Corría el año 1998 cuando la población del país africano Guinea-Bisáu veía cómo su futuro empezaba a coger un rumbo inesperado. Un golpe de Estado contra el entonces presidente João Bernardo Vieira tambaleó el país, acabando con este gobierno apenas un año después de conflictos armados en el territorio que terminó con la vida de miles de bisauguineanos.

Como cada guerra, este conflicto dejó a la población civil de la antigua colonia portuguesa desemparada y en una situación de pobreza extrema. Con el fin de contribuir a que el país pueda recuperarse de una guerra devastadora, nació Kasumai Elche. Una situación grave que se suma a la quinta posición que el país africano ocupaba en la época de la creación de la ONG en la lista de los países más empobrecidos del mundo.

Fruto del trabajo que ya ejercía en la zona la ex concejala de cooperación del Ayuntamiento de Elche, Marie Carmen Bueno, Kasumai surgió en 2007 para responder a las necesidades del país africano. Según lo afirma su actual presidenta, Nieves Lillo, la asociación se centra en la cooperación al desarrollo sostenible, humano, social y económico en Guinea-Bisáu para contribuir al desarrollo integral y a la disminución de la pobreza.

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Entendiendo la importancia del papel de la mujer y de la alfabetización de la población en el territorio, centra su atención en las mujeres y en la infancia, priorizando la educación como "instrumento eficaz para el desarrollo".

¿Cómo?

Desde su nacimiento, la asociación no ha dejado de realizar proyectos de cooperación en el terreno. Gracias a la ayuda de instituciones como el Ayuntamiento de Elche, la Diputación de Alicante y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, cada año varios voluntarios profesionales se desplazan al país africano para responder a las necesidades que observa su población.

Centrando sus proyectos principalmente en la ciudad de São Domingos, la asociación ha realizado a lo largo de los años varias actuaciones para contribuir al acceso a una educación de calidad y a llegar poco a poco a garantizar la salud y el bienestar de sus habitantes.

Los puntos creados para garantizar el acceso al agua. Laurine Maurice

Proyectos como la creación de pozos de agua y la instalación de suministros básicos de agua y electricidades para escuelas y hospitales son algunas de las numerosas iniciativas que ha llevado a cabo la asociación a lo largo de los años.

Guinea-Bisáu es un pequeño país cuyo PIB no superó los 753 € en el año 2023, frente a los más de 14 millones que registró España. Una realidad económica que se ve reflejada en la vida de las personas y que encuentra su origen en la extrema inestabilidad política que existe en el país.

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En Guinea-Bisáu, tan solo el 5 % de los trabajadores están dados de alta en la Seguridad Social, una situación problemática que se traduce en una realidad aún más precaria para la población. 

Una realidad social y económica que la ONG de Elche pretende apaciguar centrándose en la alfabetización de las mujeres, en garantizar una educación de calidad para los niños y adolescentes mediante becas para la universidad y en mejorar las condiciones sanitarias de los hospitales. 

El aula de una de las escuelas confeccionadas con paja. Laurine Maurice

Gracias a la colaboración de la ONG con la población local, se ha podido edificar una escuela con ladrillos, permitiendo así a decenas de niños poder estudiar en cualquier época del año bajo un techo. Una realidad que ha cambiado la vida de los alumnos, que tan solo podían disfrutar de unos escasos meses de estudio debido a la inutilización de las escuelas en las temporadas de lluvia por estar confeccionadas con paja. 

Un proyecto que ha permitido edificar la Escuela Infantil y Primaria El Palmeral de Elx, que se convirtió en una de las escuelas más demandadas del país. El director del centro, D. Walter Alberto Jandi se encuentra actualmente en la ciudad de Elche visitando algunos centros educativos para intercambiar distintas visiones y perspectivas en el ámbito de la educación.

Apadrinamientos

Las ayudas económicas de algunas instituciones no son la única forma de contribuir a hacer realidad esos proyectos. Una parte muy importante de la financiación de la ONG se basa en los apadrinamientos. 

Este sistema de financiación solidario consiste en poner en contacto a dos personas de diferentes partes del mundo: "unas con muchas ganas de ayudar y otras con menos oportunidades", tal y como lo asegura la presidenta. 

Así, a través de una donación de 10 euros mensuales, cantidad que se puede aportar mensual, trimestral, semestral o anual, contribuye al desarrollo de los proyectos. Una ayuda que se traduce en unos 120 euros anuales.

Gracias a esta ayuda mensual, el padrino contribuye a que el profesorado de la escuela local pueda cobrar un salario justo por su trabajo, sin verse obligado a dejar de enseñar. También permitirá que los estudiantes puedan acudir a la escuela durante todo el curso y recibir una educación digna y de calidad, garantizando su escolaridad y su salud, atendiendo algunas necesidades sanitarias que no pueden ser cubiertas por el hospital de la ciudad.

Esta ayuda también contribuye a que el alumnado disponga del material educativo imprescindible para su aprendizaje, así como el acceso a una comida diaria en el colegio, lo que resulta esencial para estas familias.

Además, y como novedad este curso, también se llevan a cabo en la escuela cursos de alfabetización en las que participan 48 mujeres, pudiendo acceder a todas las herramientas necesarias para aprender gracias a la instalación de paneles solares que generan electricidad.

"Estamos trabajando en un país en el que las personas más vulnerables no se ven respaldadas por un sistema de bienestar y ven en las asociaciones la única forma de mejorar su calidad de vida", concluye la presidenta Nieves Lillo.