Benidorm

El Balonmano Benidorm inició hace un par de semanas la pretemporada tras sufrir una profunda remodelación en su plantilla. El equipo removió sus cimientos bajo la dirección de su entrenador, Fernando Latorre, para buscar “algo diferente” a lo logrado durante los últimos años. El técnico alicantino asumió la responsabilidad de esculpir un proyecto dinámico y ambicioso, a su imagen y semejanza, del que, de momento, no puede estar más orgulloso.

“Las sensaciones son muy buenas. Ya se irá viendo con el paso de los partidos, pero estoy muy contento por cómo se ha confeccionado el equipo. La implicación es máxima y total”, destaca el preparador. El Benidorm, en su eterna lucha por crecer, tuvo que abrir la puerta de salida a varias vacas sagradas para dar entrada a jóvenes con hambre y veteranos con oficio para reactivar un grupo al que su presidente, Javier Abínzano, exige que esté en la pelea por Europa.

“El grupo es muy bueno, pero hay que ir con prudencia. Hemos logrado juntar veteranos con jugadores jóvenes que están a nivel alto y pidiendo minutos, por lo que nadie se puede relajar”, explica Latorre, quien confiesa que la actual plantilla se asemeja más a sus gustos. “Ahora es un equipo más mío. Es más fácil entrenar a jugadores que te gustan y que ven el balonmano de la misma forma que tú”, admite el alicantino.

Cambio de estilo

El cambio de cromos en la plantilla provoca, inevitablemente, una mutación en el plan de juego. Latorre adelanta que el nuevo Balonmano Benidorm no será un equipo “con un gran poder de lanzamiento exterior”, por lo que tendrá que explotar otras características, como “las transiciones o la velocidad”.

“Tendremos que darle un toque más personal al juego. Ser más combinativos pero sin caer en lo barroco, jugar con defensas presionantes… Hay que cambiar cosas, será un juego más parecido al de hace dos años, cuando jugamos la final de la Copa, cuando no teníamos lanzador zurdo”, resume.

Latorre está especialmente feliz en estas primeras semanas de entrenamientos por la implicación de los veteranos como Iker Serrano, Luisfe Reina, Álvaro Ruiz o Jose Mario Carrillo. Y eso que aún debe incorporarse al grupo el olímpico Pablo Colo Vainstein, fiel representante de la garra argentina. “Los conozco bien. Alguno fue compañero. No son jugadores que vengan a Benidorm a firmar su último contrato y a pasar el rato. Van a tener un papel importantísimo tanto dentro como fuera de la pista”, relata.

Los jóvenes parten, a priori, en desventaja, si bien Latorre, al que nunca le tembló la mano para dar la alternativa a un jugador de la cantera, les pide “paciencia”. “El nivel es alto y tendrán que esperar, pero esto es largo y hay muchos partidos, lesiones y bajos momentos de forma, por lo que tendrán su oportunidad. Su momento llegará”, sentencia.

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