Alicante

En junio del 2021 la elección de Marina Niceto Valera como Bellea del Foc adulta reabría el ciclo del fuego detenido por la crisis de la pandemia. Este 2022, por fin, podrá vivir los actos de unas Hogueras de Alicante sin restricciones sanitarias tras los diversos altibajos vividos durante el año.

"He ido sobre la marcha", cuenta relajada en la Casa de la Festa porque "como tuvimos el parón antes de ser elegidas, sabíamos a lo que nos íbamos a meter. Íbamos a ser elegidas sin saber si podíamos tener fiestas, eventos o continuarla como antiguamente".

Esa actitud de "que venga lo que tenga que venir y la fiesta la celebraremos como la tengamos que celebrar y la disfrutaremos igualmente" es la que ha mantenido la fiesta durante este año. "No fue algo negativo pensar que no se pudiera celebrar o que tuviéramos que esperar un año más, fue todo lo contrario", asegura.

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Lo que sí ha podido vivir y también la ha hecho única en la historia de las Hogueras de Alicante es que ha podido vivir dos Fallas durante su mandato, las de septiembre del 21 y las de marzo del 22. "Me he sentido privilegiada. No lo envidiaba porque sabía que tarde o temprano iban a llegar para disfrutarlas como las merecíamos. Hacer las Fallas en septiembre es como fuera de identidad". 

El poder de la fiesta

Con su voz tranquila y actitud serena ha transmitido su idea de que "teníamos que esperar, tener paciencia, seguir trabajando e intentar que la gente estuviese activa o mostrase un mínimo de interés por la fiesta". Un reto que no era fácil cuando la incertidumbre económica apretaba más al mundo festero que no pudo salir a las calles en el 20 y 21 para celebrar la tradición.

El ser elegida en junio del año pasado les ha dado una mayor seguridad a ella y a sus damas del fuego para abordar el trabajo de representación de la fiesta. Cuando llegaron las Fallas en marzo "ya conocíamos a todo el mundo y sabíamos cómo iba la cosa". 

Como uno de los ejes de las Hogueras, Marina Niceto reconoce que no se imaginaba que "se iba a tener tanta importancia en la ciudad de Alicante, no solo en la fiesta. La gente te idolatra y te mira a los ojos como si fuera lo más grande". Así ha podido comprobar, y concede que "sigo alucinando", lo que representa este cargo por el que será conocida toda su vida por los alicantinos.

Eso es lo que la hace reflexionar sobre la pirámide del mundo festero. "Cuando vienen y te piden una foto te preguntas por qué, si soy una persona normal y corriente. En mi vida hago lo mismo que cualquier otro foguerer y barraquer. Se trabaja de la misma forma y todos deberían tener una importancia, que no se les da a ellos y sí a la Belleza del Fuego".

Los tres años de parón han abierto espacio a esa reflexión sobre lo que supone la tradición y cómo se mantiene. El año pasado una candidata daba la cara y lo lanzaba en las redes sociales, criticando el machismo que sintió durante su experiencia. "No comparto esa opinión", razona de manera firme, "he sido en dos ocasiones candidata y en una no salí de nada y en otra he salido Belleza del Fuego. No me he sentido desplazada o menospreciada".

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La clave para ello, considera que está en la forma de abordarlo. "Si pienso que vengo a disfrutar, a conocer a las chicas, a la Federación y la gente de la fiesta, a pasármelo bien y te dan igual los comentarios de la gente, siempre vas a disfrutar muchísimo más. O no me voy a comportar así o asá por si no me eligen. No tienes que hacer ningún papel, tienes que ser tú misma. Estamos aquí para disfrutar, no para perder el tiempo".

La necesidad de la fantasía

La sesión de fotos para El Español con Reme Vélez Fotógrafas representa un homenaje a la historia de la fiesta de las Hogueras, cuando la presentación de la Bellea y sus damas del fuego se hacía en el Teatro Principal y se apostaba por la fantasía, como escapada de una dura realidad.

"La pandemia nos ha hecho aprender mucho y darnos cuenta de lo que representa la fiesta para nosotros. Creo que van a cambiar muchas cosas. Y que la gente estará más predispuesta y trabajar para apoyar en lugar de empeorar las cosas. Nos ha hecho más fuertes y nos ha unido más como familia que somos. Los malos rollos o malentendidos se van a dejar atrás. Y me gustaría que hubiera un poco más de humanidad y menos competencia".