Quedan exactamente 99 días para las elecciones autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo y los partidos políticos de la Comunidad Valenciana ya están en pleno proceso de nombramiento de sus candidatos y elaboración de listas. Y a estas alturas cualquier ciudadano ya tiene formada una opinión bastante ajustada dela gestión de unos y otros durante la legislatura que finaliza.

La semana pasada ya quedó claro que ni Ximo Puig ni sus socios podrán usar el comodín de la rebaja del listón electoral gracias a un partido como Ciudadanos en plena descomposición. El conjunto del grupo de no adscritos y varios de los diputados liberales no están por la labor de "salvarles" ante un posible descalabro del partido morado.

A partir de ahora y hasta la Semana Santa, veremos cómo el Ejecutivo valenciano intentará desembarcar en la provincia de Alicante todo lo que no lo ha hecho durante los últimos tres años y medio. En esos desembarcos intentará convencer a los alicantinos que no les ha dejado solos en este tiempo mientras sus compañeros de partido en Madrid acaban con el trasvase del Tajo-Segura o les condenaban nuevamente al ostracismo de la falta de financiación.

Pero los ahora ya sólo caben los hechos. Una visita de última hora al elector no hará cambiar la percepción del ciudadano: ¿Cuántos hospitales se han construido?, ¿cuántos centros de salud?, ¿cuántos centros educativos?, ¿cuántos siguen en los mismos barracones que ellos criticaban cuando estaban en la oposición?, ¿cuántas libertades individuales se han cercenado durante la pandemia?, ¿cómo se ha defendido a agricultores, empresarios o trabajadores?

Llegamos nuevamente al tiempo de las promesas y los periodistas nos veremos en la obligación de recordar cuántas de ellas ya fueron hechas en 2019, han entrado en los sucesivos presupuestos y no se han concretado en nada.  ¿Tres centros de salud en la ciudad de Alicante?, por ejemplo.

Antiguamente este era el momento en el que los partidos en el gobierno (o los que aspiraban al gobierno), ante el desgaste, tiraban del fichaje de candidatos de relumbrón que ayudasen a movilizar a su electorado. Cuando se incluían en las listas un foguerer, una deportista, un astronauta, el director de un teatro o una científica más o menos conocida. 

Entre tanto, nos conformaremos con las encuestas y sondeos para ir haciendo cabalas sobre lo que puede suceder en mayo en un momento en el que parece que la mayor parte del electorado está claramente posicionado en uno de los dos bloques. La movilización será la clave de la victoria de unos u otros.