Antonio Plana, jefe de APD Security, en el edificio con narcopisos de Benidorm.

Antonio Plana, jefe de APD Security, en el edificio con narcopisos de Benidorm.

Benidorm

La presidenta de un edificio, aliviada tras la expulsión de unos okupas en Benidorm: "Los vecinos lloraron de alegría"

Hace un mes que una empresa de desokupación echó a 14 personas que hacían la vida imposible a los residentes del bloque Playmon Fiesta de la localidad.

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Alicante
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Poco alivio hay mayor que el de recuperar la tranquilidad y la seguridad en tu propio hogar. En el edificio Playmon Fiesta de Benidorm todo es alegría desde la marcha de los okupas que sembraron el caos en dos pisos.

Verónica Pérez, presidenta del edificio, cuenta que, con la salida de estos okupas el pasado mes, la convivencia y la tranquilidad han vuelto al bloque.

"Los vecinos ahora viven más tranquilos. Por ejemplo, la vecina que vivía debajo era mayor y ahora puede dormir, pero la gente, cuando escucha algún ruido, ya no se fía", apunta.

El pasado mes, Pérez declaraba a este diario: "Los vecinos tenemos miedo e incertidumbre. Empezaron a llegar toxicómanos, y la mayoría de residentes ya evita pasar por determinadas zonas del edificio. El miedo es generalizado en todas las plantas".

El problema comenzó el día de Reyes Magos, cuando entraron forzando la verja y la puerta. Desde entonces, en esos pisos se traficaba con droga y se alquilaban habitaciones a personas que, en muchos casos, desconocían la situación.

Lo describe como "un infierno", con peleas y drogadictos entrando y saliendo para comprar y consumir dentro del bloque.

Okupadas y alquiladas

"Los okupas tenían dos viviendas, y en una de ellas alquilaban habitaciones a gente que no sabía la situación. Un matrimonio cubano pagó el alquiler y, al ver con quién estaban, se tuvieron que ir", añade.

"Se quedaron sin casa en pleno verano. A ver dónde encuentras algo en estas fechas... era un horror", sostiene Pérez.

Tanto es así que incluso publicitaban las habitaciones en plataformas en línea de alquiler Como presidenta, respira más aliviada que ningún otro vecino, por canalizar en su persona todas las reclamaciones.

"Todos los días había peleas, ruido... era una situación insostenible", recuerda. Según denunciaban, se escuchaban ruidos a altas horas de la noche y se producían peleas con los ocupantes en las viviendas, ubicadas en la planta 14.

Todo cambió con la llegada de una empresa de desokupación, que puso fin al calvario de los vecinos.

Antonio Plana, jefe de APD Security, asegura que los okupas se dedicaban a alquilar habitaciones por 400 euros. "Había unas 14 personas en los pisos y un continuo ir y venir", declaró en su día a este periódico.

Desde el pasado mes de junio, los residentes respiran tranquilos. "Un vecino se me echó a los brazos a llorar por todo lo que habíamos aguantado. Y otras personas me dieron las gracias", destaca.