Si nada cambia en el ámbito nacional, el nuevo desencuentro entre las direcciones nacionales de PP y Cs no tendrá reflejo en sus buenas relaciones en la Comunidad Valenciana. Desde ambos partidos mantienen lo proclamado por el presidente regional popular, Carlos Mazón, y la presidenta naranja, Inés Arrimadas, a mediados de noviembre: mantener la colaboración frente a la deriva nacionalista del socialismo valenciano. 

El efecto dominó de la decisión de Mañueco ni se plantea. PP y Cs siguen considerando la Comunidad Valencia como "territorio burbuja", al margen de lo que suceda en el resto de España. De hecho, las votaciones de los últimos presupuestos de la provincia y de su capital, dan buena muestra de esta colaboración entre ambos partidos, que aseguran estar centrados en la "gestión", no en clave electoralista.

Los planes pasan incluso por llegar a pactos cuando el presidente de la Generalitat valenciana, el socialista Ximo Puig, convoque las elecciones autonómicas. PP y Cs barajan, según los últimos sondeos, la posibilidad de ganar al Botánico en 2023 con el apoyo en la investidura de Vox, o antes si se adelantan los comicios al año que viene.

Hoy hay prevista una reunión de la ejecutiva provincial de Cs que está convocada desde hace varias semanas y en la que pueden participar los militantes. Y nadie se plantea un cambio de rumbo cuando los tripartitos de izquierdas en el Ayuntamiento y la Diputación están marcando políticas claramente iliberales.

Elecciones y candidatos

Ayer, tras el anuncio en Castilla y León, esta fue la principal preocupación de populares y liberales. Eso sí, mientras los primeros tienen sus deberes hechos con un liderazgo claro de Mazón que ya se contrapone públicamente a Puig, en Cs están todavía por deshojar la margarita. No parece que éste vaya a ser el escenario, pero si el líder socialista quiere ganar los comicios lo tendrá más difícil si autonomía por autonomía el PP va venciendo y gobernando. 

Fuentes de Cs se quejan precisamente de eso. Consideran que desde la dirección nacional se debería haber convocado un proceso de primarias generalizado, pero sobre todo en Andalucía, Castilla y León y la Comunidad Valenciana.

Actualmente sólo se vislumbran dos posibles candidatas a la Generalitat, la actual portavoz en las Cortes Valencianas, Ruth Merino, y la diputada María Muñoz. Sin embargo, los liberales dejan la puerta abierta al fichaje estrella, como ocurrió con Toni Cantó hace dos mandatos. Alguien que les pueda aportar un plus de "conocimiento del candidato" de cara a las elecciones, sean cuando sean.