¿Cuba es una dictadura? "España es una democracia". ¿Cuba es una dictadura? "España defiende los derechos humanos". ¿Cuba es una dictadura? "Estamos siguiendo con honda preocupación lo que está ocurriendo, y tomaremos las decisiones que sean oportunas". ¿Cuba es una dictadura? "Es que no sé qué más puedo decir, no voy a comentar lo que dicen otros partidos". 

La nueva ministra portavoz del Gobierno revolucionado de Pedro Sánchez se estrenó este martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros sin querer ponerle nombre al régimen de los Castro, a la obviedad de que el país hoy comandado por Miguel Díaz-Canel lleva 60 años oprimiendo las libertades, prohibiendo la pluralidad política, censurando la libertad de prensa, imponiendo un sistema político y económico totalitario y, en los últimos días, reprimiendo las protestas de decenas de miles de personas.

También haciendo desaparecer a cientos, deteniendo a innumerables, suspendiendo internet para que no haya información hacia y desde el exterior y, como mínimo, deteniendo -si no secuestrando- a Camila Acosta, una periodista que trabaja para el medio español ABC.

Fuentes del Ejecutivo insisten en que la posición de Isabel Rodríguez no ha sido cobardía, sino "prudencia". Es decir, que no es temor a un cisma en la coalición con Unidas Podemos. Sino que las cosas están tan mal, que lo importante es que la nuestra "es una democracia plena"... y la suya, evidentemente, no. Y que la clave está en que "España lucha por el respeto a los derechos humanos", y está claro que en Cuba no se respetan.

Que, "según se evalúe el desarrollo de las protestas y la respuesta de las autoridades", el nuevo ministro de Exteriores, José Manuel Albares, iniciará los movimientos necesarios para liberar a la reportera y dar seguridad a los españoles residentes en la isla.

Y que aunque Unidas Podemos sea socio de la coalición, la posición del Gobierno de España no tiene nada que ver, en este punto, con la de la diputada Aina Vidal... ni siquiera la del secretario de Estado para la Agenda 2030, Enrique de Santiago.

Fuentes internas del Ejecutivo tampoco han sabido qué mensaje mandar sobre el asalto con armas a la casa del presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó.

La residencia en Caracas del único representante legal venezolano que reconoce oficialmente el Gobierno de España fue tomada este lunes por tropas armadas del régimen de Nicolás Maduro.

Mientras, en Madrid, José Luis Rodríguez Zapatero acudía a las ceremonias de intercambio de carteras ministeriales. Una de ellas, la de Albares. El expresidente del Gobierno es un autoerigido mediador entre el chavismo y la oposición... pero la oposición lo rechaza, mientras él aboga por el diálogo.

Y mientras, en Washington, Joe Biden sí hablaba alto y claro en defensa de las libertades del pueblo cubano. Lo mismo hacía -oportunamente o de manera oportunista- la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Y el Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell, exigía el respeto a la libertad de manifestación en Cuba.

Ya de noche, el nuevo Gobierno emitía una nota desde Exteriores. Que de tan ambigua, debía ser corregida a la mañana siguiente. Y que se quedaba tan corta, que hubo de ser apuntalada por un tuit del nuevo titular de la cartera, a la salida de su primer Consejo de Ministros.

La primera rueda de prensa de Isabel Rodríguez, hasta hace dos días alcaldesa de Puertollano (Ciudad Real), fue una especie de examen sobre los temas candentes de la actualidad. Aunque ella trató de zafarse, con elegancia, apuntando a que su labor de portavoz es dar cuenta de lo decidido en la reunión previa del Ejecutivo, "fijar posición política de Gobierno, no de partido".

Marcar posición

Uno de esos asuntos que fuentes del Consejo de Ministros definen como "muy preocupante" -aunque "Albares no es nuevo, y llega a una casa que conoce"- es la represión de las manifestaciones por la libertad en Cuba. Los acontecimientos se presentan como una oportunidad de marcar posición en Latinoamérica, después de que España haya quedado desdibujada en los últimos años "por todos los errores" de Arancha González Laya, ministra saliente en Exteriores.

El asalto armado a Guaidó y la detención de otro opositor venezolano, Freddy Guevara -al que el régimen ya ha dicho lo imputará "por delitos de terrorismo, atentado contra el orden constitucional, concierto para delinquir y traición a la patria"- parece una toma de tensión a nuestro país. Y ha dado plana, porque Moncloa no ha reaccionado.

La portavoz pidió tiempo, sólo acaba de llegar -aunque supo que sería ministra el viernes pasado, antes que otros-, y le faltan muchos temas que estudiarse. No sabe si el relevo de José Luis Ábalos por Raquel Sánchez puede desatascar la ley de Vivienda; no tiene fecha para la Comisión bilateral con Cataluña, que es de su departamento y debe celebrarse en una semana o se irá de fecha; no tiene información sobre el posible recurso del Gobierno al decreto de la Generalitat sobre las multas del Tribunal de Cuentas...

Primeros palos al PP

Pero sí que tenía claro el mensaje al Partido Popular. Para Isabel Rodríguez, el PP de Pablo Casado debería saber que "una oposición inteligente entiende que hay acuerdos que incluso computan electoralmente". Es decir, que -ahora en tono positivo- la doctrina del Gobierno cada martes seguirá siendo la misma, que los populares dicen "no" a todo, y que el Gobierno no es culpable del bloqueo.

"Sería inteligente que el PP estuviese de acuerdo con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia", argumentó. "Porque hay mucho interés económico y social en que esto salga bien y el Gobierno tiene el apoyo de la sociedad y de las empresas, las grandes, las medianas y las pequeñas". 

Es un aviso a Casado. En Moncloa está el grifo de los 70.000 millones, el Gobierno ya tiene el  de la Comisión Europea y es aquí donde se decidirá adónde van yendo esos fondos... habrá empleo, habrá Administraciones que los reciban y, sobre todo, habrá empresarios -la supuesta base electoral de los conservadores- que los agradezcan.

"Al PP debería importarle que España vaya bien", soltó la ministra portavoz como si nadie se fuera a dar cuenta de la referencia al eslogan de los gobiernos de Aznar... y eso que había dicho que está sólo para dar cuenta de los acuerdos del Consejo de Ministros, no para comentar de política.

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