Octubre está a la vuelta de la esquina y los termómetros siguen registrando temperaturas superiores a los 25 grados en la mayoría de los municipios alicantinos. Las lluvias de la semana pasada (sobre todo en la Marina Alta) y la bajada puntual de las máximas animaron a muchos a sacar las chaquetas y las botas del armario.

Pero, para regocijo de algunos y fastidio de otros, las jornadas posteriores han sido más bien calurosas durante la despedida de septiembre. Un año más, el veranillo de San Miguel (29 de septiembre) se celebra con temperaturas más propias de la época estival, alcanzando los 28 grados en Alicante.

No es de extrañar que el fenómeno cuente con una estación propia. Es el veroño, esa época del año en la que se llevan sandalias y botines a la vez, y no se sabe si la playa sigue estando de moda o ya hay que cambiar de planning los domingos. 

"El verano se está prolongando hacia los extremos, ya que comienza antes y termina después. Cada vez los días de frío al año van a ser menos", así lo explica el catedrático de la Universidad de Alicante Jorge Olcina, cuando le preguntamos sobre futuros inviernos.

El presidente de la Asociación Española de Geografía no se sorprende al escuchar el neologismo veroño porque según explica, septiembre que siempre se ha considerado un mes otoñal, "tiene comportamientos de temperaturas más propios de verano". La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) lleva año advirtiendo de esta tendencia meteorológica, que está muy lejos de ser una moda pasajera. La tradicional época estival de junio a septiembre, ahora cuenta dos meses más: junio y octubre. 

"Nuestro clima tiende a ser más cálido, menos confortable por las noches, con fenómenos extremos (como en el caso de las danas) más frecuentes. Ese es el escenario climático que nos espera ya en décadas, y que está dentro del contexto del calentamiento climático", expone Olcina.

¿Cuándo llegará el frío?

Los meses de octubre, noviembre y diciembre serán más cálidos de lo normal, con temperaturas por encima de la media. Esto, según explica Jorge Olcina, también está siendo tendencia en los últimos años. "No quita que podamos tener algún día de noviembre y diciembre de lo que llamamos frío aquí en el mediterráneo; alguna llegada de una masa de aire más frío de más. Pero lo que sí que se está notando es que los días de frío al año cada vez son menos y se está produciendo una prolongación al contrario de la temporada cálida del año", afirma.

Es decir, la prolongación de los días calurosos no conlleva que el invierno después dure más tiempo, sino que simplemente se acorte en el tiempo. La provincia de Alicante concentra las temperaturas más bajas de todo el año durante los meses de enero y febrero.  

Veranillo de San Miguel

El veranillo de San Miguel hace referencia a los últimos días de septiembre en los que no suele llover y con temperaturas más parecidas al verano. Se celebra el 29 de septiembre, de ahí que reciba ese nombre. Aunque también se le conoce como el veranillo del membrillo porque es la época en la que madura esta fruta debido precisamente a las temperaturas cercanas a los 30 grados. Pero ¿tiene esto alguna explicación científica?

Sí. Jorge Olcina explica qué ocurre estos días. "Se produce un reajuste en la circulación atmosférica. Estamos en los días de tránsito hacia el otoño". La segunda quincena de septiembre y los primeros días de octubre marcan el tránsito de la circulación atmosférica hacia el otoño, y suelen coincidir es verdad con días anticiclónicos. "De ahí que se hable del veranillo de San Miguel o del membrillo", concluye el catedrático de la UA.