Alicante

Lo primero que aclara Julio Armas Castro es que no guarda ninguna relación familiar con los dictadores de su país, Fidel y Raúl, quienes han venido dirigiendo el destino de Cuba en los últimos 70 años. Más bien, todo lo contrario. Este médico de Urgencias del hospital del Vinalopó de Elche, conocido por ser el rostro del programa Un doctor en mi casa, de Cuatro, huyó del régimen cubano en 2009; ahora asiste con preocupación y esperanza las revueltas ciudadanas que se suceden allí, que han terminado de estallar con la crisis económica derivada de la pandemia

Nacido en La Habana hace 40 años, Julio decidió estudiar medicina y no tiene problemas en reconocer que su país es un activo en la formación de futuros médicos. "El problema es que luego hay que aplicar la teoría y te encuentras con que hay hospitales, pero no hay medicinas", apunta. "No dispones ni de un paracetamol, algo que no es solo por el bloqueo de Estados Unidos", apunta, sin olvidar que "el paciente que es ingresado se tiene que llevar hasta su propio colchón de casa". 

La decisión de salir de Cuba la tomó cuando, habiéndose formado como médico de familia, el régimen le tenía preparado otro trabajo. "Me dijeron que no podía trabajar como médico, sino como coordinador de un centro de salud porque era la misión que me daba la revolución", señala. Así que aprovechó su participación en un congreso internacional de medicina que tuvo lugar en Viena en 2009 -para el cual le habían dado 9 días de visado- para no volver

Sancionado por huir

El precio inicial a pagar por fugarse de un país que no tolera la emigración fue la sanción durante ocho años sin poder regresar y tres sin poder acoger a sus padres en su nuevo hogar: Elche. Pero lo que considera "represión" no acabó ahí. "Perdí todos los bienes que tenía en Cuba, como mi casa, y en la universidad donde impartía clases dijeron a mis alumnos que era un traidor a la revolución y que pasaba a ser contrarrevolucionario, un término con unas connotaciones muy duras", comenta.

Porque ese es parte del fondo del asunto: "El dicurso oficial que reina en Cuba es que, o estás conmigo, o contra mí; no puedes tener una forma de pensar diferente", esgrime este médico televisivo, anteriormente conocido por su influencia en redes sociales, donde le siguen 40.000 usuarios en Twitter.

Es por eso por lo que insiste varias veces en recordar que "Cuba no es un una democracia, es una dictadura disfrazada de falso estado de bienestar". Esta afirmación nos lleva a preguntarle por la defensa que hace la izquierda de España, instalada en el gobierno, del sistema comunista cubano. 

"Quiero pensar que quien defiende el régimen de mi país es por un profundo desconocimiento de lo que pasa allí", avanza Armas Castro. A su juicio, no basta con visitar turísticamente su "circuito de hoteles". "Quien lo ha pisado de verdad descubre la pobreza que hay, donde la gente vive con menos de un euro al día", prosigue. 

Este doctor televisivo, que recuerda que los mismos que defienden la Cuba actual son los que defienden los sistemas de Venezuela y Nicaragua, carga contra "el discurso de la izquierda de caviar" de defender "un país que se muere de hambre desde tu casa, con tu coche y con tu lista de la compra hecha". 

"Cuba ya no sonríe"

Sobre las protestas ciudadanas que han devuelto a Cuba a la actualidad informativa, Julio Armas considera que la gente "está cansada de pasar hambre, de la miseria en general y, sobre todo, está triste". "Eso antes no pasaba, a pesar de las calamidades, los cubanos siempre han tratado de sonreír, pero en los últimos años la gente, incluida la revolucionaria, se ha cansado de un régimen que no soluciona absolutamente nada", aduce. 

Esta es una de las novedades que traen las protestas de Cuba, el descontento generalizado, incluido entre los partidarios de los Castro, algo que en anteriores alzamientos no ha pasado. Otra novedad importante es el peso jugado por las redes sociales. "Al gobierno le ha pillado en fuera de juego que tanta gente se coordinara en Twitter para protestar en tantas ciudades cubanas", explica. Como Cuba no puede bloquear Facebook, Twitter o Telegram, la respuesta del presidente Miguel Díaz-Canel ha sido la de cortar la red de la única empresa telefónica que ofrecer internet en la isla. 

Al final, este doctor de Urgencias pide que España empatice con el pueblo cubano. "Quiero que aquí imaginen cómo sería la respuesta al Covid en España sin no existiera la cobertura sanitaria, económica y social que hemos tenido; ese escenario es Cuba. En La Habana reside su hermana y sobrina, a las cuales ha tratado sin éxito de traer a España, país que únicamente ha aceptado la repatriación de sus padres.

En Elche Julio vive con su marido, con el que se casó hace cuatro meses. Sabe que en Cuba no habría podido vivir "libremente" su sexualidad, porque no existe la libertad, recuerda, y porque no está aceptada la homosexualidad, pese a ser un país en teoría de izquierdas. 

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