Nadie puede discutir el peso específico ni la influencia de Federico Bikoro en el Hércules, aunque los números no le dejan en buen lugar al africano, que se perderá el próximo mes y medio de competición, ahora por sanción. La expulsión en Buñol y la posterior protesta e insultos al colegiado le han costado al jugador cinco partidos de suspensión en un momento crítico del campeonato.

Bikoro, que tiene pendiente una nueva convocatoria con la selección africana de Guinea Ecuatorial en la próxima ventana FIFA, a finales de marzo, no estará presente en encuentros tan vitales como el que debe disputar el Hércules en La Nucía o ante el Deportivo Eldense y el Real Murcia, que se antojan vitales en la pelea por la primera plaza y la promoción.

El Hércules, no es un secreto, está muy molesto con el jugador. No va a recurrir la sanción, entre otras cosas porque sería poco menos que perder el tiempo. Un partido es por la expulsión y los otros cuatro por insultos, ofensas verbales y actitudes injuriosas con el árbitro.

En el acta, el colegiado explicó que Bikoro, tras mostrarle la roja como consecuencia de la segunda amarilla, se dirigió a él "de forma agresiva e intimidatoria, debiendo ser sujetador por sus compañeros a escasos metros de mí, diciéndome en los siguientes términos: 'Árbitro, eres muy malo, ¡me cago en tu puta madre!'". Además de los partidos mencionados, el jugador tampoco estará ante el Poli Ejido, y Calvo Sotelo.

Demasiadas ausencias

La sanción de Bikoro no dejaría de ser un desgraciado accidente si no fuera porque está muy próximo en el tiempo lo que sucedió en el pasado mes de enero, en el que el jugador se perdió otros cuatro partidos por estar presente con su selección en la Copa de África. Tres de ellos fueron por estar vivo en la competición y uno más porque su regreso se demoró más de lo previsto y llegó fuera de forma. Tampoco jugó, meses atrás, en la primera jornada, ni en la sexta, ni la undécima. El motivo siempre fue el mismo: convocatoria de la selección.

Van siete ausencias en 24 jornadas, que se dispararán hasta las 12 de 29 cuando el africano regrese de la sanción. Una media de casi una por cada tres partidos. Demasiado lujo para un equipo como el Hércules.

Este miércoles, su compañero, Raúl González, desvelaba que el africano había pedido disculpas al vestuario por la sanción. "Ha estado muy correcto. Son cosas que le perjudican a él y al equipo. Cosas que pasan, que no deben pasar y que le servirán para aprender", ha afirmado.