Madrid

El Marq abrirá sus puertas este segundo semestre a la madre de la civilización romana. Y lo hace recordando la importancia de la cultura etrusca en el imperio mediterráneo. La presentación en Madrid que ha organizado la Diputación de Alicante pone en valor que se trata de una exposición única en Europa, específicamente creada para España.

Julia Parra, vicepresidenta de la Diputación de Alicante, subraya este logro en el Istituto Italiano di Cultura. Un hito que ha sido posible además en un pocos meses. "La ilusión ha conseguido que en tiempo récord sea una realidad", celebra. Por eso también valora que Etruscos. El amanecer de Roma se pueda ver ya a partir del 26 de agosto, cuando las actuales restricciones a causa del coronavirus han complicado parte de las gestiones de preparación.

"Tras las incertidumbres de la pandemia, Alicante merecía despedir el año con una exposición de gran nivel", prosigue Parra. Una que además valora como "una vía extraordinaria de colaboración entre países". Un aspecto en el que reitera el esfuerzo en común, "no habría sido posible sin el apoyo de los equipos español e italiano".

A esa colaboración hace también referencia el embajador italiano. Riccardo Guariglia destaca que "con iniciativas como esta se construye el futuro al mostrar el origen". Y es que este es uno de los puntos al que concede mayor importancia. "Sin miedo a equivocarme diríamos que el etrusco es el pueblo fundacional de lo que hoy en día somos", recalca, "somos herederos de los etruscos". 

El papel de la mujer

La comisaria Giuseppina Carlotta Cianferoni avanza que uno de los pivotes sobre los que gira el discurso expositivo de Etruscos. El amanecer de Roma es la reivindicación de la mujer. "Tenía un papel diferente al del resto de las culturas de la época", explica. Si romanos y griegos prohibían su acceso en muchos aspectos sociales, en Etruria era lo contrario.

Esa preponderancia de las mujeres en la sociedad de esta civilización surgida en el norte de Italia, hizo que se burlaran de ellas en las otras. "Las criticaron mucho los griegos y los romanos de la república, que dirán de todo de su libertad, que comían y bebían de todo".

Y el vino será también el nexo que unirá la propuesta que llega desde el Museo Guarnacci en Volterra y el Arqueológico de Florencia con Alicante. Josep Albert Cortés y Manuel Olcina valoran el intenso trabajo hecho en poco más de dos meses para acompañar la exposición principal con una de la elaboración propiaHuellas etruscas.

El vino y el comercio

“Es un doble esfuerzo porque nos complicamos la vida”, señala risueño Olcina como director del Marq. Con esta siguen con la línea de trabajo de años anteriores de buscar los vínculos de la cultura escogida con Alicante, como ya hicieron con griegos, egipcios, vikingos o incluso mayas.

En este caso, son los restos de la cultura fenicia los que permiten construir esa relación. Un trabajo en el que Olcina recalca la importancia de la colaboración con otros centros de la provincia. Tanto Vilamuseu como Xàbia les ofrecen parte de sus fondos para un total de 15 piezas centradas en la cultura del vino.

"No hay una presencia física", explica Olcina, "pero sí de influencia". El comercio con los fenicios se centraba particularmente en el consumo de vino. Eso sí, bastante alejado de lo que entenderíamos hoy día puesto que para ellos era habitual mezclarlo con hierbas aromáticas y en particular queso rallado.

El infundibulum es una de las piezas que demuestra este tipo de usos, como colador y embudo, lo usaban para depurar las impurezas con que llegaban los vinos italianos. Otra de las piezas cedidas es un rallador encontrado en San Fulgencio y que se utilizaba para echar el queso en las copas.

"No esperemos encontrar las maravillas de Italia", indica Olcina. Para subrayar el carácter doméstico de las piezas en este apartado de la exhibición están preparando un gran mural hiperrealista en el que se integran estas dentro lo que sería una casa de iberos.

La reformada entrada del área expositiva es la que permitirá mostrar estos objetos, con un énfasis especial en el carácter didáctico. "Tienen una gran trascendencia cultural", recalca Olcina porque se ve ese consumo de los vinos de Etruria a través de las ánforas y demás instrumentos con que preparaban el vino.

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