El Ejército de Israel abre la puerta a las mujeres para que participen en las operaciones más peligrosas, las de combate en primera línea. Un grupo de diez militares del servicio de inteligencia de las Fuerzas de Defensa de Israel (IFD) va a formar un equipo que operará con drones y que se insertará dentro del batallón estacionado en la zona norte del país, hasta ahora ha estado conformado exclusivamente por hombres, para combatir a la milicia islámica de Hezbolá.

Según informa The Jerusalem Post, la decisión viene precedida de una sentencia del Tribunal Supremo en la que pedía a las Fuerzas Armadas israelíes que permitiese a las mujeres ser destinadas a unidades que tenían vetadas hasta ese momento.

El IFD formó entonces, en el mes de agosto, un comité para revisar su incorporación obligatoria que se ha saldado ahora con la luz verde a que las mujeres sirvan en todos los puestos de combate. Se espera que el nuevo grupo femenino esté totalmente operativo en las próximas semanas.

Una mujer soldado israelí durante un entrenamiento. Reuters

Los soldados de primera línea son aquellos que se internan en territorio enemigo para actividades operativas. Unas labores más peligrosas y por las que son compensados con bonus salariales y otros incentivos por su servicio. A las mujeres, históricamente, no se les había permitido integrar estas unidades que cruzan las fronteras de Israel y, por lo tanto, no han podido desempeñar roles en zonas de mayor conflicto.

El Ejército israelí es uno de los pocos del mundo en que el servicio militar es obligatorio para las mujeres. Tienen que entrenarse durante un total de 24 meses tanto los chicos como las chicas y sólo pueden quedar exentos del servicio militar por razones de conciencia religiosa, matrimonio, embarazo o maternidad. Sin embargo, todavía se prohíbe a las mujeres alistarse en ciertas brigadas como las de infantería, la blindada, la de submarinos y otras de élite.

La integración de la mujer en el ejército israelí ha llegado tarde, pese a su participación en los primeros movimientos de la formación del estado, y con muchos problemas. Algunas unidades todavía separan a los soldados entre hombres y mujeres a la hora de adjudicar determinadas misiones, como ocurre con las IFD que acaban de aceptar a sus primeras 10 militares femeninas y tras una batalla judicial.

Una mujer soldado israelí, durante un entrenamiento. Reuters

En el mes de mayo, cuatro jóvenes, Mika Kliger, Mor Lidani, Gali Nishri y Omer Saria, pidieron al Tribunal Supremo que acabara con la discriminación en estas unidades y permitiera a todos los reclutas potenciales presentarse a los comandos de élite, independientemente de su género.

"No estamos pidiendo que se cambie nada por nosotras, estamos solicitando que se nos deje hacer las pruebas y si las pasamos, unirnos a esas unidades", declaró al Canal 12 Lidani durante el proceso judicial.

Entonces, los expertos tenían claro que era cuestión de tiempo que se presentara una demanda como la de estas cuatro jóvenes que hiciera al Ejército israelí lograr la igualdad de género

"La denegación categórica de ciertos puestos a los solicitantes por motivos de género es incompatible con el principio de igualdad. Las IFD deben permitir que las mujeres se presenten y presten servicio en todas las unidades en función de sus habilidades y capacidades, y no se les niegue el derecho de servir a su país basándose simplemente en su género", advertían estas cuatro soldados en su lucha.

El cambio es ahora una realidad con una unidad de élite de 10 mujeres que es el principio de las que vendrán después.