María Bas y Mark Dasousa, tras ganar el Benidorm Fest.

María Bas y Mark Dasousa, tras ganar el Benidorm Fest. M.H.

La tribuna

Zorra: unos días soy y otros días sé

Alicante
17 febrero, 2024 11:48

Somos muy machistas. Es una mancha que no nos quitamos de encima, aunque nos echen un cubo de lejía. Esa roña se ve que no salta así. Tampoco se va con la pastilla de jabón Lagarto y frotando sin parar. Debe de ser como las manchas de tomate.

Media sociedad española va en el metro con Zorra de Nebulossa puesta, limpia la casa y la grita —porque esto no se canta, se grita a los cuatro vientos— en la discoteca, mientras que la otra media se dedica a insultarla, criticarla y dar comentarios chabacanos sobre un tema que desconocemos. He escuchado y leído comentarios muy bestiales al respecto, pero es que su cantante ya lo dijo: "Lapídame, si ya total, soy una zorra de postal".

Y la realidad es que por primera vez en los años que se está haciendo Benidorm Fest, se ha elegido una canción que representa al público. Porque tan solo tenemos que ver los números de reproducciones en Spotify y YouTube, y si ya no nos convencen, ponernos el vídeo directo de alguna de las galas y ver cómo la gente cantaba la canción y no nos dejaba escuchar a la propia cantante. Se les escuchaba más a ellos y ellas.

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Es una realidad que apropiarse de una palabra que se ha dedicado para hacer daño a un grupo de personas ayuda a que deje de importar. Quizá no a que deje de importar, pero sí a asimilar. Y a los que están bajo el manto de la palabra les ayuda a empoderarse.

Tan solo tenemos que ver lo que ha sucedido desde hace unos años con el colectivo LGTBIQ+, que se ha reencontrado con la palabra "maricón". El origen etimológico es muy claro: viene de Marica, que era entonces el diminutivo más popular para el nombre de María. Así, todo hombre que no se comportara exactamente como se esperaba de su género —bruto, impasible, insensible…— era considerado afeminado, equivalente a una mujer, a una María cualquiera.

Esa palabra ha estado presente en muchos momentos de la historia. Mirad cuando asesinaron a Federico García Lorca. "Dos tiros en el culo, por maricón" fue la frase que admitió Trescastros decir en el momento de participar en el fusilamiento del poeta porque se sentía orgulloso de haber participado en el asesinato y "lo correcto" era su justificación, ya que defendía el conservadurismo moral, no importando las vidas o daño que estas palabras estuvieran generando.

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Si lo pensamos bien, casi noventa años después, sigue siendo una frase tan brutal que denigra a cualquier ser humano por la condición de amar. Pero no fue el único momento de la historia de nuestro país en el que podemos escucharla. Cuando se estrenó el filme Con faldas y a lo loco (1959), el censor dijo de ella que era "una película de maricones". En aquella España extasiada por el catolicismo la prohibieron y aseguraron que la actuación "procaz" de Marilyn convertía el filme en "pornografía". Igual para aquellos censores Marilyn era una zorra, pero ya era Marilyn y era intocable. ¿Por qué nos molesta tanto la letra de una canción? ¿Por qué nos molesta tanto una palabra?

Cuando una mujer se sale de los bordes de lo estipulado, es una zorra, una puta, una bruja. Se sigue esperando de ellas que sean listas, guapas y limpias. Como el libro de Anna Pacheco, que a través de una primera persona íntima pero también ácida, en este primer asalto a la ficción de la periodista, encontramos a una mujer en permanente conflicto con sus ideas políticas, la construcción social de su género y de su clase.

Y ya nos provocó Rigoberta hace años con su mama enorme, pero todavía lo ha hecho más Nebulossa con su Zorra. Porque es más directa, Rigoberta se escondía tras una historia de madres y de cómo la vida se abre paso a través de las mujeres, pero Nebulossa es más directa. No hay medias tintas. Zorra, zorra, zorra.

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Y llevamos muy mal que nos provoquen. Mirad cuando Zahara sacó su álbum Puta —otra palabra que está presente en la vida de muchas mujeres por el hecho de querer llevar las riendas de su vida— y una sociedad se lanzó contra ella. O cuando C. Tangana y Nathy Peluso bailaron Ateo en la catedral de Toledo y no hubo suficientes velas para purificar los movimientos de cadera de la argentina y el madrileño —que resultó que no hicieron nada malo porque empapelaron en dinero a un miembro del nuncio y no entraron a la fuerza a grabar su videoclip—.

La palabra zorra se originó en Grecia, donde debido a que la prostitución estaba mal vista, solían llevar un distintivo dibujo de un zorro para que sus clientes las reconociesen como trabajadoras sexuales, así que se las empezó a llamar vulpes, que traducido sería zorra. Y como en aquella época, la prostitución era principalmente femenina, no hubo un equivalente masculino con dicha connotación.

Se espera de nosotros que seamos buenos, pero es que yo ahora mismo solo quiero ser listo. Y ser listo no es sinónimo de bueno. Que Nebulossa vaya a Eurovisión —sin ser yo eurofan— tan solo nos habla de una España que no da un paso atrás en esto de evolucionar, de seguir, de avanzar.

Y es que no hay nada malo con evolucionar, señoras y señores. Conozco a gente que vive en una rueda de hámster y lleva treinta años haciendo lo mismo, pensando lo mismo y viviendo igual. Me alegro de que eso les llene el alma, pero no seré yo el que lo haga. No podemos dejar que nos vuelvan a imponer un velo en la mente —o como les ha pasado a nuestras compañeras de oriente próximo, hasta en la cara—. Los años nos deben de a ayudar a evolucionar y "lo de toda la vida" no me sirve como excusa para no hacerlo. La tradición está bien, pero en el futuro solo quedarán aquellas que admitan un rango de evolución.

Pensad en todas las mujeres que hemos juzgado. A la que se quedó embarazada a los dieciséis años en tu pueblo y no sabía de quién era su hijo. Zorra. A la que sale, se divierte y vuelve de día. Zorra. A la que no da explicaciones de con quién se acuesta. Zorra. A la que se niega a cambiar. Zorra. A la que viste como le da la gana y se maquilla como quiere. Zorra.

Vivimos en una desigualdad continua. Y es que cuesta mucho ser uno mismo cuando todos te miran y juzgan. Así que alguien tiene algo que decir sobre las formas de vivir, ya sabéis: de zorra pasaré a chacal, te habrás metido en un zarzal, soy una zorra de postal. Y si tanto nos molesta la canción es porque, al final, todos somos un poco zorras. Porque en esta vida he aprendido que hacer lo que me dé la gana es el mejor complemento de moda que podemos usar, que lo de juzgarnos ya lo van a hacer los demás hagamos lo que hagamos. Así que mejor hacer lo que queremos, sin medias tintas.

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