La geografía alicantina se suele asociar de manera directa al turismo de sol y playa, y por un buen motivo: la provincia lidera cada año las distinciones de banderas azules en la costa, con cientos de miles de turistas que eligen zonas como la Costa Blanca para pasar sus vacaciones. Sin embargo, Alicante cuenta también con varios tesoros escondidos en su interior, entre las montañas que rodean los valles de comarcas como las Marinas o l'Alcoià.

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Uno de los recursos más buscados por senderistas son las cataratas o "saltos de agua". No solo por sus espectaculares vistas: en muchas ocasiones pueden utilizarse también para darse un chapuzón o practicar algún tipo de deporte, aunque en otros casos son simplemente un elemento del paisaje que contemplar y respetar. 

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A continuación, la lista con las 8 cataratas (o saltos de agua) más espectaculares de la provincia de Alicante. 

1. Fuentes del Algar (Callosa d'Ensarrià). Probablemente las cataratas más conocidas (y turísticas) de la provincia. Se ubican a unos 15 kilómetros de Benidorm y a 3 del pueblo que las acoge. Son en realidad un grupo de cascadas y ríos conectados que conforman uno de los paisajes más bellos de Alicante. Se ha desarrollado además una gran industria turística a su alrededor, con parkings, restaurantes, campings y zonas de ocio como Dinopark. Se puede bañar en sus aguas, pero hay que pagar una entrada.

2. El Salt de Bolulla. Ubicado muy cerca de las Fuentes del Algar, el Salt de Bolulla se sitúa en la ruta del barranco del Estret de Les Penyes, también en el término municipal de Callosa d'Ensarrià. En sus pozas se puede tomar un baño o hacer barranquismo, pero siempre con las debidas precauciones para evitar que las crecidas de agua puedan provocar algún tipo de accidente. 

El Salt de Benilloba, con el Molí de Salt a sus pies.

3. El Salt de Benilloba. Escondido en el río Frainos (que nace en la sierra de Aitana), esta espectacular catarata de 15 metros de altura cae a los pies del Molí de Salt, un molino harinero del siglo XVIII. Se trata de uno de los paisajes imprescindibles de este pequeño pueblo de la montaña alicantina, que además cuenta con varias rutas de senderismo. 

4. El Salt de Alcoy. Es una cascada situada a tan solo kilómetros y medio del barrio alcoyano de Batoi. Se trata, pues, de una ruta muy corta a pie, pero que depende en gran medida de la cantidad de agua de lluvia recogida para poder disfrutar de las vistas. Por este motivo se recomienda ir en primavera u otoño.

El embalse de Elche, en imagen de archivo. Wikimedia Commons

5. Embalse de Elche. El salto de la presa del embalse de Elche es una de las vistas más desconocidas de la ciudad. Por ella pasa una ruta senderista que arranca en el polígono de Carrús y que atraviesa palmerales y merenderos. Este paisaje tiene, además, una importancia histórica: se trata de la primera presa de arco construida en toda Europa (desde el periodo romano). De nuevo, el cauce de la caída de agua dependerá de la temporada de lluvias y está prohibido bañarse.

6. Embalse de Tibi. La presa del embalse de Tibi fue en su momento una de las más importantes de Europa, con más de 40 metros de altura. Se trata de un espectacular elemento por el que apenas cae ya agua (ni siquiera en época de lluvias) pero que forma parte de varias rutas senderistas por la localidad. 

El Gorg de Salt, en Planes, una enorme piscina natural con un salto de agua.

7. El Gorg de Salt (Planes). Ubicado en las inmediaciones del Ballanc de l'Encantà, constituye una enorme piscina natural que se llena en primavera o en otoño. Se puede apreciar completamente desde un mirador ubicado al final de una ruta de unos 3 kilómetros desde Planes. 

8. La Rambla de Puça (Petrer). Este salto de agua de 15 metros de altura forma una poza en medio de una ruta jalonada por antiguos molinos de papel y cuevas. En esta zona se pueden ver varias cataratas en época de lluvias abundantes.