya la relevancia de cuidar la postura y evitar movimientos bruscos o esfuerzos excesivos.

"La prevención del dolor lumbar crónico debe estar centrada principalmente en la adopción de posturas adecuadas, la práctica regular de ejercicio físico y la evitación de esfuerzos excesivos o movimientos bruscos que puedan dañar la columna vertebral".

Finalmente, el especialista considera fundamentales las campañas de concienciación. "Las campañas sobre la importancia de la salud postural y la ergonomía en el lugar de trabajo pueden contribuir a reducir la incidencia de este dolor. Con el enfoque adecuado en prevención, tratamiento y manejo, es posible mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen".